Perdon por los bailes

Kenna 13

Hoy me sentía mejor así que decidí recuperar el tiempo perdido y terminar de organizar todas las cosas. Se supone necesito buscar un trabajo y empezar de nuevo mi vida deportiva, pero sobre todo hacer amigos de mi edad, ya que solo las señoras del condado son las únicas que de vez en cuando pasan por casa para saber cómo estoy.

Mi nueva casa quedó como esperaba, mi lugar favorito fue el que más tiempo me costó arreglar, pero valió la pena, pues mi pequeña biblioteca ya está completa. Puede que le agregue unas cuantas cosas más, ya que me enteré de que mañana habrá un mercadillo del usado y puede que encuentre un par de cosas interesantes.

Luego de salir a tirar la basura y tomar una ducha me puse a ver k-dramas hasta quedarme dormida. Al día siguiente me desperté con el sonido del timbre, era el repartidor, se me había olvidado de que hoy llegaban unos libros que había pedido, así que salí de la cama corriendo y fui a recibir a mis nuevas criaturas. Luego de una taza de café y una tostada con mermelada, me cambié de ropa y me dirigí al famoso mercadillo.

Estaba a tres cuadras de mi casa, por suerte no tuve que caminar demasiado. Al llegar había un montón de gente a pesar de que solo eran las 10 de la mañana, di un par de vueltas por aquí y por allá para ver si encontraba algo que llamara mi atención hasta que por fin vi a una joven terminando un atrapasueños, tenía los colores del mar y pequeñas caracolas colocadas, así que me lo quería llevar.
—¿Cuánto cuesta? —pregunté mientras esbozaba una sonrisa.
Su respuesta fue clara y concisa —No está a la venta, ya tiene dueño, si quieres uno debes encargarlo.
—Es una lástima, yo quería ese y la verdad es que no me agrada tener uno igual al de alguien más, así que gracias, pero mejor no.

Por algún motivo me molesté así que decidí volver a casa, el problema es que al ser tan despistada me perdí, primero unos 10 minutos que luego se volvió en hora y media.
Estaba dando vueltas sin cesar hasta que finalmente encontré mi salvación, una biblioteca que estaba muy al fondo, casi escondida. Al abrir la puerta escuché el sonido de un Carrión con la canción de Harry Potter, no puede evitar sonreír, a pesar de no ser muy grande, la biblioteca se sentía muy acogedora.

Me despisté de lo que iba hacer y decidí introducirme en este hermoso lugar, los libros me llamaban y yo no podía ignorarles, me sentía tan viva que mis pasos se complementaron con la música; más que caminar, estaba casi volando, hasta que lo vi, aquel atrapasueños que hace una hora quería comprar y la chica no me quiso vender.

Lo vi en las manos de un joven de piel bronceada y pelo rizado, así que dejé de escuchar la música y solo me dirigí hacia esa persona, cuando me di cuenta ya lo tenía de frente y mis ojos no dejaban de mirar los suyos.
Unos ojos tan oscuros como la profundidad del mar, negros como el plumaje de un cuervo y tan intensos como la noche. No me di cuenta de cuánto tiempo pasó hasta que el chico hizo un carraspeo y entonces la música volvió junto con la respiración que no sabía que estaba aguantando.
—¿Estas bien? ¿necesitas ayuda con algo? —preguntó el joven.
—Si estoy bien, también necesito ayuda, pero lo más importante aquí es que ya descubrí quien es el culpable de que no me hayan vendido ese atrapasueños.
—¿Perdona?, ¿no sé qué tiene que ver mi atrapasueños, pero ¿dime en que te puedo ayudar?
—Me da igual, ya no lo quiero. Con respecto a la ayuda, me perdí hace un rato y no sé cómo volver a casa, es la primera vez que vengo por esta zona y mi móvil se quedó sin batería.

El chico me pidió que le explicara más o menos los lugares que recordaba que estaban cerca de donde vivía, luego me hizo un mini mapa del pueblo, me despedí dándole las gracias y me orienté lo más que puede para poder llegar a casa.

Al llegar no pude dejar de pensar en los ojos negros de aquel chico, en el abismo que tiene y en el que caí sin darme cuenta. Un abismo que me sacó de mi zona de confort y me llevó a otro lugar.
Entonces me di cuenta de que me bastaron dos segundos para querer volver a ese lugar, a esa oscuridad que me causó curiosidad y puede que algo más.




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