Perdóname...

Capítulo 27

Alex abrazo con fuerza a Luana como si su vida se fuera en ese abrazo.

—Te extrañé mucho, mami —murmuro muy quedo mientras las lágrimas corrían por su rostro sin poder detenerse.

Luana creyó escuchar que extrañaba a su mamá, y su corazón se estrujó de impotencia.

—Tu mami, siempre estará en tu corazón — le dijo mientras le acariciaba sus cortos rizos negros.

Alex levanto su carita y la miro intensamente mientras pensaba, es a ti a quien extrañe todo este tiempo mamá.

Le dirigió una sonrisa tristona y respondió —Si mami Lu, sé que ella siempre estará en mi corazón al igual que mi papá.

—Este niño es muy inteligente, ¿no lo crees Diana? —pregunto Emilio mientras sonreía al ver la interacción entre Luana y Alex.

Luana sacudió el cabello del niño en un ademán cariñoso, mientras Diana no podía quitarle la vista al niño y reflexionar en que ya lo había visto antes.

Luego de recibir el informe, el médico lo leyó y finalmente le puso su firma y sello al final.

—Gracias Emilio, dale mis saludos a Carim, dile que ya tengo el regalo para mi ahijado.

—No agradezcas Diana, te debemos mucho, si no fuera por ti, Miranda seguiría con su padre y no la tendríamos viviendo con nosotros, Carim es muy feliz al tenerla con ella nuevamente.

Diana sonrió avergonzada, no le gustaba que le recordaran sus buenos oficios, ella era una persona muy humana y le dolía las injusticias y más si estas tenían como protagonistas a los pequeños niños.

Salieron del consultorio, Luana llevaba cogido de la mano al pequeño Alex y su mamá iba a su lado, Diana se despidió de Emilio con un beso y un abrazo, él se despidió de las mujeres con ademán de su mano y se marchó apresurado dejándolas solas en medio del pasillo.

Empezaron a caminar rumbo a la salida, Luana quería irse de ese lugar, se sentía incómoda, como si tuviera un presentimiento de algo, solamente sabía que tenía la necesidad de salir corriendo, temía que únicamente fuera una crisis avecinándose nuevamente y no quería que Alex la viera en ese estado.

—Luana —escucho que la llamaban, volteo de inmediato y se topó cara a cara con Valentino, quien llevaba una bolsa de papel de un restaurante. Trato de ignorarlo, pero el no dejo que eso pasara.

—Hola — respondió ella de manera tacita.

—¿Cómo les fue? ¿Este niño es Alex?

—Alex, mi vida saluda al señor Valentino, es amigo de Diana quien nos ayudó a que salieras del Albergue.

—Hola pequeño — dijo Valentino mientras se agachaba para ponerse a la altura del pequeñajo, mirarlo fue como recordar algo, pero no sabía que.

—Como esta, señor — respondió el pequeño muy educadamente.

Algo en el interior de Valentino se emocionó al ver al pequeño, de inmediato pensó en el hijo que pudo haber tenido con Luana, tal vez tendría esa misma edad y tal vez se parecería a él. Sonrió mientras pasaba su mano por su cabello y se lo alborotaba.

Diana los miro de manera extraña, sentía que había algo extraño entre ese niño y Valentino.

—Ya se están yendo a casa — preguntó Valentino mientras su mano se encontraba en los hombros del niño.

—Tenemos que ir al notario —respondió Carmen.

—Uhmm, ¿piensan llevar al niño?

—Y sí, estamos con el tiempo, pero aún no ha almorzado y tenemos que ir al otro lado de la ciudad — comento Luana.

—Entonces déjalo conmigo, estoy a punto de retirarme, entrego este paquete y voy para mi casa, las mellizas me están esperando, quieren almorzar conmigo. Luego pasas a recogerlo ¿te parece?

Luana lo reflexionó por un momento y luego miro a su madre como para pedir un consejo, pero ella se hizo la desentendida, como diciendo es tu responsabilidad, tú decide.

Miro a Diana y ella señaló el reloj de su muñeca.

—Está bien Tino, te lo encargo, cuídalo mucho, por favor.

—No te preocupes, lo trataré como si fuera mi propio hijo.

Diana lo miro al escuchar esa afirmación y entonces entendió por qué le parecía tan conocido, Alex era un mini Valentino, ambos se veían como padre e hijo, si no fuera por los ojos diría que era su copia exacta. Tendría que averiguar lo que estaba pasando antes de cometer un error.

Luana miro hacia atrás antes de salir por la puerta principal, vio a Alex despedirla con una mano mientras la otra estaba cogida fuertemente a la mano de Valentino, sintió emoción al verlos así, parecían padre e hijo, movió su cabeza tratando de borrar ese pensamiento, era ilógico pensar en algo así, ella no tenía hijos y menos uno de él, aunque le hubiera gustado, al menos tendría algo de él para amar.

—Por dios Luana, en que estás pensando — se dijo — tú ya lo olvidaste, él no es nada tuyo, tú lo abandonaste por correr atrás de una ilusión, él no se merecía el daño que le causaste y aun así él está aquí dándote la mano sin importar todo lo que hiciste.

Lo miro caminar cogido de la mano de Alex mientras un ligero dolor se instalaba en su corazón y seguía su camino hasta la cabeza, se tambaleó mientras todo se volvía negro y caía al piso irremediablemente, el sonido de su caída hizo que Valentino volteara y viera lo que estaba pasando, corrió de inmediato a su alcance mientras su corazón se aceleraba por la preocupación ¿Qué podría haberle pasado?




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