Prólogo.

30 de marzo, 2019

Le di una mirada fugaz a aquel hombre polaco que me observa desde hace unos minutos atrás. Entrecerré los ojos y me di por vencida en aquel juego de miradas que teníamos desde hace tiempo.

—Señorita –su voz se escuchó muy cerca de mí— Mi nombre es Jarek Gorka, es un placer conocerla.

—Aleska Ivanović –arreglé mi cabello con una mano.

—Trabajo como Técnico de Calidad en la empresa Bosko en Polonia, estamos buscando a una nueva diseñadora. Por lo que sé, tú eres una talentosa diseñadora de modas de Praga y nos interesaría mucho que trabajes con nosotros.

Tomé un poco de cerveza y le sonreí:

— ¿Polonia dices? ¿En qué ciudad?

—Varsovia, te puedo asegurar que es una ciudad muy linda y en la cual podrás encontrar mucha felicidad.

Pensé en su propuesta por unos segundos antes de soltar una respuesta sin sentido:

—No tengo nada que perder si me voy de Praga –reí— ¿Por qué no irme a Polonia?

— ¿Eso es una respuesta afirmativa de su parte?

—Sí, aceptaré su propuesta de trabajo –suspiré.

Aquella decisión fue tomada en un par de segundos debido a que me daba lo mismo quedarme en Republica Checa o no, lo que jamás imaginé fue que al irme a Polonia terminaría locamente enamorada de mi futuro jefe: Bruno Bosko.