Perderse Contigo

EL ACCIDENTE

RAZIEL:

Harper está de nuevo en la tienda.

— ¿No te da miedo caminar por las calles a esta hora? —Le pregunto sentándome a su lado—. Pueden robarte, secuestrarte o asesinarte

Niega y se masajea el hombro. —Soy más fuerte de lo que crees, ¿no has visto mis músculos?

Me llevo las manos a mi boca. —No me hagas vomitar, que horror.

Harper siempre lleva esa ropa suelta, con excepción de esa vez de la fiesta. No creo que tenga músculos, al menos no como Phil o como Beck. Es más un chico delgado, aunque no me he fijado realmente.

Tampoco es como si quiero fijarme.

Coloco mi teléfono sostenido en tres libros sobre el suelo. Esta vez traje dos almohadas de mi habitación. No es difícil salirme en medio de la noche, lo he hecho muchas veces. Mis padres tienen su habitación en la parte de abajo y duermen profundamente, mis abuelos se acuestan temprano y Jay se encierra en su habitación para jugar videojuegos en línea.

Nunca me notan.

Le paso la bolsa de papas fritas y toma con sus manos varias, me devuelve la bolsa después que yo pulso la flecha para reproducir.

Le di una pequeña introducción a los primeros dos capítulos. Es una serie sobre estudiantes que estuvieron en la escuela por la noche al mismo tiempo que alguien asesinó a una persona en el gimnasio del lugar. Le expliqué que no ha sucedido mucho así que no hay necesidad que vea los primeros dos.

Esta vez no estamos en la parte de arriba, sino al fondo de la primera planta. Como estamos detrás de una columna y algunos racks de ropa, la luz no nos entra directamente. Lo poco que percibimos es por el brillo a la mitad de mi teléfono.

Debido a que el volumen de esta serie cambia mucho no podíamos escucharla solo así y arriesgarnos a que alguien notara nuestra presencia así que traje mis auriculares con cable y le di uno para que se lo colocara en su oído izquierdo.

Quería concentrarme en el episodio pero mi mente seguía dando vueltas en el hecho que Harper estaba aquí conmigo, viendo esta serie como si fuera lo más normal del mundo. Desde que me confesó eso de su hermano dejé de verlo como un tonto más, creo que así como yo, él también tiene secretos muy enterrados en su corazón.

He conocido a Harper por algunos años pero no nos hablábamos realmente y si llegaba a ocurrir, solía ser porque yo lo insultaba o él continuaba alguna broma de sus amigos idiotas. La verdad, no imaginaba que él pudiera ser algo diferente a lo que se muestra.

— ¿Qué? —Pregunta—. ¿Así termina? Tengo que ver el siguiente episodio.

Rayos, ni siquiera estaba prestando atención.

—No, ya no —respondo—. Tienes que irte ahora.

Entorna sus ojos, la pantalla está mostrando los créditos con un fondo blanco y eso hace que lo vea mejor. —Es temprano para que me vaya.

Resoplo mientras muevo mis piernas antes que se me entumezcan. —No es nada temprano.

Luego pienso en que quizás no quiere estar en su casa. Quizás solo está buscando como pasar menos tiempo en ese lugar.

—Bueno, pero no hay otro episodio, sale hasta mañana —le aviso.

Se cruza de brazos. —Entonces escuchemos música, ¿sí?

Asiento y tomo mi teléfono, él toma los libros que había colocado y comienza a leer las portadas, los tres fueron escritos por personas religiosas. —Son de mi mamá —afirmo.

Busco una lista de reproducción y solo para fastidiarlo, reproduzco la que tiene canciones pop genéricas. Él arruga la nariz pero no me pide que las quite. —Hablando de tu mamá —deja los libros del otro lado—, ¿ya me dirás lo del video?

Ruedo los ojos. —Que chismoso eres.

Harper mueve una pierna y la dobla, dejando su rodilla hacia arriba. —Vamos, es nuestro tiempo secreto.

Trago saliva sintiéndome nerviosa. —Pues —respiro profundo al mismo tiempo que una canción lenta se reproduce—, lo que pasa es que mi mamá estuvo en un accidente de auto.

Harper recuesta su cabeza en la pared. — ¿Cuándo?

—Cuando yo tenía como ocho años —explico—. Y bueno, ella estuvo en este horrible accidente con otro auto y una camioneta, la parte de adelante quedó destrozada y su auto se dio vuelta.

Él asiente sin decir nada.

—Pues la cuestión es que todo estaba destrozado y había vidrios por todas partes —recuerdo ver las fotografías—. Habían pedazos de auto por todos lados, la calle con marcas de las llantas y bueno, de los tres autos el de ella fue el que peor estaba.

—Vaya —suelta—. Pero está viva, todo salió bien, ¿no?

Asiento. —No solo salió bien, mi mamá solo tenía rasguños —digo—. La llevaron al hospital y le hicieron muchas pruebas para asegurarse que todo estaba bien con sus huesos y su cabeza pero estaba perfecta —afirmo—. Es por eso que ella hizo ese video, esa historia la ha contado muchas veces porque ella afirma que cuando estaba ocurriendo sintió que alguien le decía: Te tengo, no temas.

Harper eleva sus cejas suavemente.

—La cuestión es que en el hospital donde mamá se quedó una noche mientras la examinaban había una Biblia pequeña y ella la leyó, no toda claro pero ella cree que Dios la salvó —señalo—. Mi familia siempre ha creído a su forma, pero mamá no estaba muy interesada hasta esa vez. Después de eso ella cambió, muchas cosas cambiaron.

Todas las personas involucradas en el accidente sobrevivieron pero los demás si tuvieron algunas fracturas, los daños fueron mayormente materiales.

— ¿Cambió? ¿Cómo? —pregunta.

Levanto un hombro. —Pues dejó de pelear por cosas pequeñas, buscaba como ayudar a otras personas y le contaba a todo mundo su experiencia —afirmo—. Ese video lo grabó hace unos años pero alguien lo encontró, supongo que alguien que me ha visto con ella y lo subió para burlarse de mí… o de ella. O de ambas.

Eso me duele mucho. Aunque hay cosas que mis padres han hecho que me molestan, amo a mi mamá. Ella es buena, ella solo quiere alentar a las personas y darles esperanza. Mamá no es mala, jamás juzga a nadie y no le importa si creen en lo mismo que ella o no, siempre está dispuesta a ayudarles con lo que sea. No es justo que las personas se burlen solo porque ella cree en algo así.




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