Respirar y sentir como se me congela el alma, esa es la magia, de aquellas madrugadas que pasé observando por mi ventana.
La soledad se apodera otra vez, se supone que es mejor estar solo, la verdad, yo no sé qué creer. Pues soy yo misma quien me daño cada vez.
Me enredé tanto que no me puedo soltar, atrapada estoy y no me puedo zafar. Intento sacar de mi cuerpo todo el mal que llevo dentro.
Editado: 15.11.2024