Rosé
8 de septiembre, 2019
—Entonces dices que no hay problema con que Filip venga a tu fiesta hoy por la noche –Aleska volvió a preguntar con un poco de inseguridad.
— ¿Cuántas veces voy a tener que decirte que no? –Reí al igual que Wonho— No me molesta su presencia en esa fiesta.
— Es que a la mayoría le molesta que sus ex parejas vayan a su fiesta de cumpleaños, de hecho ni siquiera piensan en invitarla –Aleska rió junto con Wonho.
— ¡Yo no soy como los demás! –Grité por la frustración— ¿Qué parte no entienden?
—Perdón, perdón. Dejaremos de molestarte –Wonho rió.
—Necesito irme ahora mismo –Aleska se puso de pie— Me vestiré con elegancia para celebrar tu cumpleaños como se debe.
—Quién diría que ya llegado a mis treinta y uno —sonreí— Es que parezco una jovencita.
—Rosé —Wonho rió— Hoy estás más animada que en días anteriores.
— ¡Es mi cumpleaños así que intentaré que sea el mejor día! —Reí con entusiasmo— Ya son las doce del día, la fiesta es a la siete por lo que quiero hacer algo antes de que empiece.
—Falta mucho —Aleska se acercó a darme un abrazo— ¿Te veré más tarde, de acuerdo? Rosé, Rosé, Rosé, yo estoy muy orgullosa de todo lo que has logrado desde que nos conocimos.
— ¿A qué te refieres? —Cuestioné bajando el tono de mi voz— No logro entenderte.
—Has dejado atrás muchas cosas, en especial las que creías ser incapaz de hacerlo. Me siento orgullosa, así que hoy celebremos esos triunfos.
—Celebraremos mucho, tenlo por seguro —volví a sonreírle con toda sinceridad, Aleska era una persona que no podría hacer más que alegrar mi delicado corazón.
Filip
La fiesta de Rosé tenía una temática floral, al igual que su corto y caro vestido. Colgaban cientos de luces de los techos y el pastel era más grande que uno de bodas. Ella lucía muy feliz por lo que decidí no ir a saludarla y observarla desde lejos.
—Qué sorpresa encontrarte por aquí—Wonho se recostó en la pared en la que yo también estaba— No imaginé que vendrías a pesar que te han invitado.
—Me agradaba la idea de ver a Rosé cumplir un año más de vida. Las cosas entre ella y yo ya no existen, sin embargo le tengo aprecio.
—Muy bien, tienes razón —respondió con una sonrisa— Creo que jamás nos hemos presentado ante el otro.
—Pues sí. Soy Filip Bosko, uno de los jefes de la empresa que lleva mi apellido —estreché su mano y él hizo lo mismo.
—Kim Wonho, compositor de canciones en una de las empresas de entretenimiento más grandes de Corea del Sur —respondió y en ese mismo momento, Bruno apareció.
— ¿Wonho? —Captó su atención.
— ¿Sí, Bruno?
—Rosé está buscándote para que puedan tomarse un par de fotos juntos —le contó y él se despidió de ambos para ir con Rosé.
— ¿Qué haces hablando con Wonho? —me susurró cuando él estuvo lo suficientemente lejos.
—Me lo he encontrado por pura casualidad, no vas a creer que estábamos discutiendo por Rosé ¿O sí?
—Pensé que sí, ya veo que me encontraba equivocado.
— ¡Bruno! Qué bueno que te encuentro —Aleska sonrió y lo abrazó con fuerza— Tú y yo tenemos algo que hacer esta noche.
— ¿Aleska? —Cuestionó con sorpresa.
—Hay algo que quiero decirte —le sonrió abrazándolo con mucho más fuerza— Quiero que esta noche sea especial para nosotros.
—Está bien, tendrás lo que quieras —rió— Si nos disculpas hermanito, tengo asuntos pendientes que atender.
—Por mí no se preocupen —respondí y empecé a caminar con el objetivo de regresar a la sala de eventos.
Al hacerlo, vi a Rosé y Wonho posando con alegría para que Pía les tomara algunas fotos. Un año antes, yo era el hombre que posaba a su lado para esas fotos que luego serían un recuerdo grato.
Rosé Sullivan, de un momento a otro decidiste desaparecer de mi pobre corazón y junto a eso te llevaste la razón de mi vida, porque esa razón eres tú.
Aleska
Hice que Bruno saliera de la fiesta para poder confesarme ante él. Luego de tantos meses de habernos conocido, hoy por fin me siento lista para abrirle mi corazón.
—Esta noche será solamente nuestra, esta noche te confesaré todo eso que no he podido –le dije— Creo que hay un lindo río cerca de aquí –reí al encontrar un enorme río— Vamos allí.
— ¿Qué te pasa esta noche para que luzcas tan emocionada por absolutamente todo?
—Es la noche en la que he decidido ser feliz sin pensar mucho en eso, seré feliz con la persona y cosas que quiera y no me arrepentiré de mis elecciones. Voy a ser esa persona que siempre he querido simplemente.
—Me alegra que puedas pensar en ese tipo de cosas –agarró mi mano con más fuerza mientras nos íbamos acercando al río— Has aprendido a tener mucho más confianza en ti misma y en lo que sientes, eso me gusta mucho.
Le sonreí y solté su mano para ir corriendo a ver el rio más de cerca. Cerré los ojos y sentí la brisa del viento, Bruno llegó a mi lado y observó mi rostro con detenimiento.
— ¡Aleska déjame ver tu perfil de nuevo! —Bruno me pidió con sorpresa— Por favor.
—De acuerdo —asentí volviendo a la posición de antes para que fuese capaz de ver mi perfil de nuevo— ¿Para qué querías verlo?
—Acabo de darme cuenta que la primera vez que te conocí no fue cuando fuiste a la empresa en tu primer día de trabajo...
— ¿Y entonces? —Susurré con emoción.
—Nos vimos en una cafetería del centro de Varsovia un día antes —rió— Eres esa mujer que me atrajo tanto y que moría por conocer, he sido tan tonto al no darme cuenta.
Reí al darme cuenta de que tenía razón. Bruno era el hombre que tomaba un poco de café junto a alguien más. Qué tontos habíamos sido.
— ¿Cómo no nos dimos cuenta de ello? —Reí con fuerza— ¿Acaso es que somos tan tontos?
—Ignoramos cosas obvias por temor a enfrentar la realidad —me dio un ligero abrazo— Es un error que cometemos los seres humanos.