Capítulo 3

Hoy es día de escuela, no puede ser, el fin de semana pasó tan rápido.

El despertador sonó y me desperté asustada, no me acostumbro a despertar así.

Con toda la pereza que cargo, me levanto y voy a la ducha, al salir busco mí uniforme, me visto y salgo rumbo a la cocina por mí desayuno. Mamá no deja que vaya a la escuela con el estómago vacío, por lo que tengo que levantarme mucho más temprano para tener tiempo de comer.

Por cierto, que raro que no esté aquí, le pregunto a Marina por ella, pero dice que no sabe a dónde fue.

Termino el desayuno, tomo mís cosas y salgo, el chófer ya me espera.

Unos minutos después llegamos y veo a Tomás esperándome como siempre a fuera de la escuela, o bueno no siempre, algunas veces yo lo espero.

Me despido y agradezco al chófer y voy donde Tomás, nos saludamos y nos dirigimos a nuestra respectiva aula.

Es genial, andamos casi todo el día y todos los días juntos, hasta en la escuela.

Y lo que es más genial, es que somos muy queridos por los maestros, ellos nos concienten bastante, por ejemplo al hacer los equipos siempre nos ponen en el mismo, pues saben que tenemos buenos resultados trabajando juntos.

Tomás y yo somos un gran equipo, por lo individual no nos quedamos atrás, por suerte somos inteligentes ambos, pero como equipo somos una bomba.

Lo que sí, no nos dejan sentarnos juntos, pues hablamos demasiado e interrumpimos la clase jejej

Ups acaba de sonar la campana avisando que es hora del descanso, y yo bien metida en mis pensamientos, ni presté atención a la clase. Tendré que pedirle a Tomás el cuaderno para estar al día.

Salimos juntos, vamos a comer unos sándwiches de atún, conversamos un poco y vemos que se acerca Naty, o mejor dicho Natalia. Es una amiga nuestra, pero está en otra sección. Así que la vemos poco.

Ella es muy linda, hasta me da la sospecha de que le gusta a Tomás, pero no estoy segura.

Una vez terminamos, es hora de volver a clases. Nos despedimos de Naty y vamos juntos Tomás y yo.

***
Ahora vamos de salida, él me dice que vayamos a su casa, pero el chófer está esperándome y si no aparezco podría decirle a mamá y ella va a preocuparse y armar todo un caos.

Así que mejor le dije que tenía que hacer tarea, y él me miró con cara de sospecha, si que tontita soy, nos toca las mismas clases, las mismas tareas y hoy no dejaron, entonces le tuve que decir que le tenía miedo a mamá y seguro se iba a enfadar mucho más si la desobedecía y que si eso pasaba seguro aumentaría el castigo de por vida.

Él se sonrió y me dijo que no pasaba nada, que no debía mentirle porque si no se enojaría conmigo. 
Nos despedimos y nos fuimos a nuestras casas.

Al llegar me encuentro con mí mamá revisando unos papeles muy concentrada, me acerco para saludarla y ella da un saltito del susto, seguro no me escuchó llegar, cuando le pregunto que estaba haciendo, ella voltea algunos papeles y me dice: - No es nada mí pequeña. Te preparé unos ricos postrecitos, vamos a probarlo.

Y la verdad es que estuvieron deliciosos, había preparado unos pastelitos de chocolate con chispitas de colores.

Luego nos pusimos a ver una película con palomitas, hasta que llegó papi Marc.

- Hey, al fin llegaste, te extrañamos mucho. -Le digo, dándole un beso en la mejilla.

- Yo también las extrañé un montón - Dice.

Le da un beso a mamá y al ver la televisión nos pregunta que estábamos viendo. Le contamos un poco sobre lo que trataba la película, mientras servimos la mesa. Una vez lista, nos sentamos los tres a disfrutar de la deliciosa cena como una hermosa familia. Todo era maravilloso, yo estaba tan felíz.