Tenía cita con Marta y la verdad es que hoy si quería hablar, me sentía animada y puede que quisiera hablarle sobre cómo me sentía respecto a Branwen.
Luego de dos largos tonos tomó la llamada, tenía esa mirada de siempre; esa que parece que te lee la vida, me miraba como si supiera todo de mí. Al verme supo que me pasaba algo, que respecto a otros días hoy estaba de buen humor, así que su sonrisa se amplió.
—¿De qué me quieres hablar hoy?, soy todo odios— dijo mientras tomaba su cuaderno de apuntes.
—No de mucho en realidad, estoy conociendo a alguien.
—Así que ya tienes amigos, me alegra saber eso. ¿Cómo se llama?
—Bueno… uno se llama Henrry, es un chico de 20 años, trabajo cuidando a su hermano pequeño y la verdad es simpático. Y el otro se llama Branwen —no pude evitar sonreír luego de decir su nombre.
—¿Qué, ese chico te gusta o sientes curiosidad?
—Curiosidad si tengo, pero no sé si me gusta. En realidad, me atrae, pero no creo que vaya a pasar algo.
—Eso aun no lo sabes, ¿Qué te detiene?
—No puedo hacerlo feliz, yo… yo no merezco ser feliz.
—Kenna eso no es cierto, todos merecemos ser felices.
—Tú no sabes nada, no puedo ser feliz. No estaría bien que lo fuera —le grité, se me estaba acelerando el corazón y las manos me empezaban a sudar.
—Cuéntame lo que no se, ¿Qué es lo que no te permite ser feliz?
—Como puedo ser feliz, cuando mi mejor amigo, una de las personas que más quiero ya no está aquí conmigo, mis padres se divorciaron y fue por mi culpa.
—Eso no es cierto, ellos desearían que fueras feliz, en especial Ryan.
—No lo nombres, cállate. No hables de él.
—Kenna, tienes que hablarlo, así podrás seguir adelante y superarlo.
—Ese es el problema, no lo quiero superar —le grité y colgué, ya no quería hablar de él. No quería superar el hecho de que se murió, de que se suicidó y yo no pude hacer nada para detenerle. Porque no me di cuenta a tiempo de lo mal que estaba, fue culpa mía y por eso no merezco ser feliz.
Editado: 15.11.2024