Perdiéndola (mia para siempre #2)

Remordimientos

Hola!!!! Aquí estoy otra vez. Lamento mucho no haber escrito en un buen tiempo, pero tenía muchas cosas pasando a mi alrededor. Lo siento y espero de todo corazón que puedan darme otra oportunidad. Las cosas no han sido fáciles en muchos aspectos, pero no debemos rendirnos ante la adversidad. En fin...dejo un nuevo cap de este libro, que espero puedan disfrutar. 

Agradezco su comprensión. No olviden darle mucho amor con estrellitas, comentarios y suscripciones. Muchas bendiciones y besos :)

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En mi vida me había sentido tan asqueado como ese día. Asqueado conmigo mismo. Mientras contemplaba a mi esposa enredada entre las sabanas con una sonrisa plasmada en el rostro, me sentía el ser más miserable de la tierra ¿Cómo pude hacerle esto a ella? ¿Cómo pude dejar que un momento de lujuria me arrastrara a esta situación? Estaba muy seguro que Nina me dejaría, no importaría cuanto suplicara, cuantas veces pidiera perdón. Era un reo que sabía su sentencia. Vivir sin esta mujer. Tenía tanto miedo. No quería perder a mi esposa, a mi mejor amiga; sin embargo, esta culpa me estaba consumiendo lentamente. Ella ya se había dado cuenta, pero ayer con lo ocurrido y ahora al mirar la paz con la que descansa sé que piensa que todo ha vuelto a la normalidad. Cuan equivocada esta.

El golpe que recibirá será tan fuerte y doloroso. Que poco hombre soy, que cobarde e infeliz me siento. Es momento de afrontar las cosas, de decir la verdad y aceptar las consecuencias. Veo sus ojos parpadear lentamente y luego están completamente abiertos. Su mirada tiene ese brillo enamorado y su sonrisa es tan amplia. Me digo que no quiero dejarla ir, no puedo.

—¿Por qué me miras así? –no le respondo, solo sigo contemplándola—¿Por qué no estás en la cama conmigo? Por lo visto no agoté tus fuerzas. Debería intentarlo de nuevo—sonríe pícaramente sabedora de sus técnicas sensuales que siempre me han tenido a su merced. Se levanta poco a poco mientras la sabana resbala de su cuerpo y sus dulces senos me saludan, tira su larga melena hacia atrás haciendo que estas se levanten y giman por mi atención. Se lo que hace, lo ha hecho tantas veces y siempre le ha funcionado…casi siempre. Sigo sin decir nada y veo como se levanta hasta quedar desnuda. Camina hacia mí y sin aviso se sienta sobre mis piernas encajándonos. Gemimos al sentir la conexión. Yo solo llevo un bóxer puesto y ella nada. Quiero tanto estar con ella…la deseo con cada fibra de mi ser y ella lo sabe. Empieza a seducirme, esparce besos por mi rostro mientras roza sus duros pezones por mi pecho y se mece sobre mí. No puedo evitar asirla de la cintura y acompañarla en su viaje. Toma una de mis manos y la lleva hacia su pecho. Debo detenerla…tengo que detenerla, pero ella es tan sensual, tan mía. Busco su boca y la devoro. No puedo detenerme, no quiero. Pero tengo que. No puedo seguir haciéndole esto a ella, Nina no se merece esto. Haciendo acopio de toda mi fuerza de voluntad, despego mi boca de la suya, mi mano de su pecho y la alzo para dejarla en sus pies. Ella me mira confundida.

—¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué te resistes de nuevo? ¿Es una especie de juego?

—No es nada de eso…es solo que…—trago saliva mientras busco las palabras para decirle la verdad.

—¿Qué es? Sabes que podemos hablarlo. Todo tiene solución—no para lo que te hice, quiero decirle. La única solución es separarnos y no podría soportarlo.

—Nina yo creo que debemos esperar un poco—soy tan cobarde. Su ceño se frunce.

—¿Por qué deberíamos hacerlo? No es como si fuera virgen. Sé que ha pasado unas semanas, pero yo estoy bien y tú también. O ¿estás teniendo problemas ahí abajo y no los quieres compartir?

—Graciosa. Y sabes que no tengo problemas ahí. Ayer te deje muy satisfecha. No es eso.

—Entonces, ¿Qué diablos es? Pensé que querías recuperar el tiempo perdido. Christian acaso tú…tú tienes a otra, ¿es eso? —sus ojos se llenaron de lágrimas. Me partía el corazón verla así.

—No, claro que no ¿Cómo puedes pensar eso? Yo te amo Nina. Solo tú. Eres mía para siempre lo recuerdas y yo soy tuyo…

—…para siempre. Me dirás lo que sucede—se pegó a mí pasando sus uñas por mi pecho, para después apretar mis nalgas y pegarse por completo. Me deshice suavemente de su agarre para abrir un cajón de la cómoda. Saqué uno de mis polos y fui hacia ella.

—Alza los brazos—ella obedeció.

—Sonrisitas…te amo—dijo antes de entrar por completo en mi polo—me encanta usar tu ropa. Me siento más cerca de ti.

—Lo sé, lo haces desde que somos enamorados. Iré a prepararte el desayuno—deposité un beso en su frente y me dirigí a la cocina.

—No me respondiste cariño

—Dame un par de días y te lo diré. Todo. Solo quiero que recuerdes que te amo Nina, con todo lo que soy.




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