Pérdida con el Ceo

Capituló 90 Un final con un nuevo comienzo

Los días siguientes la prensa no se dio abasto con tanto chisme que tenían de la familia Lara. De cómo el mismísimo Hades Lara los denunció a todos por abuso. Durante el juicio, Hades presentó mucha evidencia de todos los daños que le causaron sus padres y su abuelo. Incluso las pruebas del abuso sexual que sufrió a manos del señor Benavides, y no solo él, un sinfín de niños habían sido violados y cómo sus padres estaban al tanto de eso y no hicieron nada. Las pruebas eran más que evidentes; por más que intentaron defenderse, estaba claro todo lo que me había sufrido.

El juez tomó la decisión de sentenciar al sargento Benavides a 80 años de cárcel, al señor Fausto Lara a 20 años de prisión, al igual que a la señora Natalia. Al señor Javier, por haber sido honesto y ayudar con las investigaciones, le redujeron su sentencia a 15 años de prisión. Para Hades, escuchar cada una de esas condenas fue un alivio. Su alma había sanado y su niño interior estaba en paz al darse cuenta de que había vencido al monstruo.

Raquel fue sentenciada aparte por ser un caso diferente. Hugo acudió a las audiencias declarando que él estaba en estado de ebriedad cuando ella abusó de él. Con toda la evidencia recabada era evidente que lo había hecho; sin embargo, como el señor Hugo entró por su propio pie. Así que solo le darían 8 años de cárcel. Sin embargo, durante el juicio, Raquel presentó síntomas y actitudes bastante extrañas. El juez la envió a revisar y los resultados declararon que Raquel padecía de un trastorno psiquiátrico y la envió a un hospital mental.

Hades le contó lo que había sucedido el último día que se vieron cuando la llevó a ver el departamento. Cómo Raquel los había espiado usando al bebé y a ella como chantaje para que a él lo obligaran a casarse. Él se había negado, pero su abuelo le dijo que si lo hacía, la mandaría matar porque le dijo a su amigo el señor Benavides que la vigilara con un arma lista para matarla. Cuando supo que haría eso, él rápido, con la ayuda de su padre, pudo dar con él y así las autoridades se lo llevaron. Al saber que estaba a salvo, pudo enfrentarse a cada uno de ellos. Kayla estaba impactada de todo lo que hizo por ella. Y estaba orgullosa de él por haber enfrentado cada uno de sus miedos y saliendo victorioso de eso.

Poco a poco todo fue cambiando. Kayla y Hades mantenían comunicación. Salían a comer e incluso iban a ver películas. Así pasaron semanas hasta que por fin llegó el día donde se podía hacer una prueba de paternidad. Hugo y Hades estaban presentes en el consultorio de la doctora. Que entró con un sobre en sus manos. Todos estaban nerviosos. Mientras lo abría. Hasta que después de unos minutos declaró que el padre del bebé que ella esperaba era de Hades Lara y que era una niña. Lo que entristeció a Hugo. Pero en el fondo ya lo sabía. Así que solo los felicito y se fue. Sabía que esa sería la última vez que miraría a Kayla. Pero les deseo lo mejor del mundo. Dándose a sí un buen perdedor.

Kayla y Hades estaban encantados. Ellos en el fondo ya sabían que lo era.

Después de tanto insistirle, Kayla por fin aceptó mudarse al departamento. Con la condición de que cada quien viviría en casas aparte por lo menos hasta que naciera su hija.

Entre más pasaban los meses, su vientre crecía cada vez más; las citas se hacían cada vez más seguido y ver los ultrasonidos era algo tan bello; su diminuta bebé los tenía encantados. Prepararon todo con calma; su habitación estaba lista, su cuna hermosa, su ropa lista y todo lo que ella podría necesitar.

Después de meses de espera y varias horas de parto, por fin Kayla dio a luz a una hermosa niña de piel rosada, cabello castaño como el de su padre y sus ojos verdes de él. Pero tenía la nariz de ella y sus pómulos. Era tan chiquita como una muñeca.

—La quieres cargar —preguntó Kayla viendo a Hades a un lado de ella.

—Claro —aceptó él, tomando el diminuto cuerpo de su hija.

Es tan hermosa; no podía creer que ese bebé era de él, que él había ayudado en su formación. Pero no se da el mérito; sabe que todo el trabajo lo dio Kayla. Notar su pequeña boca y esos labios iguales a los de su madre que me hacen enamorarme más de ella. Esas pestañas tan chiquitas. Esas cejas tan finas que no se alcanzan a ver con claridad. Sus manos pequeñitas que sostienen su pulgar. Verla así de indefensa y noble le conmueve el corazón y más lágrimas bajan por sus mejillas. La pega a su cuerpo dándole un abrazo.

Voltea a ver a la mujer que está un tanto desaliñada en la cama. Pero eso no le quita lo hermosa que se ve.

—Gracias por formar a mi hija y por haberle dado vida; es algo que nunca podré pagarte. Y aquí frente a nuestra hija te prometo que nunca les fallaré y daré mi vida por ustedes si es necesario —declaró Hades acercándose a ella y dándole un beso en la frente.

Sus palabras conmueven a Kayla. Sus mejillas se sonrojan. Cuando él se separa de ella, se quedan viendo un momento y ella pega sus labios a los de él. Ambos sienten como si algo revoloteara en su interior.

—Durante estos meses me has demostrado lo mucho que has cambiado, lo honesto, amable y cariñoso que puedes ser. Sé que en nuestra juventud pasamos por momentos complicados y, como te dije antes, cada uno de esos errores los perdono. Porque por más que intente negarme, me enamoré de este nuevo Hades y quiero que seamos una familia feliz para siempre. —Has demostrado que puedes cuidarnos sin importar quién sea que nos intente dañar —habló Kayla con dulzura, declarando lo que por meses ha estado ocultando.

—Entonces, si te pidiera casarte conmigo, ¿lo harías? —preguntó Hades con miedo y cierta seriedad.

—Claro que sí —aceptó feliz ella dándole otro beso—. Pero será después cuando nuestra linda niña esté más grande. Por cierto, ¿cómo la llamaremos?

—Había pensado en Aria, pero si no te gusta, ponle el que quieras —añadió Hades con cierto temor de que ella pueda pensar que el nombre es por otra cosa.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.