Perderse Contigo

EL CRIMINAL

HARPER

Si fuera famoso, tal vez se sentiría algo así.

Me miran como si quisieran preguntarme cosas, con el ceño fruncido y otros retiran sus ojos para fingir que no estaban observándome. Respiro profundo y me concentro en seguir el consejo de Raziel, tengo que seguir con el mentón en alto y la espalda recta.

Trago saliva cuando cruzo la puerta del salón, está medio lleno. Carter ya está sentado donde siempre, Raziel no ha llegado. Me muevo hasta mi lugar y dejo caerme en la silla.

Carter me mira sonriendo. —Vaya, ¿A dónde vas con esa ropa?

Me encojo de hombros. —Es una camisa nueva, lo demás es lo de siempre.

Carter estira su mano y toca mi brazo. — ¿Estas mostrando tus brazos para advertirle a las personas que no se metan contigo por lo de tu hermano?

Muerdo el interior de mi mejilla antes de contestar. No soy una persona que disfrute hacer ejercicio y no voy a ningún gimnasio pero me gusta hacer abdominales, lagartijas y sentadillas regularmente para agotarme y así intentar dormir sin soñar con nada.

Y si funciona pero nunca completamente.

Toco mi brazo. —No, solo me la puse y ya.

Bufa. —Claro —estira sus brazos por encima de su cabeza—. Entonces, ¿Por qué no nos habías contado de tu hermano?

Levanto mis hombros. —No lo veo mucho, ni siquiera me acordaba de él —eso es mentira pero es la forma fácil de librarme de todo esto.

Hace un gesto. —Ah, sí, me pasa —afirma—. Mi tío lo detuvieron una vez porque le quitaba algunas partes a los autos pero tampoco lo conocí mucho, tal vez está muerto.

Asiento y muevo mis pies contra el piso, varias personas me están viendo con la cara temerosa, ¿Piensan que yo haría algo así solo porque mi hermano está en la cárcel? Además, mi hermano no cometió ningún asesinato. No digo que robar y drogarse está bien pero, el primo de un chico de tercer año mató a alguien cuando iba conduciendo borracho. Creo que eso es más grave.

Philip entra y pasa justamente a mi lado, como siempre, solo que esta vez no me golpea. En su lugar, gira y sonríe. —Ah, hola Harper —eleva la voz—. Lamento que tu hermano esté en la cárcel, puedes pedirle algunos consejos para cuando tú lo acompañes.

Risas.

Yo suspiro y le muestro una sonrisa falsa también. —Que buena idea, excepto que estaba pensando en desaparecer a alguien antes de cumplir dieciocho, así saldré rápido.

Entorna sus ojos. — ¿Estas aceptando que tu familia está llena de criminales?

Él no lo sabe. Es imposible que alguien lo sepa.

—Sí —respondo—. ¿Quieres ser una de mis víctimas?

Carter sonríe y espera la respuesta de Philip. En su lugar solo rueda los ojos y estaba a punto de girarse cuando ve que entra Lucy así que aclara su garganta y con un tono molesto, pide: —Si vas a mis fiestas deja de actuar como un animal en celo, mis amigos me contaron que te fuiste con alguien que supuestamente era amiga de Lucy.

Ella lo voltea a ver, abre los ojos y luego me mira. Su mirada se entorna, pasa sus ojos por mi camisa y luego regresa a mi cara. — ¿Mi amiga?

Ah, la mentira sobre Raziel. —Um, no sé si era tu amiga —afirmo—. Solo era una chica.

Y la música se comienza a escuchar. Casi sonrío al reconocer una canción de Journey. Sin detenerse para nada, Raziel camina hasta el asiento de siempre que es el que está a mi lado y se sienta moviendo sus ojos a la ventana, ignorando al resto del mundo.

Una (verdadera) amiga de Lucy llamada Mariah, que está husmeando en nuestra dirección, arruga su nariz cuando mira a Raziel. Camina para acercarse un poco a Lucy y mira en dirección como a los zapatos de Raziel. —Me sorprende que ella no saliera en ese video —murmura.

Phil la mira y le muestra una pequeña sonrisa que me fastidia. —Vamos a sentarnos, Lu.

Ellos se alejan y yo le doy una mirada rápida a Raziel. Es increíble que hace unas horas estaba a su lado, en la tienda, escuchando a una banda coreana que no entendíamos nada de lo que cantaban. Aún más increíble es que ella me vio llorar por la desesperación de no saber cómo arreglar mi vida y me abrazó sin burlarse.

Carter se gira y me da la espalda para ver algo en su teléfono. Yo muevo mis ojos de nuevo a Raziel, ella está ocupada con su música hasta que se quita los audífonos y un segundo después escucho a la profesora entrar. No sé cómo lo hace pero estoy impresionado.

 

・。.・♡・。.・

 

— ¿Vamos a dar una vuelta? —Pregunta Mitchell quitándome mi última goma de mascar y dejando el empaque vacío dentro de mi casillero—. Brad de la tienda cerca del taller me dijo que nos dará una cerveza si pagamos el doble.

Carter resopla. —Eso suena a estafa —se truena los nudillos—. Pero tal vez podemos sacarle una sin que se dé cuenta, vamos.

Mi estómago se revuelve otra vez. Nunca he querido ser asociado con mis familiares, a excepción de James, así que no robaré nada. Ya es suficiente con las miradas criticonas de las personas, si me atrapan haciendo algo así se quedará manchada mí ya arruinada reputación.

Carter me golpea el brazo. — ¿Nos das algún consejo?

Empujo su  brazo lejos. —Deja de decir eso.

Mitchell bufa. —No me digas que te vas a poner a lloriquear, estamos molestando.

Bajo la mirada y cierro el casillero. —No tengo dinero, no voy a salir hoy.

Carter resopla y su mirada se desvía a una chica con pantalones ajustados. —Ya te dijimos que vamos a tomarlas sin permiso, si sabes a lo que me refiero.

Arrugo mi frente. —No voy a robar nada.

Mitchell hace una mueca. —Como quieras, cuando dejes de hacerte el santo nos buscas —tira de Carter—. Vamos, mejor vayamos a la tienda de aquel viejo, dudo que aun pueda ver. Está ciego.

Carter entorna sus ojos viéndome. — ¿De verdad no vienes?

—Si es para eso, no —contesto.

Se encoje de hombros. —Como quieras —ambos se giran y caminan en dirección contraria.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.