Perdon por los bailes

Kenna 43

Hoy Branwen me invitó a salir con algunos de sus amigos, la verdad es que no me apetecía mucho, pero ya le había dicho que no un par de veces, por lo tanto, acepté. Decidí ponerme un blazer y unos shorts a juego de color celeste acompañados de un top blanco.

Quería ir formal pero no tanto, así que me hice una media cola y para completar me puse unos tenis blancos. Me preocupaba no dar una buena impresión ya que era la primera vez que salíamos todos juntos.

Me pasó a recoger a las 8:45 p.m. en su moto. Solo tardamos unos 20 minutos en llegar, mientras se estacionaba yo me dirigía a la mesa. Sus amigos estaban fumando y hablando, el que fumaba le contaba al otro que había averiguado unas cosas de mí.

Le decía que yo era una puta que se liaba con quien quiera que me pasara por el frente, fuera hombre o mujer. Que apenas puse un pie en el pueblo me fui de fiesta y me llevé a uno de sus amigos a casa, sin siquiera preguntarle el nombre.

Repetía una y otra vez que me haría la noche imposible para que Branwen se diera cuenta de que no valía la pena y me dejara. Mientras me acercaba la rabia me consumía y la paciencia se me iba, entonces llegó, me tomó del abrazo para que termináramos de entrar juntos.

Dos chicas regresaban del baño, se acomodaron en la mesa y supuse que eran las novias de los dos idiotas que hablaban de mí.

Cuando nos acomodábamos, presentó a cada uno de sus amigos; Jean hall “típico chico deportivo” de ojos claros y pelo rubio, acompañado de su novia Rachell, luego estaba Lois Murphy quien al parecer era abogado, estaba acompañado de su novia Hanna.

Yo seguía molesta por los comentarios que minutos antes había soltado el imbécil de Jean. Luego de un rato llegó el camarero para hacer nuestros pedidos. Justo cuando el camarero se fue Jean empezó con las preguntas, unas que no iban al caso.

—¿Eres más de rollos o de verdad vas en serio con mi amigo? —dijo con una mirada picara.

—Soy de muchas cosas, pero dudo que a ti te importé— respondí un poco cortante.

—Quiere decir que de nuestro amado Brownie solo te gusta el físico— esta vez su mirada era desafiante.

Branwen tenso la mandíbula, estaba a punto de hablar, pero agarré su mano por debajo de la mesa y añadí— sería una tonta si su físico no me volviera loca, por si no te das cuenta, lo tallaron los dioses. Pero por si la duda te carcome, no solo me gusta su físico sino como lo usa… ¡ah! Una cosa más, la próxima vez que vayas a hablar de alguien procura que esta no esté presente— tomé mis cosas y salí del restaurant sin mirar atrás, me hervía la sangre y estaba roja del coraje.

Ni siquiera me detuve cuando Branwen empezó a llamarme, sabía que me estaba siguiendo así que finalmente me detuve en el estacionamiento; me giré y le grité — intenté salir con tus amigos, relacionarme y llevarme bien. Nunca me ha importado lo que piensan de mí y la mayoría de las veces me da igual. Ahora es diferente porque también te afecta a ti — la rabia me podía más y sin penar empecé a decir todo lo que sentía —sí, tus amigos tienen razón. Soy una puta; lo soy porque me gusta disfrutar del sexo y eso lo sabes mejor que nadie. Me liaba con mil y una persona antes de conocerte y aun cuando intentaba saber que me pasaba contigo, 25 años y eres la primera persona a la que le doy una explicación de con quien sí y con quien no dejo de acostarme; porqué la “puta” de la que hablan tus amigos se enamoró de ti.

Branwen me miraba con tristeza, sus ojos morían por acercarse, pero su cuerpo no se movía y solo murmuró —Me gustas porque eres tú, no me importa como los demás te ven ni lo que dicen de ti. Simplemente me gustas tú y no tu reputación. Adoro la forma en la que me miras, los silencios que dicen todo aun cuando tú decides callar. Amo lo impulsiva que eres porque contigo dejo de ser tímido.

Su voz temblaba con cada frase que salía, pero seguía hablando como si me estuviera suplicando —El hecho de que intentas sostener mi mano por más de 15 segundos y a pesar de que te agobia me sueltas de forma muy sutil; eres la única persona que me dice “te amo” con su antónimo, porque para ti un “te odio” llena más, se siente más, y expresa todo lo que no puedes decir. No deseo saber tu pasado, por que tu presente ya me ha contado todas tus penas, no quiero que me des una explicación de algo que fue ayer, si tú y yo solemos ser Carpe Diem.




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