Perdóname...

Capítulo 62

Luana ingreso a la habitación, cerró la puerta con demasiada fuerza, se sentía molesta e indignada, ¿por qué debería quedarse ahí? Sabía que estaba haciendo un berrinche, pero la sola presencia de Valentino le incomodaba demasiado, era como si él absorbiera todo el aire de la habitación, lo cual la dejaba temblando y sin oxígeno.

No era que a ella le interesara, era que él era demasiado intenso y eso le molestaba.

Se sentó en el sofá de la habitación con la cara caliente por la vergüenza, se estaba comportando como una niña chiquita y a su edad eso era ridículo.

Abrió su bolso y saco su celular, segundos después estaba tratando de comunicarse con Nico y luego con su madre, pero el teléfono de ambos estaba fuera de servicio, se sintió preocupada por esa situación, pero Valentino ya le había dicho que todo estaba bien y que estaban en camino.

Subió sus piernas al mueble y empezó a revisar sus redes sociales, estaba aburrida, pero ni loca saldría de ahí a enfrentarse con la cara burlona de Valentino.

Su mirada se perdía por ratos en el ambiente acogedor de la habitación, estaba decorado con muy buen gusto, es como si ella misma hubiera sido quien hubiera comprado cada una de esas piezas, se sentía realmente en casa.

Su mente no dejaba de pensar, ¿Por qué Valentino tendría una oficina en ese edificio?, ¿trabajaría ahí?, estaba absorta en esos pensamientos cuando su celular vibro, quito la seguridad del equipo con su huella digital y abrió el aplicativo de mensajería.

Se quedó mirando la pantalla, le había vuelto a escribir esa persona desconocida, sus labios se fruncieron en una mueca graciosa. No sabía si responder, pero estaba demasiado aburrida, así que se arriesgó y lo hizo.

*Desconocido: Hola.

*Luana: Hola, ¿cómo has estado?

*Desconocido: Aburrido.

*Luana: Ya somos dos, también estoy aburrida y con hambre.

*Desconocido: ¿Tienes hambre? Y que te gustaría comer.

Luana sonrió moviendo la cabeza y luego de un rato contesto.

*Luana: No sé, creo que tengo antojo de torta de chocolate.

*Desconocido: A mí también me gusta, pero me gusta agregarle algo encima

*Luana: ¿Cómo qué?

*Desconocido: Ojo, no te rías, me gusta comerla con arroz y mayonesa

*Luana: Ja, ja, ja, a mí también me gusta comerla así

*Desconocido: De verdad, me estás mintiendo.

*Luana: Es de verdad, también me gusta comer las lentejas con chocolate.

*Desconocido: Frijoles con plátano.

*Desconocido: ¿Qué más?

*Luana: No, no, quemo, ja, ja, ja

*Desconocido: Así que eres graciosa.

*Luana: Un poco.

*Desconocido: Ya veo. Pero no me has dicho tu nombre ¿Cómo te llamas?

*Luana: Luana y ¿tú?

*Desconocido: Alexander

*Luana: Lindo nombre, te llamas igual que mi ahijado.

Luana miro su celular y decidió grabar su nombre entre sus contactos.

*Alexander: ¿Estás sola?

Luana, empezó a preocuparse, esa pregunta era la clásica para pedir videollamadas y ella ni loca haría algo así. Bloqueo su celular, ya no quiso conversar más. El celular volvió a timbrar y su curiosidad pudo más.

*Alexander: ¿Te molesté?

Ella se quedó mirando la pantalla, sin ánimo de contestar.

*Alexander: Tal vez la pregunta correcta debió ser, ¿tienes pareja, novio, marido amante, amigo con derechos, sin derechos?

*Luana: ja, ja, ja, Entonces la respuesta correcta seria, estoy sola.

*Alexander: Ya somos dos. ¿Hijos?

*Luana: No, solo tengo a Alex, mi ahijado.

*Alexander: Ya veo. ¿Aún sigues con hambre?

*Luana: Sí.

*Alexander: ¿Y por qué no comes algo?

*Luana: No quiero salir, estoy en la oficina de alguien.

*Alexander: ¿Un amigo?

*Luana: Un conocido.

Se escuchó un golpe sordo en la oficina, como si alguien hubiera golpeado el escritorio con violencia, Luana miro hacia la puerta esperando que esta se abriera. No hubo ningún movimiento luego de ese ruido.

*Luana: ¿Estás ahí?




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