Perdóname

Ya no te amo

Reaccionar bien no era una de sus virtudes, y tampoco evitar llorar por estupideces. Simplemente no podía evitarlo, su cerebro no era capaz de —o quizás no quería— procesar del todo las palabras que Terezi había dicho, y todavía no podía recordarlas sin que una punzada profunda y dolorosa le atravesara el pecho.

«Karkat, creo creo que deberíamos terminar con esto»

Maldita sea. Mierda, ¡mierda! Las lágrimas comenzaban a saltar con sólo pensarlo, el escozor en su garganta volvía a hacerle querer gritar de impotencia e insultarse. ¿Qué es lo que había hecho mal? Fue su carácter odioso, lleno de críticas, desconsiderado y sus gestos groseros, ¿verdad? Lo sabía, todos lo sabían, pero ahora... Ahora, es donde quería verse en el espejo, mirar fijamente sus ojos y desear que fuera diferente.

Era totalmente desagradable, vil. Se preguntaba cómo es que había podido ser tan inútil. Las lágrimas de furia salieron a borbotones, con una fuerza torrencial y desconsuelo genuino que le hacía retorcerse de dolor en su cama, mientras se preguntaba si no sería buena idea morir por el momento, al menos hasta que hubiera superado todo.

Pensó en todas las cosas que pudo haberle dicho para evitarlo, a pesar de la extraña situación en la que habían estado ambos, pues no estaban en una relación oficial, pero tampoco eran "amigos". ¿Es que había sido demasiado posesivo? ¿Meloso? ¿Insistente? El pensar que había sido así con Terezi le dio asco de sí mismo. Incapaz de darse cuenta de lo más importante, muy característico de ti, Karkat.

Y por eso ella se fue. Sin previo aviso, ni advertencia alguna, nada. Es lo que más lo había desgarrado: la había dejado ir frente a sus ojos, sin percibir mínimamente las señales que daba, sin una oportunidad para poder remediarlo. Porque no sabía si había sido su culpa, pero vamos, era lo más probable. 

No sabía si había sido un tonto o simplemente hacía todo mal. Pero ahora que pensaba sobre todo eso, tal vez había sido demasiado ingenuo pensando que eso duraría para siempre, como si fuera un sueño, y como consecuencia ahora su recipiente de cariño y ternura se había vaciado por completo por alguien que lo había engañado.

Pensó en todas las cosas que pudo haber hecho para evitarlo. Podía imaginarlas, tocarlas, presenciar la expresión que ella ponía cuando las hacía.

Pero ya no había más oportunidades. No más.

Repentinamente el timbre de una canción «irónicamente irónica» resonó en el cuarto. El llanto se interrumpió por un segundo, ubicando el sonido y reconociéndolo después de unos segundos. No quería responder, y el tono personalizado que cierta persona había puesto era demasiado molesto: estaba en un momento de angustia emocional pleno y parecía como si se burlara de él.

Karkat no tenía idea de si estar agradecido o molesto. Por su complejidad emocional quizás una mezcolanza de ambas, pero no pudo parar de quejarse de dolor. Sabía muy bien a quién pertenecía esa inoportuna interrupción, y sabía aún mejor que si no descolgaba ahora seguiría sonando hasta que rompiera el celular o respondiera.

Con resignación se obligó a dejar de llorar. Inhala profundo, y haz como si nada hubiera pasado, se dijo. No podía dejar entrever con su voz que había caído de nuevo por ella. Como siempre, una, y otra, y otra vez.

Sorbió su nariz y alejó su cara de la almohada que ahogaba su llanto. Se arrastró hasta poder alcanzar la mesita de noche, y un instante de duda lo asaltó. Si por un mínimo error Dave descubría que había estado llorando se preocuparía, y él no era un bebé como para necesitar de alguien que lo cuidara.

—¿Qué quieres? —preguntó cuando descolgó con enojo. No le gustaba que lo interrumpieran en medio de una crisis, pero también le alegraba un poco que él lo llamara y así pudiera distraerse un poco.

—Hey, Karkat —saludó con indiferencia Dave al otro lado de la línea. Podía visualizarlo con sus lentes, llamando sólo para ver si estaba "sufriendo como un imbécil por alguien que no vale la pena", según Dave; y no quería admitir que lo estaba haciendo. Porque él no debía enterarse, estaba perfectamente sin su ayuda.

—Sólo quería saber si... estás disponible ahora para salir a algún lugar —dijo con el tono displicente que de alguna manera se mantenía dentro de los estándares de «cool» por ser monótono, pero sin esa cadencia sarcástica que usaba cuando hablaba en público—. Quizás al cine, vi que hay una película que podría gustarte y-

Karkat miró la pantalla del teléfono: veinte para las siete. Era muy tarde, pronto oscurecería y no le agradaba la idea de estar a solas con Dave de noche, además de que tendría que esperar a que sus ojos llorosos regresaran a la normalidad para pretender que nada había pasado.

—No, ahora no puedo —respondió secamente, sin muchos escrúpulos—; tal vez otro día —Hizo su mejor esfuerzo para que su tono de voz fuera el más normal posible, fallando rotundamente, y pensó que debería tener un poco de consideración después de que Dave se había molestado en llamarlo—. L-Lo siento.

Dave guardó silencio por unos segundos, notando el repentino tono abatido de Karkat y el esfuerzo para arreglarlo después—: Está bien; ¿entonces otro día?

Karkat no respondió, pues su mente no estaba ahí y no procesaba las palabras que oía, por lo que su cerebro activó el modo "piloto automático"—: Lo que sea —exclamó con la voz cortada; debía terminar con eso rápido—, sólo déjame en paz por una vez, ¿quieres? —No estaba seguro de poder seguir con la conversación en ese momento, con la voz nasal, quebrada y a punto de estallar en llanto de nuevo.



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En el texto hay: homestuck, angst, melodrama

Editado: 08.05.2022

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