Perderse Contigo

EL NOMBRE

RAZIEL

—Hola, hija —papá saluda sonriendo.

Sus ojos se mueven hacia Harper y deja de hacerlo. Mamá se acerca soltando la mano de papá. —Razzy, hola —mira a Harper y a diferencia de mi padre, ella sonríe—. ¿Quién es tu amigo?

Normalmente no vienen tan temprano, usualmente van a comer o hacer algo como si fueran dos adolescentes que sienten la necesidad de estar todo el tiempo juntos.

Papá entorna los ojos. — ¿Por qué estaban bajando de ahí?

Harper da un paso y baja la última escalera. —Ah, buenas tardes, soy Harper Dorm. Soy amigo de Raziel y trabajo en la tienda de la señora Melinda, yo… estábamos buscando algo y…

Mamá estudia su rostro. — ¿Harper? Qué bueno conocerte, creo que jamás te había visto antes.

Dudo que mamá sepa si quiera sobre Beck o Winny, ellos no saben nada de mi vida. —Bueno —digo—. Es hora de regresar.

Papá se cruza de brazos. —Espera Raziel, ¿Por qué tienes los ojos así? ¿Qué estaban haciendo allá arriba?

Me toma un segundo darme cuenta que papá cree que nos estábamos drogando o algo parecido.

Bufo, frustrada. —Estábamos hablando y ya, ¿nos podemos ir?

Mamá ríe. —Ay que tiernos, dime Razzy, ¿estás saliendo con él?

No puedo creerlo. Se comportan como adolescentes pero olvidan lo vergonzoso que es decir algo así frente a un chico. —No, Harper no es nada mío —bueno, sí, mi amigo pero no vale la pena explicarles eso.

Papá sigue molesto, ¿ahora quiere actuar como un adulto? —No me gusta que estas a solas con chicos en tu habitación.

Estoy intentando guardar la calma pero hoy ha sido un mal día. Muchas cosas han ocurrido y no estoy de humor para aguantar a mis padres. —Ya tenemos que irnos.

—Raziel —papá entorna sus ojos—. Hablo enserio, no me gusta —da unos pasos y se coloca frente a Harper quien lo mira nervioso—. Mira amigo, no soy un padre estricto pero hay reglas en esta casa y no quiero que…

— ¿Qué? —Reclamo—. ¿Qué termine como ustedes dos? —Aprieto mi puño y miro a papá—. Tranquilo papá no me voy a embarazar a los diecisiete, eso no ocurrirá.

Mamá deja de sonreír. —Raziel.

Tomo la mano de Harper. —Ya nos vamos.

Mamá niega y no me deja pasar. —Razzy, esta no es la actitud correcta, tu padre está preocupado por ti y…

Comienzo a reír, en mi mejor tono sarcástico. —Claro, ustedes siempre se preocupan por mí —tiro de Harper y lo llevo hasta la puerta—. Los mejores padres del mundo.

Pero mamá sale también y sostiene mi brazo para que deje de caminar. —Espera, hija, escucha —mira a Harper—. Lo lamento por todo eso, pero, ¿Por qué no te quedas a cenar? Queremos conocer al amigo de nuestra hija.

Me muerdo el labio para no hablar. Harper me voltea a ver como preguntándome su aprobación y la verdad, me da igual. Mis padres jugarán a la casita una hora y luego todo volverá a ser como antes.

—Si quieres —le digo.

Él asiente, aun inseguro. —Sí, está bien, gracias.

Mamá sonríe satisfecha. —Genial, entonces nos vemos en una hora, ¿no?

Ruedo los ojos y avanzo de nuevo a la tienda. Jay está atendiendo a un señor con un niño pequeño y mi abuela le está cobrando a una mujer delgada y alta.

Él y yo terminamos de ordenar las cosas que dejé hace un rato.

 

・。.・♡・。.・

 

—Entonces, ¿Son amigos, verdad? —mamá pregunta mientras corta una parte del filete de pollo.

Harper se sienta tan recto como puede. —Sí, nosotros somos amigos.

Jay clava su tenedor en la lechuga y resopla. — ¿Desde cuándo? Según recuerdo te desagradaba, ¿no?

Yo ruedo los ojos. —Así somos, no es la gran cosa.

Papá toma un poco de agua. —Entonces, ¿Están en el mismo año, verdad? ¿Cómo te va en tus clases? ¿Cómo te va en la escuela?

Asiente muchas veces y rápido. —Bien, todo va bien.

Mi abuela sonríe. —Harper es un buen chico, John. No hay de qué preocuparse, ambos se llevan bien y Harper cuida de Raziel.

Junto mis cejas. Supongo que sí, de alguna forma Harper cuida de mí pero eso no lo podría saber mi abuela. Aunque quizás nos ha notado más de lo que pensaba.

 Mamá asiente. — ¿Cómo es que cuida de ella? —pregunta algo que yo misma estaba pensando.

Mi abuela se pasa una mano por encima de su cabello, para alisarlo. —Harper y Raziel han hecho tareas juntos, cuando ella está sosteniendo algo se asegura que no tropiece y es amable.

Harper está levemente sonrojado. Papá sigue comiendo con la mirada sobre él.

Ahora es el turno de mi abuelo para hablar. —Yo creo que Raziel es una niña muy linda, ¿Qué tiene de malo que tenga novio?

—Harper no es mi novio —aclaro rápidamente—. Somos amigos.

Mamá suelta una risita. —Ah, eso decía yo de tu padre y míranos.

Mis abuelos se dan una mirada, seguramente para ellos no fue nada fácil saber que su hijo de diecisiete años iba a ser padre.

—Eh, de verdad que solo somos amigos —Harper afirma, un poco nervioso—. Nosotros solo nos llevamos bien.

Jay chasquea su lengua. —Por supuesto que no es tu novio, no creo que sea buena idea salir con alguien así.

Jay no es mala persona y seguramente sigue sintiendo un poco de rencor por lo que sucedió con el espejo de Bubu y sí, lo comprendo pero Harper es más que el chico que conocimos al principio.

Mi abuelo abanica su mano. —Ay, no creo que tenga nada de malo, tu abuela me ha hablado bien de él y además, son jóvenes. Si quieren salir, tienen mi apoyo mientras que no traigan un bebé en nueve meses.

Sé que mi abuelo estaba haciendo un chiste pero eso me hizo sentirme mal, yo fui el bebé que interrumpió su vida.

—Raziel fue y es una bendición —Bubu asegura—. Aunque fue inesperado, mi vida se llenó de luz desde que ella existe.

Y mi sonrisa se reaparece. Bubu es la mejor del mundo. —Gracias.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.