Perdon por los bailes

Diario

Le tengo envidia a las personas que pueden dormir 6 horas seguidas, sin preocuparse por la ansiedad o las pesadillas. Envidio a la gente que puede ser feliz, los que no le tienen miedo al fracaso y viven el día a día.
A los que tienen un sueño por cumplir y no se rinden sin importar las circunstancias. A esos seres que sonríen aun cuando están pasando un mal momento.

Le tengo envidia a los niños que disfrutan su infancia sin miedo a crecer, a los adolescentes que aman como si el mundo se fuera a acabar. A los adultos que tienen su vida resuelta y no se arrepienten de nada, a las flores que todas las mañanas encuentran a la abeja que se alimenta de su polen.

Siento envidia de la gente que no sufre depresión, que no tienen un hueco que pesa más que su cuerpo, a la música que llena sin importar las barreras, a Santa porqué alguien si cree en él.
Le tengo envidia a las estaciones, al fuego, a las olas del mar, a Andrómeda que a pesar de todo si pudo amar.
Te tengo envidia a ti, porque a pesar de todo te pudiste ir.




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