Perdóname...

Capítulo 53

Dejaron a los niños en la sala de recreación, bajo la atenta mirada de Margarita y salieron tras de Valentino, quien los dirigía hacia una oficina al lado opuesto de donde estaban, abrió la puerta y los invito a pasar, dentro ya se encontraban Daniel y Diana esperándolos mientras revisaban unos documentos, alzaron la vista al verlos ingresar.

—Hola —Dijo tímidamente Luana mirando a la pareja que la veía de manera extraña.

—Hola — dijeron los dos a coro como si estuvieran sincronizados.

—Bueno, chicos, gracias por esperar, pero se presentó un inconveniente en el piso veinte y tuve que traer a esta revoltosa —pronuncio mientras miraba con cariño a Luana —pero la traje sin poder explicarle nada de lo que sucedió en estos años.

—Oh, ¿entonces no le has dicho nada de nada? — comento curioso el abogado.

Luana miro entre Valentino y Daniel, el primero se presionó el puente de la nariz, parecía estresado. Se acercó a él y paso su mano por la espalda tratando de calmarlo.

—Tranquilo, aquí estoy para ti, esperaré con paciencia a que me quieras contar, no te estreses o tu gastritis aparecerá nuevamente, ¿está bien?

—Gracias amor, pero es necesario que hablemos de todo lo que está pasando mientras tú estás aquí, aunque me preocupa que la otra Lu aparezca en cualquier momento y todo lo que hablemos se quede en el olvido. —Valentino pego su frente a la de ella y trato de calmarse mientras aspiraba el olor increíble que salía de ella. Había estado tanto tiempo sin ella que esto le parecía un milagro.

—Ok, okey dejen de comer carne delante de los pobres — hablo Nicolás que los miraba con sorna.

—Por mi pueden continuar —Dijo Daniel mientras tomaba la mano de su esposa y le plantaba un beso muy delicado en el dorso.

—Ven cariño, siéntate que hay muchas cosas que debes saber.

En ese momento el celular de Valentino sonó, con un tono de Ylvis, este contesto y pidió que le enviaran la información a su aplicación de mensajería instantánea. Se quedó en silencio unos minutos mientras los demás lo observaban en silencio y esperando que este se dignara a comentarles lo que estaba sucediendo.

Un gong sonó y Valentino reviso su celular, leyó la información y sonrió muy satisfecho.

—Confirmado, acaba de llegar el resultado de la prueba de paternidad de Alex, indican que tengo el 99.9% de relación genética, así que soy el padre comprobado de Alex.

Luana lo miro confundida y dolida, no podía creer que él hubiera realizado una prueba de paternidad para estar seguro de ser el padre de Alex, una solitaria lágrima cruzo su rostro, Valentino no se perdió ese detalle y se apresuró a calmarla.

—Cariño, jamás dudé de mi paternidad, pero necesitábamos esa prueba.

—¿Para qué la necesitas? ¿Dudabas de mí?

—No cariño, jamás lo hice.

—Entonces, no comprendo.

Diana habló inmediatamente para evitar confusiones —Luana necesitábamos esa prueba para evitar que los padres de Virginia te arrebaten a Alex, recuerda que él estaba registrado como hijo de los Tapia. Pero con este informe podemos solicitar ante un juzgado que Alex sea entregado a ustedes como su hijo biológico. Aunque debido a los problemas psiquiátricos que presentas en estos momentos lo mejor sería que Valentino lo solicite por su cuenta, así tendríamos más oportunidades de ganar el caso.

—No entiendo —Luana volteo a mirar a Valentino —¿No registre a Alex como mi hijo?

—Lu, cariño, ni siquiera recordabas que Alex era tu hijo.

—¿Cómo Alex llego a manos de Virginia?

—¿De verdad quieres saberlo? —Creo que lo mejor sería que lo habláramos con Avalos presente.

—No te guardes nada, Valentino, dime lo que sucedió.

—Estuviste internada en una clínica psiquiátrica durante el tiempo que duro el embarazo, ver tu vientre crecer te ponía en un estado de histeria, al no recordar como sucedió, al completar el tiempo del embarazo te trasladaron al área de ginecología, tuvieron que sedarte y realizarte una cesárea de urgencia. Luego que naciera Alex, parecía que todo estaba volviendo a su lugar, incluso lo amamantaste, pero luego la enfermera que estaba contigo salió por un momento y cuando regreso no vio al niño, pero lo encontró en el tacho de la basura y tú estabas en estado catatónico, completamente perdida.

Luana lloraba en silencio al escuchar la historia, su cabeza dolía, algunas imágenes se presentaban en su mente que se fueron uniendo a las palabras que decía Valentino, pero había algo que no cuadraba, en su mente escuchaba expresiones extrañas que no encajaban del todo con lo que Valentino decía. Cerro los ojos y una imagen vivida vino a su mente.

—¿Así que ya pariste? —Escucho decir a la mujer que se le acercó, pero cuyo rostro no podía reconocer se mantenía oscuro —Están lindos, pero no los mereces.

Abrió los ojos, desesperada, y se aferró a Valentino.

—¿Estás seguro de que solo tuve un bebé?

—Si cariño, es lo que me dijo Avalos.

—Nena, únicamente fue un niño ¿Por qué piensas lo contrario? — pregunto Nicolás.




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