Kayla siente esos labios sobre los de ella. No entiende por qué razón no le molesta. Es como si su mente se hubiera quedado dormida, al igual que su cuerpo. No comprende ninguno de sus movimientos. Y sin pensarlo, corresponde a ese beso.
Hades percibe ese gesto como una invitación. Lo que le causa un sentimiento extraño en su estómago. Es como un revoloteo. Es algo placentero que le encanta. Y no pierde la oportunidad de seguir explorando esa deliciosa boca. Saboreando cada rincón. Con mucho cuidado coloca sus manos en su cintura, esperando no ser rechazado.
Sin embargo, eso no sucede, lo que le fascina aún más. Acaricia toda su delicada espalda, percibiendo la suavidad y calidez de su piel. Con ese solo acto tiene para que la parte íntima de Hades logre una elevación enorme.
Por su parte, Kayla aún sigue con su mente nublada y completamente aturdida. No logra controlar sus movimientos ni sus emociones; solo sin razonar coloca sus manos alrededor del cuello de Hades.
Para él, ese gesto lo motiva a seguir adelante. Pasa su mano por uno de sus senos, apreciando la perfecta redondez que posee. Disfruta de cada centímetro de esa zona. Hasta tocar ese punto a la mitad que está completamente duro. Con el cual empieza a jugar y a jalarlo con delicadeza.
Kayla siente esos toques, lo que, por muy extraño que parezca, provoca una sensación extraña en sus piernas. Lo que le produce de alguna manera algo muy agradable. Permitiendo que él siga con lo que hace.
Hades continúa con sus movimientos. Dejando en paz sus pechos y bajando con calma por su vientre. Sintiendo el agua y continúa hasta tocar la parte superior de esa parte, la cual se siente tan suave. Dándole a entender que está completamente limpia de todo vello, lo que le gusta mucho.
Cómo no ha sentido el rechazo por parte de ella; él continúa con su propósito. Bajando más la mano hasta percibir los finos pliegues de su entrepierna. Abriéndose paso hacia ese interior húmedo. Encontrándose con esa diminuta parte dura y ligeramente sobresaltada. Enfocándose por completo en esa zona.
Iniciando con movimientos lentos y circulares. Kayla se estremece ante esos toques. Sus piernas tiemblan; se sienten como si fueran gelatina. Aunque no lo detiene. Su mente aún está nublada y aturdida. Es como si se hubiera quedado bloqueada.
Aunque lo que su cuerpo siente ante las caricias de Hades le hace percibir un cosquilleo extraño en su vientre. Pero a la vez bastante placentero. Ambos continúan con los labios unidos. Sus cuerpos pegados. Hades no deja de masajear esa parte cálida y húmeda por el agua. Mientras que su parte está casi por explotar. Volviéndose incómoda y bastante dolorosa.
En un movimiento arriesgado, Hades frota su parte entre los muslos de Kayla. Esperando no ser rechazado. Kayla, al sentir esa longitud, no entiende, pero una electricidad recorre todo su cuerpo.
—¡Ah! —grita Kayla. Gimiendo en un giro ahogado. Debido a que sigue su boca pegada a la de él.
Hades, al oír ese gemido, le fascina, volviéndolo completamente loco. Y sin dudar en lo que hará e impulsado por sus ganas retenidas, pega más a Kayla a su cuerpo, haciendo que ella lo rodee con sus piernas.
Hades se encuentra impaciente, con ganas de seguir adelante con sus impulsos. Hacerla suya en estas aguas cristalizadas de color turquesa. Pero tiene una mejor opción. Sin dejar de besarla, camina con ella hacia la orilla.
La recuesta con calma sobre la arena húmeda. Esperando que no haya ningún bicho o que las piedras le molesten. Pero no hay gesto alguno; ella continúa correspondiendo a su beso. Él no deja de tocarla disfrutando de su bella figura, sus pechos redondos con los cuales juega y acaricia. Se siente muy tentado a chupar esas lindas puntas. Sin embargo, no quiere dejar de besarla. Tiene miedo de que en el momento que rompa con esa conexión, ella lo rechace y es lo que menos quiere.
Hades mira que Kayla tiene los ojos cerrados. No sabe qué es lo que piense o si lo está disfrutando. Aunque posiblemente sí, porque si no fuera así ya lo habría alejado y eso no ha pasado. Lo que lo sigue motivando a seguir. Después de unos minutos en ese lugar y en esa posición, Hades no puede esperar más. La elevación entre sus piernas se vuelve cada vez más molesta, incluso dolorosa.
Con su mano libre sostiene la punta de su miembro y percibe cómo está sacando un líquido que ya ha escurrido. Y es que su parte se encuentra muy impaciente por adentrarse en esa hermosa parte.
Con la elevación en su mano, la aproxima hasta la parte íntima de Kayla, pasando por medio de sus pliegues, estando muy nervioso, esperando que no lo rechace. Pasan unos segundos y no escucha nada, ni un movimiento. Así que lo vuelve a repetir, percibiendo ahora como el cuerpo de Kayla se estremece debajo de él. Dejando salir otro gemido ahogado en su boca.
Kayla se encuentra confundida; solo siente un placer muy agradable. Acompañado de un hormigueo en su vientre y un revolotear de mariposas en el estómago. No comprende qué es lo que le sucede. Pero las caricias le resultan muy satisfactorias. Estando con los ojos cerrados, se imagina que Hugo es quien la toca. Quien está por hacerla suya, y es que han pasado días en que no ha tenido nada de intimidad y se encuentra deseable de poder estar con él. Abriendo más sus piernas, dándole total libertad para que la haga suya.
Hades siente ese gesto. Lo que le encanta por completo y sin poder esperarse ni un momento más se hunde en ese húmedo y cálido interior de una sola estocada.
Ella siente cómo esa longitud se abre paso dentro de ella. Haciendo que clave sus uñas en su espalda. Dejando de besarlo y gimiendo en su boca. Él comienza con sus movimientos. Que los inicios son un tanto lentos y con mucha ternura. Pero poco a poco se vuelven cada vez más feroces, al punto que, debido a la piel húmeda de ambos, se escuchan los choques de sus cuerpos. Siendo acompañados de los gemidos de Kayla.
Editado: 16.07.2025