Aleska
25 de febrero, 2020
Suspiré por una última vez antes de dejar que Bruno abriera la puerta principal de la casa de sus padres. Habíamos planeado una cena juntos y hoy la llevaríamos a cabo.
—Me siento algo nerviosa —suspiré— ¿Les gustaré como tu novia? ¿Qué pasa si no?
—Ya les he hablado de ti con anterioridad, saben que eres una buena persona así que no te preocupes.
—Está bien...—susurré y a continuación, entramos en la casa de los padres de Bruno encontrándonos con su madre.
—Hola, mamá —él la saludó con un rápido beso en la mejilla— Mamá ella es Aleska, Aleska ella es mi madre.
—Encantada de volver a verla, señora —estreché su mano con una cálida sonrisa— Espero que podamos llevarnos muy bien.
— ¡Claro que sí! Cuando te conocí tenía expectativas muy altas sobre ti, por lo que me alegré al saber que te has convertido en la novia de mi hijo menor.
—Oh, qué linda —hice un leve reverencia para agradecerle— He traído un par de bocadillos para que podamos compartirlos en la mesa.
—Mamá, mi novia es una gran amante de los dulces —sonrió.
—Es bueno saberlo —me sonrió— Ven, mi esposo quiere conocerte. Bruno, espera aquí un momento.
Seguí a la mamá de mi pareja hasta la cocina, encontrándome allí con un hombre un poco adulto que tomaba una copa de vino.
— ¿Aleska Ivanović? Qué gran gusto me da volver a verte después de tantos meses —me di un ligero abrazo, el cual me encargué de corresponder.
—Preciosa, te he pedido que me sigas porque hay algo que nosotros dos queremos preguntarte a solas.
—De acuerdo ¿Qué es ese algo?
— ¿Por qué Rosé no ha vuelto a ver a sus padres en tantos meses? —Suspiró con preocupación— No es como que hubieran tenido una relación tan buena que se diga, pero al menos se veían seguido.
—Es complicado ¿Sí? Ellos son malos padres —respondí simplemente— No sé nada más que eso, y si intentan preguntarle a Rosé directamente estoy segura que evitará responder de cualquier forma.
— ¿Eso es todo? Ya me lo esperaba a decir verdad. Gracias por decirnos un poco de la verdad.
—No me agradezcan —enarqué una ceja— ¿Filip no cenará con nosotros?
—Filip...Filip tiene un dolor de cabeza horrible. Supongo que se debe a tanto estrés que ha tenido últimamente.
—Oh, entiendo por completo —asentí— ¿Podemos volver con Bruno ahora?
Asintieron y todos regresamos a la sala. Más de veinte minutos luego, nos sentamos a comer en la gran mesa.
—Aleska ¿Por qué no nos cuentas como terminaste llegando a Polonia para trabajar en nuestra empresa?
—Pues recuerdo que un día estaba en un bar y conocí a Jarek, éste me ofreció un buen puesto de trabajo y solo pude aceptar sin chistar. Parece algo muy tonto pero es la verdad.
— ¿Tienes hermanos?
—Una hermana mayor llamada Eva, hace unos meses Bruno y yo fuimos juntos a su boda —sonreí al recordarlo— Además de ella, solo están mi madre, mi padre y mi grandioso mejor amigo.
— ¿Qué edad tienes?
—Cumpliré treinta y uno en abril, es decir que soy un año menor que Bruno —respondí con delicadeza.
El resto de la noche pasó muy rápido y antes de la diez, Bruno ya estaba acompañándome a casa.
—Por favor, no olvides que dentro de dos días irás a República Checa para que conozcas a mis padres. Yo me iré pasado mañana debido a que tengo algo de qué hablar con mi mejor amigo ¿Está bien?
—Claro que sí —se acercó para plantar un beso en mi mejilla con rapidez— Muero por decirle a tu familia que ya estamos juntos.
—Oh, ellos sí que se van a alegrar de que al fin yo tenga una pareja —volví a sonreírle— Y me alegra, que esa pareja sea alguien tan bueno y maravilloso como tú.
Rosé
—No me habías dicho que al llegar, toda tu familia estaría esperándonos con tanta ilusión —le dije a Wonho cuando al entrar a casa de este, nos encontramos con toda su familia presente.
— ¿Crees que yo lo sabía? Pues no —respondió— No hay nada que hacer, así que te presentaré a ellos.
Asentí mientras me encogía de hombros. Nos fuimos acercando y me di cuenta que la familia de Wonho se resumía a: 4 mujeres y dos hombres.
—Hola a todos —habló en coreano— Ella es Rosé, la chica polaca de la que hemos estado hablando desde hace un tiempo, mi novia.
— ¡Oh! —Susurraron todos con sorpresa.
— ¿Por qué no se presentan uno por uno a ella? —Les propuso y todos asintieron con rapidez.
—Soy Sunny, la hermana menor de Wonho. Tengo veinticinco años.
—Eun Mi, la hermana de Wonho que tiene veinte —me sonrió después de hacer una reverencia.
—Young Mi, la hermana más pequeña de toda la familia. Tengo dieciséis.
—Minhyuk, el hermano menor de Wonho. Tengo dieciocho —me sonrió y le devolví la sonrisa.
—Eun Tak, madre de Wonho.
—JinYoung, padre de Wonho.
— ¡Encantada de conocerlos a cada uno de ustedes! Me llamo Rosé Sullivan y tengo treinta y uno —me presenté con rapidez— Wonho y yo empezamos una relación hace cinco meses.
Tuvimos que cenar todos juntos, al principio me sentía algo nerviosa pero ese sentimiento, que no era para nada de mi agrado, fue desapareciendo poco a poco.
En la madrugada, salí de la cama para dirigirme a la cocina y tomar un poco de agua. Seguí caminando con lentitud y al entrar a la cocina, me encontré con Young Mi:
—Oh, me has asustado un poco —toqué mi pecho e hice una reverencia— ¿Qué haces aquí a esta hora?
—No podía dormir —sonrió— ¿Tú a qué has venido?
—Me ha dado un sed terrible, así que busco un poco de agua —respondí mientras me encargaba de servirme un vaso de agua.
—Eres una mujer muy bonita, Rosé unnie —Young Mi me dijo cuándo nos encontramos en la cocina de repente— Me alegra que seas la novia de mi hermano mayor.
—Te doy las gracias, Young Mi —hice una reverencia— ¿Sabían que llegaríamos a Seúl hoy?