Samay Johnson es una chica de 22 años con el pelo cobrizo bastante largo y ondulado, con dos zafiros como ojos y piel porcelana como una muñeca de porcelana decorada con pecas en su rostro y encallada en una estatura promedio. Ella no tiene a nadie más que a su gata y a un viejo matrimonio que la ven como si fuera su hija, pero aun así ella se siente sola y desolada.
Samay no tuvo una vida fácil, lo que provocó que fuese una chica introvertida y bastante solitaria. No tiene más familia que su gata Mimi o eso es lo que ella ha creído durante todo este tiempo, debido a que ella creció en un orfanato en un pequeño, pero bonito, pueblo de Inglaterra, Lacock, donde 20 años atrás apareció en la puerta con una pequeña mochila y una nota donde pedían que la cuidaran. A la edad de 18 años salió del orfanato y se mudo a Londres para trabajar y seguir estudiando. Al cabo de un año Samay consiguió una beca en una universidad de California y con bastante esfuerzo se graduó en administración de Empresas a los 20 años.
Samay desde que puede recordar haber tenido siempre la misma pesadilla, una y otra vez, la misma mujer, el mismo paisaje, la misma hora, sin saber por qué ni cómo era posible.