Perdido en ti.

Capítulo 10 | El desfile.

Rosé

Dejé que me prepararan para la primera parte del desfile. Mi vestuario constaba de un hermoso vestido corto de cuero, tacones y un sombrero del mismo material. Mi maquillaje era dorado.

— ¡Te ves demasiado preciosa! —Aleska aplaudió al verme lista— Solo falta media hora para que el desfile comience así que nuestros artistas invitados saldrán ahora mismo a tocar un par de canciones. Todo el personal ya está en sus asientos menos Lena y yo, que revisamos que todo esté bien antes de irnos.

—Todo está bien, Aleska —reí— No tienes que preocuparte por nada más...

—Me alegra verte una vez más. Para ser sincera, me has hecho mucha falta chica del cabello rosa.

—Supongo que ese apodo ya no va conmigo ahora que he cambiado mi color de cabello —sonreí dándole un abrazo— Por cierto, recuerdo que le dijiste a Wonho que quieres hablar con él a solas más tarde.

—Es cierto —asintió acomodando su lindo vestido— No obstante, eso no es de tu incumbencia. Luego lo sabrás, o quizás no.

— ¡Aleska no puedes dejarme con la duda! —le reclamé al ver cómo salía de los camerinos. Me crucé de brazos y varios gritos avisaban que la banda invitada ya estaba tocando su primera canción.

Me observé en uno de los espejos que estaban cerca y sonreí con dulzura al ver el brillo de alegría que existía en mis ojos. Continué en el espejo hasta que alguien tocó mi cintura con delicadeza.

—Rosé —una voz que conocía perfectamente, me dijo— Qué bueno es volver a verte.

—Jarek...—susurré asustada porque mi compañero de trabajo me estaba tocando de tal forma— ¿Qué estás haciendo?

— ¿Recuerdas a ese admirador secreto que envió rosas y chocolates a tu oficina? —susurró y se percató de que nadie nos escuchara.

—Por supuesto que lo recuerdo —respondí— Me pareció extraño en realidad ¿Pero, tú cómo sabes que tengo un admirador secreto?

—Hermosa Rosé, eso es porque yo soy ese admirador secreto —confesó con una voz seductora.

— ¿Qué? —abrí la boca con sorpresa, negándome a creer que mi amigo y compañero de trabajo pudiese haber desarrollado algún tipo de sentimientos amorosos hacia mí.

Bruno

Filip entablaba una conversación con Pía referente a la presencia escénica de la banda que tocaba. A mi lado izquierdo estaba Wonho y el asiento del lado derecho continuaba vacío esperando a que Aleska viniese.

— ¿Hacen siempre este tipo de eventos? —Wonho me susurró— Parece que es un trabajo difícil a simple vista.

—Lo es —asentí— Aleska y Lena son las que más trabajan en ellos, pues son las diseñadoras principales. La colección que se va a presentar hoy ha sido diseñada por Aleska en su totalidad.

— ¿Hablaban de mí? —Aleska llegó y besó las mejillas de ambos antes de sentarse— Los modelos ya están listos para salir, lo harán en cinco minutos aproximadamente.

— ¿Cómo se siente Rosé? —Wonho le cuestionó.

—Luce alegre —confesó— Sus padres se llevarán una gran sorpresa al verla modelar.

—No puedo estar seguro de si les gustará verla una vez más o se molestarán —les comenté a ambos— Han pasado dos meses desde que fuimos a Seúl.

Rosé

— ¿Cómo quieres que lo tome de buena forma? —Le reclamé a Jarek cuando pudimos alejarnos un poco de los demás— Acabas de decir que tú eres aquel admirador secreto...

—Me has atraído por mucho tiempo, es solo que antes eras la novia de Filip ¿Cómo querías que le quitase la novia a mi jefe?

—Lamento informarte que Filip y yo jamás hemos sido una pareja oficial —negué con una pizca de tristeza— Qué pena me da.

— ¿Por esa razón desapareciste por dos meses enteros?

—Aunque no seas capaz de creerme, déjame contarte que no he salido huyendo por eso. A pesar que Filip me ha herido gravemente en varias ocasiones, mis padres han podido herirme mucho peor de lo que él lo ha hecho. Por suerte divina tal vez, conocí a una persona que es como un ángel caído del cielo.

— ¡El desfile está a punto de empezar! —Gritó Ludmila haciendo que mi conversación con Jarek terminase de repente.

—Ve a sentarte —le ordené— Tendremos más tiempo para hablar acerca de esto más tarde.

Mi esperado turno llegó y salí con actitud airosa al escenario al mismo tiempo que movía mis caderas de un lado a otro y sonreía con emoción acomodando mi cabello. En el trayecto observé a Wonho sentado al lado de Aleska y Bruno, este no dejaba de sonreírme. Todo estuvo bien hasta que visualicé a mis padres, que ahora mismo tenían cara de haber visto a un fantasma. Decidí no tomarle ni un poco de importancia y continué haciendo mi trabajo de la mejor forma. Al terminar la pasarela, regresé a los camerinos para que me cambiaran de ropa.

Hice lo mismo tres veces más, cada una con una sonrisa aún más grande que la anterior. No sería justo arruinarme un momento tan bonito como el que estoy viviendo. El desfile terminó dos horas después y me apresuré a cambiarme de ropa para irme con Wonho y Aleska, buscando escapar de mis padres. Con mi bolso en la mano al igual que mi teléfono, me dispuse a salir luego de darles las gracias a todos. Mi plan se fue a la basura cuando encontré a mis padres frente a mí en busca de una explicación.

—Rosé...—mi madre expresó con ojos llorosos y debido a ello, me obligué a mí misma a estrecharla entre mis brazos por varios segundos consecutivos— Me has tenido muy preocupada, disculpa por todo lo que pasó ese primer día en Seúl.

—La herida ya ha sido hecha —solté con dureza— La herida continúa abierta y así seguirá hasta el último de mis días. No te disculpes por algo que ya no puedes remediar ¿Está bien, mamá?

—Rosé, siento no haberte creído —acarició mi rostro y luego mi cabello— Filip me dijo que no mentías en lo más mínimo, así que te pido que aceptes mis disculpas.

—No puedo hacerlo, pido perdón por eso —hice que dejara de acariciarme— Papá, qué bueno es volver a verte.




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