Perdon por los bailes

Branwen 39

Estoy más nervioso que la primera vez que te besé, creo que se debe a que ahora me gustas mucho más que antes, le susurré mientras le mordía el lóbulo de la oreja. La sentía temblar pegada a mí y sus ojos estaban llenos de placer. Al fondo se escuchaba el k-drama que por obvias razones no iba a terminar de ver.

La escuché decir “eres una distracción”, yo sonreí y le mordí los labios. No podía parar de besarla y mover mis dedos que aun seguían dentro de ella. Me estaba volviendo loco y ella lo sabía.

—Eres una droga —le dije mientras la volvía a besar

—¿No te da miedo volverte adicto a las drogas?

—Para nada.

—No me hago responsable del resultado.

—Estoy listo para correr cualquier riesgo.

—Me volveré tu historia más bella y más hijoputa al mismo tiempo. Tienes que prepararte, recuerda que las drogas hacen daño.

Aun cuando intenté reprimirlo y controlar mis impulsos, sus movimientos se hicieron más intenso. Ahogábamos los gemidos con besos, la habitación se fue llenando de nosotros. Quería devorarla, la marcaria a tal punto que no pudiera olvidarse de mí.

Con cada rose le agradecía a la vida, estábamos tan consumidos por el placer que nos corrimos a la vez, pero ella seguía moviendo sus manos. Me quería matar y yo deseaba morir en sus brazos, rodeado de sus piernas y dentro de ella. Aun cuando ya no quedaba nada por sacar, me dejó sin aliento y con ganas de más, porque yo de esto nunca me iba a cansar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.