Perderse Contigo

EL CABELLO

RAZIEL

— ¿Y si tomo un tren y me voy de la ciudad? —pregunta Harper a mi lado.

Ruedo los ojos. —No hay trenes aquí.

—Debería. —expresa.

Harper cierra los ojos y niega levemente. La música de fondo, las luces apagadas y el suelo frio. Harper está preocupado por cómo será todo el día de mañana en la escuela, yo solo pienso en que Winny debe estar molesta conmigo. Puede que yo también esté molesta con ella.

A ver, sí, lo sé. Esos estudiantes no son personas populares pero, ¿Tienen culpa de lo que hicieron sus familiares? ¿No los han juzgado demasiado duro? Me sentí un poco ofendida, aunque Winny no sepa que tan mal me tratan me hizo pensar que si no fuéramos amigas ella tendría ese mismo pensamiento sobre mí.

Winny no es una mala persona, aunque tengo que reconocer que en algunas ocasiones Beck y yo han dicho cosas no tan agradables de algunas personas. Únicamente lo he dejado pasar, no quiero pelearme con mis únicos amigos pero nunca he estado de acuerdo con eso. En especial cuando cruzan los límites de “bromas” a algo ofensivo.

— ¿Si pudieras ir a cualquier lugar, donde escogerías? —pregunta él con un tono de voz suave.

Cierro los ojos dejando que esta canción me haga viajar a otros mundos. —Algún lugar lleno de flores —afirmo—. De campos verdes, flores y nada de humanos.

—Yo también —admite—. ¿No sería genial que existiera otro planeta así? con animales, plantas y días soleados pero sin humanos. Me gustaría vivir ahí.

Sonrío mientras tomo una respiración larga. Harper ha dejado de sentirse como una amenaza para mí, ya no reacciono a la defensiva todo el tiempo cuando estoy con él. Algunas veces solo pienso en como él me comprende de formas que nadie más lo ha hecho antes.

A veces Harper me pregunta sobre películas, series y canciones, yo siempre respondo con oraciones puntuales para no aburrirlo pero él exige saber más. Él hace muchas preguntas y no se aburre por mis palabras.

Quizás es por eso que me molesta lo del video. Harper es más que “el hermano de un criminal” y me gustaría que las personas también se dieran cuenta de ello.

 Y él me entiende cuando tenemos conversaciones como estas. —Aunque me gustaría solo visitarlo, extrañaría a mis abuelos y a Jay.

Harper permanece en silencio unos segundos. —Podrías llevártelos también, ¿no?

Asiento dos veces. —Me gustaría eso, irme con ellos.

— ¿Cómo dijiste que se llama esta banda? —pregunta, cambiando de tema.

—JANNABI —respondo—. ¿Te gusta?

—Sí, no tengo idea qué dicen las canciones pero me hacen sentir bien —admite. Es una banda coreana que descubrí hace unos años mientras buscaba otra canción pero en su lugar, me topé con ellos y me enamoré de su estilo.

—Yo tampoco —contesto—. No tengo idea qué dice.

—Podría ser una canción deprimente, algo sobre incendios y accidentes —bromea.

Resoplo. —Sí, podría ser una canción trágica.

—O no —agrega bajando aún más la voz—. Podría ser tan alegre como suena.

La canción cambia, “land of night” se escucha mientras seguimos con los ojos cerrados. Harper y yo guardamos silencio un momento, seguramente está pensando en todo lo que ha sucedido estas últimas horas.

— ¿Qué colores ves con esta canción? —me pregunta.

Sonrío, él suele hace esta pregunta cada vez que estamos escuchando música. —um, bueno, amarillo y blanco —afirmo—. Pero no solo esos, ahora puedo ver muchos más, como si fuera un arcoíris y yo estoy debajo de él.

—Ojala pudiera ver la música de esa forma —susurra pero pareciera que fue algo para sí mismo.

Giro mi rostro y abro los ojos, él ha abierto los suyos igualmente —Harper, yo sé que no somos amigos pero, pues, no sé… digo, no hay mucho que yo pueda hacer pero si tu…

Harper gira su rostro y sonríe. —Ya lo sé, sé que quieres decir.

Cuando le conté a Harper sobre el video de mamá y de cómo me sentía, él me abrazó. No se lo dije pero me hizo sentir mucho mejor, me sentí diferente. No es que nadie me abrace, mis abuelos lo hacen seguido y mi primo también pero eso fue diferente. Harper sabe cosas sobre mí que nunca me he atrevido a confesarlas antes.

— ¿Quieres hablar de ello? —pregunto.

Harper parpadea y mantiene sus ojos en los míos. —No conozco muy bien a Otto —admite—. Él me lleva quince años, cuando yo nací él casi no pasaba tiempo en casa y a los diecisiete se fue. Lo he visto muy pocas veces en mi vida, lamentablemente estamos relacionados.

—Ya veo —es todo lo que respondo.

Muerde su labio. —Sé que es tu amiga pero no es justo que haga eso, ella no sabe lo difícil que es ser familiar de personas así. No es la primera vez que la gente se entera, ha sucedido antes y… es cansado.

—Lo siento —digo, apenada por la situación—. Es cierto, no es justo.

—Y Roger… seguro me culpará, dirá que yo abrí la boca o algo —pasa la mano por su cabello—. Muero por terminar la escuela y largarme a donde sea.

Realmente quisiera poder hacer algo para mejorar todo esto. —Harper…

Él niega y cierra los ojos de nuevo. Deja su mano sobre su frente y lentamente se gira al lado contrario. —Soy patético —susurra para sí mismo—. Tan patético.

Me levanto un poco y descubro que se está limpiando algunas lágrimas. Muerdo mi labio, quizás no son las mismas circunstancias pero puedo comprender como se siente hasta cierto punto.

—No tienes que ocultarte, después de todo cuando salga el sol no podemos hablar sobre lo que pasó en la noche, ¿no? —le recuerdo.

Sorbe por su nariz y se sienta. —Debo irme… yo…

Me reincorporo. —Harper —lo dudo por un instante pero finalmente, tomo su mano para evitar que se levante—. Yo sé que piensas que es humillante que te vean así ahora pero soy yo, Raziel la rara, nunca le diré a nadie porque no tengo a quien decirle.

Mueve sus ojos hacia mí y brillan por las lágrimas acumuladas. Puedo notarlo gracias a la luz del poste que está afuera. —No eres rara, eres mejor que la mayoría de las personas.




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