Estaba en casa preparando mermelada de pera, como era jueves no tenía nada que hacer, decidí no tomar el trabajo de hoy porque debía pensar bien las cosas. Me puse música relajante y mientras las peras se cocían yo iba limpiando la nevera. A fuera hacia una tarde soleada y yo tenía muchas ganas de ver a Branwen, teníamos que hablar de lo que casi sucedido aquel día en la biblioteca.
Luego de un rato la mermelada estaba lista, organicé todas las cosas y me fui a tomar una ducha, necesitaba salir a dar una vuelta, eso me permitiría ir a dejarle una nota. La última vez no le pude ver porque estaba enfermo y esta vez no tenía claro si trabajaba por la tarde.
Al llegar estaba la señora Adams, ella siempre estaba en los horarios en los que él no trabajaba. Cuando me vio me dedico una sonrisa y me hizo saber qué hacía apenas unas horas antes Branwen había pasado a saludar. Sonreí para disimular mi cara de tristeza y me fui a buscar el libro de mitologías.
Justo cuando iba a ponerle la nota adentro atiné con la suya. “hace un buen que no nos vemos, necesito hablar contigo. Sí ves esto hoy ven mañana y si lo ves mañana te estaré esperado la próxima semana. Un beso, B<3.”
Ese “tenemos que hablar” me asustó un poco, me puso nerviosa y a pensar en mil cosas. No sabía qué me iba a decir, pero por mi mente pasaron los peores escenarios. Y si ya no me quería hablar, o ver… puede que se haya aburrido de este tonto juego. No quería pensar, pero la mente me traicionaba. Salí de la biblioteca y me fui al parque a correr, debía distraerme y la única forma era sofocando los pensamientos.
No pude dormir en toda la noche, odio que me dejen con la curiosidad. Cuando finalmente tomé algo de sueño, sonó la alarma, ya me estaba poniendo de mal humor hasta que recordé que tenía que quedar con Branwen. Me puse unos baqueros, un jersey e hice una cola alta. Agarré la mermelada y salí de casa. Iba todo el camino pensado y pensando, ya tenía los diálogos preparados por si me rechazaba.
Al entrar lo encontré sentado en el mostrador, me dedicó una sonrisa y me hizo una señal para que quedáramos en el área de informática. Las manos me sudaban y los nervios se apoderaban de mí, sabía que me iba a rechazar, pero no estaba preparada para escucharlo.
Editado: 15.11.2024