Bruno
La casa de los padres de Aleska era muy bonita y elegante. Me fijé en una de las paredes, de la cual colgaban un montón de portarretratos con las fotos de la familia Ivanović.
—El matrimonio será dentro de poco tiempo —Eva, la hermana mayor de Aleska, nos dijo a todos con una sonrisa— Esa es una decisión que hemos tomado de pronto así que es normal que se sientan tan sorprendidos.
Aleska sonrió mientras ayudaba a su madre a preparar un delicioso pastel de chocolate y chispas. El padre de Aleska se encontraba trabajando por lo que aún no tenía el gusto de conocerlo.
—Tal vez la decisión fue tomada de pronto, pero ustedes ya han mantenido una relación por varios años —su madre le respondió— Me alegro de que te vayas a casar con alguien que realmente te respeta y te ama. Dave es un buen hombre, creo que todos los miembros de la familia somos conscientes de ello.
—Te lo agradezco mamá, mi mayor deseo es que Aleska también encuentre a un hombre bueno y sincero —opinó sonriéndole a su hermana menor— Tal vez un hombre que se parezca a ti, Bruno.
— ¡Mamá! No incomodes a Bruno —Aleska le gritó llena de vergüenza— Disculpa por incomodarte, Bruno ¿Por qué no entienden que es mi jefe?
—No tienes por qué pedir disculpas, me encantaría casarme contigo en realidad —confesé viendo a la madre y hermana de Aleska con suma atención— Es una de las cosas que más me gustaría hacer.
Aleska agachó la cabeza ya que sus mejillas empezaban a teñirse de rojo. Ella podía ser muy confiada de sí misma y demás, no obstante cuando alguien le daba una especie de cumplido ella se moría de vergüenza instantáneamente.
Seguramente, ella estaba pensando en que yo era un completo atrevido y mentiroso pues no tengo pelos en la lengua al momento de confesar lo que estoy pensando...Sí que me gusta decir lo que siento y más aún si una mujer tan maravillosa busca entrar a mi corazón sin siquiera intentarlo.
—No estoy mintiendo...Aquel es uno de mis más profundos deseos, cuando éste se cumpla podrán comprobar que yo no mentía.
Ese día pasamos cocinando y viendo el álbum de fotos familiares. La familia de Aleska era muy amable, en especial su madre, por lo que entendí el por qué ella también era tan amable.
Rosé
13 de Abril, 2019
Me observé en el espejo con una sonrisa torcida. Estos últimos días han sido muy difíciles para mí gracias a que Filip y yo nos separamos definitivamente, pero ya no hay nada que pueda hacer.
—Rosé, ven acá —la voz de mi madre me llamó, me he estado quedando en casa de mis padres desde hace unos cinco días gracias a que me sentía demasiado sola.
—Mamá ¿Para qué me necesitas? —cuestioné acercándome hacia ella, que estaba usando su computadora portátil.
—Junto a los Bosko hemos organizado un gran viaje a Corea del Sur que se llevará a cabo dentro de tres semanas. Puedes traer a dos amigos contigo, pero quisiera que me dieras sus nombres máximo hasta mañana.
—Llevaré a Pía y a mi nueva amiga Aleska Ivanović —hablé viendo mis uñas por un par de segundos— Mañana te daré una confirmación de su parte.
—Rosé, te he notado muy extraña en el último tiempo —mamá acarició mi hombro— ¿Te ha estado pasando algo?
—Es solo que no tengo idea de lo que puedo hacer con mi vida, mamá ya tengo veintinueve años y no puedo dejar de pensar en que he estado desperdiciando cada segundo de mi vida.
—Lo que necesitas es un lugar nuevo en el que puedas tener un nuevo inicio ¿O no es así?
—Puede que sí. Quiero casarme y formar una familia con alguien que se haya ganado mi corazón.
—Yo conocí a tu padre cuando tenía dos años menos que tú, creo que eso se debe a que el verdadero amor tarda muchísimo en llegar. Pero, si tú crees que no lo vas a encontrar en el lugar en el que te encuentras actualmente, puedes ir a buscarlo en otro lugar.
—Es lo que pienso hacer —le dije con tristeza— Quiero irme, solo quiero irme y despedirme de todo es lo que necesito.
—Vete entonces, vete lejos. Ve a dónde nadie pueda encontrarte, ve a aquel lugar que puede hacerte realmente feliz.
—El único problema que existe es que no sé cuál es ese lugar —solté un par de lágrimas— Mamá, soy un cero a la izquierda. Mamá, lamento no hacer que te sientas orgullosa de tu hija —lloré con fuerza y regresé a mi antigua habitación— Maldita sea la hora en la que naciste, Rosé. Maldita sea la hora...
Me siento rota por dentro y ya no sé si lo que en verdad deseo es seguir viviendo un día más. No hay nada por lo que debería luchar, no hay nada que logre que me encuentre rebosante de felicidad. Esta vida mía es una basura.
Aleska
14 de Abril, 2019
Días después me habían otorgado una oficina para mí sola con el fin de que pudiese trabajar con mucha más comodidad.
Le di vida a aquella hoja en blanco con un lápiz carboncillo. Sonreí mientras iba haciendo que aquel dibujo tomara vida. Detuve mi trabajo por un segundo para recogerme el cabello en una coleta alta, pero antes de seguir con mi dibujo Rosé entró a mi oficina.
—Hola Aleska —se sentó frente a mí y me extendió un vaso de café— Mi familia hará un viaje a Corea del Sur en tres semanas y me han permitido llevar a dos personas conmigo, así que quiero que tú y Pía vayan.
—Será todo un honor ir juntas a Corea —respondí sin pensármelo dos veces ya que Corea era extremadamente encantadora— Iré contigo.
— ¡No imaginas cuánto me alegra que aceptases venir a Corea! Me sentiría muy sola al ir con mis padres, te doy las gracias.
—Debería de agradecerte yo a ti —sonreí— Me hace mucha ilusión ir a un país tan maravilloso, estoy encantada de viajar al lugar de origen del ahora tan conocido pop coreano y los doramas.
—Te avisaré la hora y el día exacto del vuelo más tarde —me dijo antes de levantarse de la silla— Una vez más, te agradezco por aceptar el viaje.