Perdiéndola (mia para siempre #2)

Sucio

Hola!!!!! Quiero disculparme por estar ausente tanto tiempo. La universidad comenzó y ha onsumido todo mi tiempo. Gracias a las personitas que siguen leyendo la historia y a las nuevas que se suman. Aquí les dejo un nuevo cap. Disfruten. Besos y bendiciones :)

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Sucio. Así es como me siento cuando la puerta de la habitación se cierra. Aun puedo oler su perfume en el aire.

Corro a la ducha y dejo que el agua caiga sobre mi cuerpo. Tomo el jabón y restriego mi cuerpo hasta lastimarme intentando quitar su oler, su toque, sus besos. Las lágrimas caen por mis mejillas, me dejo caer en un rincón de la ducha abrazando mis piernas y meciéndome como un niño. Todo se vuelve borroso y los recuerdos de la noche que compartí con ella me atormentan.

Quisiera poder decir que soy de las personas que beben y no recuerdan nada al día siguiente, pero no lo soy. Siempre me lleve muy bien con el alcohol y esta no es la excepción. Vuelvo a coger el jabón y restriego mi abdomen, mis manos, mis labios. Quisiera poder limpiar los recuerdos con jabón, pero no puedo. Lloro, y de pronto mi llanto se convierte en gritos y grito. Con todas mis fuerzas. Me siento como lo peor que ha pisado este planeta.

No recuerdo cuanto tiempo permanecí en la ducha. Minutos, horas. No lo sé. Me pongo de pie y me miro al espejo. Miro mi reflejo y acepto que fui infiel. El rostro de Nina aparece en mis recuerdos. La primera vez que la vi, la primera vez que la besé. El día de nuestra boda, la promesa que le hice. Todo viene a mí tan vivido como la noche anterior y sé de antemano que Nina no va a perdonarme.

Empaco mis pertenecías. No me digno en regresar a la cama; es más, ni siquiera me acerco. La evidencia de lo que pasó anoche yace por todas partes. Las botellas de vino, la ropa, los preservativos. Me siento tan asqueado. Me pregunto cómo es que algunos hombres podemos ser tan débiles ante las tentaciones.

Me dirijo al aeropuerto. Quedamos de encontrarnos con los demás modelos y personal a las 9 am. Regresamos a New York. Aun recuerdo la conversación que tuve con Nina momentos antes de cometer tal pecado.

—Estoy ansiosa por verte sonrisitas. Y besarte y abrazarte y…

—También estoy ansioso por verte, Nina.

—Tenemos mucho de qué hablar amor. Soy consciente que no seré nominada a la categoría de mejor esposa este último tiempo, pero quiero que arreglemos las cosas. Necesitamos contárnoslo todo. Sin reservas. La confianza y la comunicación han sido algo fundamental para nosotros. Te amo sonrisitas y quiero volver a ser tu manzanita. Eres mío…para siempre.

***

—¿Estás perdido como yo cielo? –esa voz me trajo a la realidad. Mirando hacia abajo vi su mirada llena de picardía y malicia. Me aleje de su toque.

—No. Solo esta perdido en mis pensamientos.

—Si es sobre anoche, yo también estoy perdida en ellos. Ay Chris eres todo un…

—¡No lo digas! Lo que paso fue un error y…

—Pero bien que te gusto. Me gustaría volver a repetir.

—¡Jamás! Escucha Keyla, lo que paso entre tú y yo fue un grave error que no repetiré jamás. Espero que por favor no se lo digas a nadie.

—¿Tienes miedo que tu mujercita se entere? Tranquilo, su alteza no se enterará de nada…por el momento—tiré de su brazo y apreté fuerte—. Está bien, está bien. No diré nada. Fue un buen revolcón y se acabó. Tanto miedo le tienes a tu mujer.

Me prometí a mí mismo que me alejaría de esa mujer, pero de nada sirvió aquella promesa. Las cartas ya estaban repartidas y yo no corría con suerte.




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