La tentación se vuelve cada vez más intensa.
Paso demasiado tiempo encerrada.
Cuando estoy en mi habitación pienso en lo sencillo que sería tomar una tijera y cortarme el cuello. Lo más triste es que nadie se daría cuenta de mi muerte, posiblemente hasta la hora de la cena.
Pero no tengo el valor suficiente.
He sido tan buena guardando las apariencias, que siempre me ven una sonrisa, por dentro muero lentamente.
Perdida, así me siento.