Estaba sentada en puesto trasero del taxi que me llevaba camino a casa, eran las 4:30p.m y Manhattan era el caos que de costumbre era a esa hora del día, todas las personas estaban apuradas por terminar con sus pendientes antes de la hora de ir a casa y a si no tener que llevar trabajo con ellos, las calles aunque atiborradas de carros se movía bastante rápido, lo que garantizaba un viaje cómodo y veloz hasta mi departamento, quizás no más 30 minutos, con el tiempo extra que Nicholas me había regalado para poder estar lista para la cena familiar, sí que me había hecho mi noche mucho más fácil.
Aunque estaba segura de que la razón por la que Nick me había permitido marcharme a casa antes se trataba de una de sus formas de redimirse por lo que me había dicho esa mañana estaba muy agradecida con él, en realidad necesitaba alejarme, necesitaba dejar de verlo, dejar de sentir su presencia y su aroma por doquier, necesitaba hacer que mi mente se calmara y que mi determinación dejara de bailar como si de un vals se tratara, si seguía con aquel comportamiento, sin duda aria que mi decisión de dejar la compañía cambiara y no quería que eso pasara, por que aquellos buenos tratos no durarían para siempre, aquella amabilidad desaparecería en un abrir y cerrar de ojos.
El sonido de mi teléfono me saco del mundo en el que Nick había logrado atraparme después de aquella discusión, sin siquiera tomarme el tiempo de ver de quien se trataba solo respondí.
-Bueno
- ¿Te encuentras bien Emm?
Inmediatamente la voz de Sam resonó al otro lado del teléfono, la pregunta me hizo reír un poco, Sam tenía un don que pocos poseían cuando de mi se trataba, él simplemente notaba cualquier minúsculo detalle que diera visos que algo me ocurría, en esta ocasión había sido culpa de mi distraído saludo, cuando sabia que era el no decía el típico bueno, le saludaba directamente con su nombre y le pedía algo de comer, cosa que esta ves claramente no había ocurrido.
-Estoy bien tonto, ¿tú cómo estás?
- ¿Seguro estás bien?
La insistencia de Sam y la evidente preocupación en su voz hacía de la conversación mucho más divertida una risilla se escapo de entre mi boca para tratar de que se relajara un poco.
-Estoy muy segura, ahora, ¿cuéntame a que debo la dicha de escuchar tu melodiosa voz?
Un chasquido de su lengua en señal de desaprobación resonó, pero Sam simplemente no insistió más, aparénteme en realidad tenia algo más importante que decirme.
-No puedo llamarte solo para saber cómo va el día de mi mejor amiga sin tener una razón importante que mueva ese sentimiento.
-claro, pero cuando es el caso simplemente dices paso por en 5 tengo hambre, asique toda esta habladuría me da a entender o que has tenía un terrible día o que por el contrario paso algo que en realidad te tiene tan emocionado que no puedes esperar para contarlo.
La carcajada de Sam fue tan fuerte que tuve que apartar el teléfono de mi oído, en cuanto estuve segura había dejado de reír puse el teléfono de nuevo en mi oreja.
-Si que me conoces, en realidad es lo segundo, por eso te llamo justamente. Hay algo muy importante que quiero contarte, paso por ti a las a 6:00pm para ir a cenar y no me importa que el idiota de tu jefe se ponga más loco de lo que normalmente es, no tiene derecho hacerte trabajar mas tiempo del que te corresponde, así que mándalo a la mierda.
La mescla de enojo y emoción en la voz de Sam me dio demasiada ternura, no había cambiado nada, seguía siendo ese niño apasionado que había llegado al mismo instituto en el que yo estudiaba, eso era lo que mas me gustaba de él.
-En realidad Sam, voy camino a casa, Nick me ha dejado salir temprano hoy, y me temo que no podremos cenar juntos, la abuela a organizado un a cena familiar para recibir al tío Malcon.
Un suspiro se escuchó, un comentario cargado de drama se aproximaba de eso no me cabía duda.
-Oh, por eso Nick te ha dejado salir temprano, me había preocupado, solo hay dos opciones de que Nicholas Taylor deje de comportarse como un idiota cuando de ti se trata, la primera que haya hecho algo muy malo y quiera remediarlo y la segunda que la señora Taylor este de por medio, me alegra que sea la segunda.
Un silencio acompaño aquel comentario, Sam conocía como era la dinámica entre Nick y yo, y sabia que si no contestaba con algún comentario despectivo acerca de mi jefe algo iba mal entre los dos y no mal como de costumbre, mal de verdad.
- ¿Porque es la segunda verdad Emma?
Di un pequeño suspiro antes de responder aquella pregunta, no quería dañar la noche de Sam, con mis peleas con Nick.
-En realidad es una mezcla de las dos cosas Sam, esta mañana hemos tenido una pelea muy fuerte, a decir verdad.
-Sabía que algo había pasado, a mí no me engañas Emma, ¿qué te ha dicho esta vez?
-Te hare el cuento corto para no arruinar tu día, hice algo, el se enojo por eso, dijo muchas cosas, le di una bofetada y renuncié.
Podía escuchar como Sam abría y cerraba la boca sin decir una sola palabra, todos sabían que no era de tomar ese tipo de decisiones solo por una discusión, aunque fuera una muy fuerte con Nick, amenos de que me hubiera herido realmente.