Seguía aturdida, aun después de llevar 15 minutos sentada en auto de Nick, escuchando las subes tonadas que sonaban en la radio y contemplar la aun cálida pero fresca noche de Manhattan, mi corazón seguía tan acelerado, como en el elevador, mis manos estaban sudorosas y tenían una sanción extraña en el pecho, esa sensación había aparecido cuando Nick, debo admitir, no muy amablemente hecho a la chica pelirroja que esperaba por el en el lobby de mi edificio. Sabía que había sido rudo con ella, y que debería sentirme mal por la chica, pero, extrañamente era todo lo contrario.
Estábamos a pocos minutos de llegar a casa de los abuelos y evitaba mirar a Nick por que simplemente cada vez que lo hacia el calor subía a mis mejillas, mi cerebro era una maraña, por una parte, no dejaba de pensar en lo ocurrido en el elevador y por el otro la parte racional de mí, gritaba que me estaba manipulando, que estaba cayendo en sus encantos y que todo era un juego para evitar que me dejara mi trabajo y así evitar un gran disgusto con los abuelos.
El auto se detuvo, Nick apago el motor, pero antes de que siquiera hiciera cualquier simple movimiento me todo por los hombros haciendo que le mirar directo a los ojos, la eléctrica sensación apareció de nuevo, y eso me ponía los nervios de punta.
-Necesitamos hablar de tu renuncia Emma.
Lo mire un segundo y algo dentro de mi se desinflo un poco, mi racionalidad tenía razón, como de costumbre solo era su forma de hacerme cambiar de opinión.
- ¿Por qué tanta insistencia que siga trabajando para ti? Nick, no podemos pasar ni un solo día sin discutir, sin que tengas una queja de mí, sin que nos digamos cosas que nos hieren.
Su manos se apretaron un poco en mis hombros y su mirada era cada vez mas intensa, el aire era cada vez mas pesado y el calor iba a en aumento.
-Se que discutimos todo el tiempo, se que no soy fácil de llevar y constante mente nos estamos insultado, pero simplemente no puedo imaginar llegar a la oficina y no verte, no escuchar tu voz, no sentir el tu aroma, no puedo imaginar no tenerte cerca.
Estaba por contestar cuando de repente mi puerta se abre una esquelética mano me saca del auto de un solo jalón, en cuanto recuperé el equilibrio vi como Nick salía del auto el enojo en su rostro se podía ver a kilómetros de distancia, la esquelética mano seguía en mi brazo, mientras la voz chillona de la chica se hacia presente.
- ¿Me puedes explicar que rayos hacías?
La chica pelirroja nos había seguido hasta la casa de los abuelos y ahora estaba haciendo un gran escandalo que estaba segura terminaría muy mal.
-Magenta, suéltala ya, y lárgate de aquí.
La chica me soltó bruscamente, no entendía porque el odio que la chica me tenía, pero a lo mejor estaba ligado con que la noche anterior había dicho que Nick tenia una enfermedad venérea.
-No me voy a ningún lado, ayer mientras fallábamos me dijiste que no debía preocuparme por esta chica, que solo disfrutabas haciéndola miserable, que solo era un caso de caridad de tu familia.
La cara de Nick se tensó, la ira estaba subiendo por mi cuerpo y mis ojos viajaron de Nick a la pelirroja de inmediato.
-Discúlpame ¿qué te ha dicho que cosa?
-Tu cállate, que solo eres una piedra en el trasero para mi Nicky, crees que él en realidad quiere que sigas en la compañía, ha querido deshacerse de ti desde que llego, pero eres una lame botas, que compra a sus padres con su cara de buena.
-CIERRA LA BOCA MAGENTA.
Magenta dio un pequeño salto del susto, Nick estaba furioso era evidente, pero su enojo con la chica no llegaba ni a la mitad del enojo que yo sentía conmigo y con él en ese instante.
-Una lame botas, una piedra en el trasero, un caso de caridad.
Repetí las cosas que la chica cavaba de decir mientras me acercaba a Nick.
-Emm yo lo siento mucho, yo en realidad…
-Solo cállate Nicholas, no me vuelvas a llamar Emm en la vida, solo las personas que me quieren lo hacen, y tu no eres uno de ellos, no sé quién de los dos es más imbécil, si tú que haces lo imposible para poder humillarme o yo que te creo. Te felicito, eres el mejor actor del mundo, te lo juro, estuve a punto de creerte todo.
Nick intento acercarse a mí, pero me aleje rápidamente, ya no caería más en sus estúpidos juegos, no de nuevo.
-Emma perdóname, solo deja que te explique.
-Nicky deja de rogarle a esta caza fortunas, por fin te vas a liberar de tu karma, recuerdas que anoche dijiste que era lo que mas querías en el vida.
Nick dio dos grades zancadas hasta quedar frente a la pelirroja para tomarla muy fuerte por los brazos y sacudirla un poco.
-Maldita sea Magenta, solo cierra la boca, deja de meterte donde nadie te quiere.
La chica lo miro sorprendida, la ira en la voz de Nick por la chica era palpable, era entrometida y muy chismosa, se notaba que disfrutaba decir todas esas cosas, pero le agradecía que lo estuviera haciendo, aquello me había dolido, tanto como lo que él me había dicho esa mañana, Nick se acercó un poco a mí, para poder verme a los ojos.