Capituló 35 Ya viste lo que hizo tu hijo

Javier está en la oficina de la empresa disquera llevando las riendas por mientras regresa su hijo de sus vacaciones con su futura esposa. Ya no recordaba lo mucho que extraña esté en cargo de la empresa. Le encantaba pasar el tiempo aquí. Tener cosas que hacer.

Sin embargo, su padre le ordenó que le dejara el lugar a su hijo, que ya era momento de que se comportara como todo un Lara. Para Javier fue complicado despegarse de su cargo. Y más sabiendo que pasaría más tiempo con su esposa. A la cual no soporta ni un poco. Aunque lo ha tenido que hacer todo por orden de su padre y por su hijo.

Todavía recuerda cuando le dijo que estaba embarazada. No podía procesarlo. Sabía que cuando su padre Fausto se enterara de lo que hizo, le cortaría las alas que tanto le había costado ganarse. Y así fue. Lo obligó a casarse con ella. En una boda íntima en la cual solo asistió la familia de ambos.

Recuerda que ese día no pensaba en nada. Su mente estaba en shock. No podía creer cómo había sido tan imbécil teniendo a su disposición una chica linda, amable, gentil y muy sumisa. Tenía todo lo que él quería en una mujer. En cambio, Natalia era una mujer indomable, caprichosa, vanidosa, con carácter potente y muy respondona.

Su matrimonio con ella fue un total fracaso. A pesar de que él intenta tener una relación estable con ella. Natalia nunca le dio la oportunidad de llevarse bien. Ella solo quería su apellido, su poder y su dinero. Después de que nació Hades, nunca más volvieron a tener intimidad. Ella se negaba a toda costa; no obstante, él sabía que tenía su amante. Él se dio por vencido, dejó de dirigirle la palabra y se consiguió una mujer que satisficiera sus necesidades.

Ve sobre la mesa una fotografía de su hijo Hades abrazado de su prometida Raquel Olmos, hija de uno de los entrañables amigos de su padre. En su rostro de Javier se manifiesta una expresión triste y seria.

Él no está muy de acuerdo con que su hijo se case con Raquel. Sabe bien que ella es exactamente igual que Natalia. Lo único que buscan es el estatus que les puede brindar su maldito apellido.

También sabe que su hijo no la ama. Y si aceptó casarse con ella, fue por la presión de Fausto. La idea fue solo de él y lo obligó a hacerlo sin importarle que él le decía que no la amaba.

Javier cierra los ojos frustrado y es que sabe bien la vida que le espera a su hijo. Será exactamente igual a la de él. Ahora se lamenta por no haber sido más fuerte para haber dejado a Natalia. Entiende que su hijo está pasando por sus mismos errores. Solo espera que él sí tenga las agallas para ponerle fin y un alto a Fausto.

El sonido de llamada entrante en su teléfono. Lo saca del bolsillo de su saco, viendo en la pantalla el nombre de su padre, Fausto. Deja salir un suspiro; es como si lo hubiera invocado.

Con el pulgar presiona el botón verde de la pantalla y se coloca el teléfono en el oído derecho.

—Hola, padre —saludó Javier con amabilidad.

—¡Ya viste lo que hizo el bueno para nada de tu hijo! —exclamó Fausto con fuerza por el otro lado de la línea. Causando que Javier quede sordo por unos segundos. Haciendo una mueca de disgusto.

—No, padre, no lo he visto. —Además de que hablas si él está con su prometida en un crucero en medio del mar —añadió Javier, intentando averiguar qué es lo que sucede.

—¿Cómo que no lo has visto si está en todos lados? —expresó Fausto con más rabia.

—Padre, estoy en la oficina y no he tenido tiempo de ver nada.

—Bueno, entonces te diré. —El bueno para nada de Hades se perdió en el mar junto con una mujer —le contó el anciano. Javier se queda helado al oír semejante noticia.

—¿Cuándo pasó eso? —indagó Javier, preocupado.

—No lo sé. Pero eso no es lo importante, sino que está haciendo quedar mal al apellido Lara. Tú crees que perderse en el mar en pleno siglo XXI está bien. —Eso solo demuestra el grado de ignorancia e inmadurez de tu hijo —añadió Fausto con rabia. —Ahora nos toca salir a dar la cara. Prepárate; en 20 minutos estaré en tu oficina acompañado de la prensa. Y no te molestes en hablarle a tu esposa. Yo ya lo hice y Natalia está igual de furiosa. Así que esperamos que estaremos ahí pronto.

Javier no tuvo tiempo de contestar porque su padre terminó la llamada lo más pronto posible. No le interesa lo que le haya dicho ni mucho menos lo de su esposa. Con rapidez empieza a buscar en su ordenador alguna noticia sobre su hijo.

Para su buena suerte y confirmando lo que su padre me dijo. Efectivamente, en todos los noticieros y secciones de chismes están hablando sobre Hades.

Se encuentra un video donde el capitán está hablando de lo sucedido. Presiona el símbolo de reproducción. El capitán en la entrevista detalla cómo fue que ambos tripulantes se perdieron en el mar. Comienza a explicar que fue durante una tormenta. Él había dado una orden de no dejar salir a nadie; sin embargo, ambos desobedecieron esa orden yendo a la parte donde estaban los botes salvavidas. Debido a los movimientos provocados por las enormes olas que azotaban el barco.

Ambos tripulantes cayeron dentro de uno de los botes salvavidas. No obstante, no pudieron entablar ninguna comunicación con el byte. Ocasionado a que los aparatos internos fueron dañados por el agua.

Deducen que el bicho se fue sin rumbo fijo. Estuvieron trazando las posibles rutas que pudo haber tomado por las mareas. Sin embargo, otra tormenta se acercó con rapidez y no saben hacia qué rumbo los envió la corriente.

Pero los grupos de rescatistas ya estaban en la labor de búsqueda.

Javier cierra la computadora de golpe. Ya se cansó de ir a ese hombre. Sabe que es un inepto por no seguir al Vite y dejarlos alejarse mucho. Javier se da cuenta de que ese hombre no dijo nada sobre Raquel.

Así que busca su teléfono y marca el número de su futura nuera.

Espera a que contestes escuchando el sonido de llamada entrante. Después de unos segundos de estar oyendo ese sonido, la llamada es dirigida al buzón de voz. Vuelve a marcar, pero nuevamente la llamada no es respondida.