Pérdidas.

Capítulo 6: Pérdidas.

La noche estaba completamente estrellada, pero vos estabas realmente apagado.

—Luca—murmure vacilante, sin saber que decir realmente.

—No digas nada.

—Lo siento.

—¿Por qué?

—Por no poder hacer nada para ayudarte.

—Nadie puede hacer nada con la muerte—murmuraste ahogadamente y luego cerraste los ojos, intentando contener las lágrimas, pero fallando y te observe, mire tu rostro destruido por la perdida, y fue ahí cuando entendí que aunque intentemos con toda nuestra fuerza hacer que una persona deje de sufrir, eso es algo imposible, así que te deje llorar, te deje desahogarte.

Llorar a tu hermana y a tu sobrina en paz, pero sin dejarte realmente, me quede ahí hasta que apoyaste tu cabeza en mis piernas derrotado, como si tu cuerpo estuviera agotado como para siquiera mantenerte erguido.

—¿Por qué ellas?—preguntaste con tanto dolor que sentí como mi corazón se rompía y fue como si yo también lo hiciera porque comencé a llorar, pero intenté que no lo notaras, tenía que ser fuerte por vos.

—No lo sé, y-yo no lo se—murmure mordiendo mis labios para aguantar los sollozos.

No volviste a hablar y yo pensé que era una estúpida por no poder darte una respuesta mejor, por quedarme en blanco justo cuando más necesitabas de las palabras, pero luego vos volviste a hablar y ahí comprendí por segunda vez lo mucho que podían doler unas simples palabras o una frase. 

Sufrieron un accidente.

Fallecieron.

Ya no te amo.

—Ya no te amo, Grace—dijiste con tu voz ronca por haber gritado tanto—. Ya no lo hago en absoluto y es realmente estúpido el intentar ocultar eso para no lastimarte porque sé que te estoy lastimando aún más, perdóname—sollozaste—. Perdóname.

—Está bien, está bien, luca.—dije intentando limpiar mis lagrimas disimuladamente.

Esa noche estuvimos horas en ese patio, en la oscuridad, sólo cuando comenzó a amanecer entramos en el departamento, donde todo estaba oscuro, vos fuiste directamente a la habitación y yo te seguí, me acosté con vos y me abrazaste mientras llorabas, yo te acaricie el pelo y deje que lo hicieras. Pero cuando te dormiste, me levante despacio y fui al living, me acoste en el sillón, agarre un almohadón y lo puse sobre mi cara para amortiguar el sonido de mis sollozos, pero cuando me di cuenta que no era suficiente, volví a salir al patio.

Estaba lloviendo, pero igualmente lo hice y me derrumbe, llore hasta el cansancio, llore por la pérdida, llore a mi amiga, a esa persona que conocí por vos y que hizo que mi vida sea más increíble aun, y llore por la niña que se gano mi corazón de una forma única y que se llevo una parte de el con ella.

Ese día no solo perdí a Layla y Dasha, te perdí a vos también, por eso lo recuerdo como el día más trágico de mi vida porque fue la primera vez que pensé que iba a morir de tanto dolor, porque mientras lloraba, sentía que me iba a partir en dos de tanto dolor, estuve horas bajo la lluvia y cuando volví, vos ya no estabas ni tus cosas, me dejaste una carta.

Antes la leía todas las noches antes de dormir y miraba la foto del cumpleaños de Dasha que ella me regalo cuando se entero que era tu novia, dándomela mientras me decía que ahora yo era parte de la familia y que por eso tenía que tener una foto donde estuviéramos todos juntos para tener en mi casa.

Sé que estabas destruido, pero yo también lo estaba y hubiera deseado que te quedaras o que por lo menos, hubieras dicho un adiós, pero no lo hiciste, pero ellas tampoco pudieron hacerlo.

 




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