Pequeños accidentes

1- Mundanza

—¡Edrielle... ¿Me quieres dar una mano?! —me grita Gabdiel desde la puerta del edificio con dos cajas en sus manos.

—¡Voy! —grito y dejo en el carro la caja que iba a llevar.

Rápidamente camino para abrirle la puerta de cristal a mi mejor amigo.

—Gracias —dice y entra.

Mañana iniciamos clase en la universidad, nuestro tercer año y me estoy mudando de casa de mi abuela para estar más cerca de la universidad y Gabdiel me está ayudando con la mudanza como buen amigo que es.

Regreso a la Tucson azul y agarro nuevamente la caja.

Entro al edificio y ya frente a las puertas de ascensor presiono el botón para que abra sus puertas, cuando abre entro y presiono el piso 7. Piso 7 apartamento 7C.

Debo admitir que me fascina que sea el 7, pues para mi es el número perfecto, mi número de la suerte y más porque mi cumpleaños es el 7 de julio.

Entro al apartamento que ya está amueblado, de eso se encargó mi padre.

También intentó dejarme dinero, pero le dije que me las arreglaría sola. Acepté el dinero que mi madre quiso darme ya que ella insistió, según para que me estableciera bien y para tener algo mientras empiezo a trabajar.

—¿Las cajas estas eran las que iban en la habitación? —me pregunta Gabdiel cuando me ve.

—Deja todo donde sea, luego yo acomodo cada cosa en su lugar —digo y me tiro en el sofá.

—¿Cerraste el carro?

—Ni la puerta cerré —digo y le doy mi sonrisa más inocente.

—¡Edrielle Nanami! —grita —¿Quieres que un loco se lleve a mi nena?

—¿Qué dices?, yo soy tu nena —bromeo.

—No, tú eres mi mejor amiga, hermana, aliada, confidente, compañera de algún crimen que quiera cometer en un futuro... Mi carro es mi nena, ahorré mucho para comprarla y la amo.

—Pero... ¿No puedo ser tu nena? —le pregunto con tono de niña.

—¡Que no! —exclama y sale apresurado a revisar si su "nena" está bien, yo sigo sentada riendo de lo exagerado que es mi amigo.

Me pongo de pie y recorro el apartamento.

Tiene dos habitaciones de un buen tamaño, un baño al final del pasillo. En la sala hay una puerta de cristal corrediza que da a un pequeño balcón.

Mientras observo la vista hacia la calle recibo u mensaje de Gabdiel que me dice que baje para ir a comer.

Vuelvo a entrar y cierro la puerta del balcón.

Tomo las llaves de la mesita que está en el centro de la sala y salgo.

Estoy esperando el ascensor y entonces escucho la puerta de un apartamento abrirse y cerrarse y lo veo. Un chico de cabello castaño con un corte militar, vestido con una camiseta blanca, un pantalón deportivo negro y unas zapatillas negras, todo entallado a la perfección dejando ver que su cuerpo está bien trabajado.

Se acerca a mí, bueno, no a mí, al ascensor y noto el color marrón de sus ojos y que tiene un tatuaje en su antebrazo derecho. No logro ver qué es el tatuaje y no trato de hacerlo, ya que si me le quedo mirando mucho tiempo puede pensar que estoy loca.

El ascensor abre y ambos entramos, presiono el botón para bajar al lobby y vamos en silencio.

¡Que incómodo...! canturrea la vocecita en mi cabeza.

No le hago caso y sigo mirando al frente.

Las puertas abren en el lobby y hay un chico justo en frente y puedo decir que es casi idéntico al que tengo al lado.

—¿Estoy viendo doble? —suelto la pregunta en voz alta sin querer.

La copia que tengo al frente sonríe.

—No —dice amable —somos mellizos.

—Que suerte, ya iba a comenzar a pensar que estoy loca —digo.

El mellizo #2 es igualmente de cabello castaño y ojos marrones, cambia su corte que en lugar de uno militar lleva un corte de doble tono y también tiene aretes plateados en cada oreja.

—Killian, ¿terminaste? —le pregunta Killian #2 a Killian #1.

—Sí —contesta algo seco y cortante —Vamos antes de que me arrepienta.

—Eres muy amargado —se queja Killian #2.

—Detesto que me interrumpan cuando leo.

Salgo del ascensor sin decir nada con intención de ir a reunirme con Gabdiel.

—¿Cuál es tu nombre? —pregunta uno de los chicos y yo me volteo.

—¿Por qué? —pregunto.

—Para saludarte cuando te vea —responde Killian #2.

Sonrío —Edrielle, me llamo Edrielle Guerra —contesto.

—Un gusto Edrielle, yo soy Kellan.

—Gracias por decirme tu nombre, así dejo de llamarte Killian #2 mentalmente —digo riendo.

Killian se ríe por mi comentario. Así que no es tan serio como aparenta.

—Nos vemos —les digo y camino hacia el carro de Gabdiel.

—¡Hey! —llamo la atención de Gabdiel que está dentro del carro.

Él me mira, pero no abre.

—Ábreme niño —le digo.

Entro al carro cando escucho que quita el seguro de las puertas.

—Tardas demasiado —se queja él.

—Lo siento es que conocí a Killian #1 y a Killian #2.

—¿Qué? —pregunta en un tono de confusión que también se le nota en la cara.

—Perdón, digo, Killian y Kellan —corrijo —Creo que viven en el apartamento junto al mío.

—Por lo que escucho no te aburrirás.

—¿Quién sabe?, bien, ¿A dónde vamos? —pregunto.

—Tengo ganas de comer sushi —dice Gabdiel.

—No de nuevo, por favor —me quejo y ruego a la vez —Comimos sushi hace dos días y la semana pasada y la anterior también.

—Por favor, Nana —ahora ruega él con ojos de cachorrito abandonado.

Me llama Nana solo cuando quiere convencerme de algo o cuando quiere algo.

Suspiro —Bien, vamos.

—Eres la mejor —dice sonriendo.

—Lo sé —digo y se siente el tono de seguridad y superioridad en mi voz, claro que lo digo bromeando, pero vamos, si yo no me lo creo nadie se va a creer por mí.

—No tienes remedio —Gabdiel niega con la cabeza y pone el carro en marcha.

Automáticamente conecto mi celular al equipo de sonido del carro con ayuda del cable auxiliar y comienzo a reproducir mi playlist de Manuel Turizo, es uno de mis cantantes favoritos y también mi crush.




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