Perdóname...

Capítulo 87

 El camino de regreso a la Casa del Jardín, es complicado, ya no es solo un auto el que los sigue, ahora son dos los que se han unido al seguimiento, Luana está asustada mientras Valentino la abraza y le dice que se tranquilice que nada pasara.

—¿Mike, podremos evadirlos?, no quiero que sepan donde vivimos.

—No lo sé, señor, pero trataré en lo posible de perderlos. Aún tenemos un poco de ventaja.

El teléfono de Luana timbro en medio de la conversación, encendió la pantalla y vio que era una llamada de Avalos, se la mostró a Valentino y este con un movimiento de cabeza le dijo que aceptara la llamada.

—Hola — Respondió Luana inmediatamente mientras ponía el teléfono en altavoz.

—Hermanita — se escuchó decir a Nicolás —¿Dónde están?

—Nico — hablo Valentino — Estamos camino a la casa, pero nos vienen siguiendo, no podemos perderlos. Creo que llevaré a Luana a otro lugar, para que no descubran a los niños.

— Creo que es lo mejor, pero aquí estarían más seguros, la seguridad en tu casa es de las mejores, creo que deben hacer el intento de llegar, esa gente es peligrosa.

—Hermanito, ¿tú, cómo estás?, ¿te han golpeado mucho?

—No te preocupes Lu, no es nada que ya no me haya pasado antes, unos cuantos golpes felizmente logre escaparme y los guardaespaldas me encontraron a tiempo, mis heridas y golpes ya han sido tratadas por Avalos, quédate tranquila.

—Gracias a dios, que todo está bien.

Nicolás se quedó en silencio por un rato y luego hablo más calmado. —Cuñado, acércate a la comisaria de las Begonias y busca al agente Matías Rivadeneira, es mi amigo, él va a ayudarte.

Mike que había estado escuchando la conversación, cambio de rumbo hacia la comisaria y su compañero lo siguió, los autos que los seguían también cambiaron su dirección para seguirlos.

—Valentino, escúchame bien, cuando lleguen a la comisaria, entran, buscan a mi amigo, él los estará esperando, los sacara por la puerta trasera en un patrullero. Presenten la denuncia sobre el seguimiento antes de retirarse de la comisaria.

—Señor, esa idea es muy buena. —Menciono Mike. — Ustedes salen con el patrullero y yo los desviaré para que me sigan y que piensen que siguen conmigo.

—Tienes que cuidarte Mike, no quiero que les pase absolutamente nada a ustedes. — Susurro Luana temerosa por lo que podría pasarles.

La estrategia de Nicolás, funciono, lograron escabullirse de quienes los estaban siguiendo, pero sabían también que eso no se quedaría así, Seguirían intentando llegar a ellos.

Finalmente, llegaron a casa sanos y salvos.

Matías se quedó en el patrullero esperando ver a Nicolás, tenían algo de lo que hablar, este salió caminando a duras penas y se subió al patrullero.

—Qué paso Matty, porque me buscas.

—Te ves como la mierda, jefe. — Nicolás miro hacia todos lados mientras le daba un golpe en la cabeza por su indiscreción. —Lo siento gringo, pero no hay nadie cerca.

—¿Para qué me buscas?.

—Los altos mandos quieren hablar contigo, quieren un informe detallado de cómo va la investigación, se están desesperando, te quieren sacar del caso.

—Esos hijos de puta, no hacen ni mierda y aun así quieren llevársela gratis. Que no jodan.

—Jefe, no les puedo decir eso, invéntate algo mejor.

—Negro, diles que me comunicaré con ellos el lunes.

—No se van a rendir.

—Tú diles eso, trataré de comunicarme con el coronel Mendieta en estos días, para que me informe si ya descubrieron al soplón, si no hay noticias al respecto, no puedo hablar con ellos, es extraño que a cada paso que doy me estén siguiendo. Definitivamente, hay un soplón en la agencia. Tú sabes que esa gente está metida en todas partes, si no, no podrían actuar tan impunemente como lo han hecho hasta ahora.

—Lo sé, jefe, pero tiene que cuidarse, esos golpes que tiene, no se ven nada bien. Apuesto que incluso tiene un par de costillas rotas.

—Silencio, no quiero que mi hermana se vaya a asustar, aún no se recupera por completo.

—Está bien jefe, me mantengo callado, pero hoy se libraron por muy poco. La próxima vez no sé si podrán hacerlo.

—Por eso es que necesitamos desenmascarar a esta organización de mierda, solo así podremos estar tranquilos. Ya vete, debo regresar a la casa grande, mi hermanita me está esperando y debo ver que le puedo contar.

—Okey jefe, nos mantenemos en contacto.

Nicolás vio al patrullero arrancar e irse, se abrazó el cuerpo, el dolor de las costillas era intenso, pero tenía que poner buena cara, no podía preocupar a nadie en la casa.

Dentro de la casa, Avalos miraba con el ceño fruncido a Luana, estaba extraña, algo había pasado con ella y no creía que solo fuera por la persecución.

—¿Te encuentras bien? —Pregunto.

Luana lo miro, mientras se presionaba las sienes con fuerza. — No, no me siento bien, me duele demasiado la cabeza.




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