Soy una bomba que pronto estallará, un huracán sin avisar. La marihuana me ayuda a apasiguar este dolor infernal que no se va, esa sensación de ausencia es la que me ayuda a caminar.
Yo que solo quiero ser feliz, vivir la vida sin miedo al fracaso, sin miedo a equivocarme. Será que estoy pidiendo demasiado u el Dios de allá arriba estará muy ocupado para escuchar mis suplicas. Con cada vela que apago deseo que un mañana no llegue, que sea mi ultimo aliento, pero el amanecer toca mi ventana y la soledad entra como perro por su casa.
Nadie me escucha gritar, nadie comprende esta ansiedad. El viento no sopla a mi favor y yo dejé de saber quien soy.
Editado: 15.11.2024