Perdóname...

Capítulo 89

—Todo está bien, no creo tener problemas con el ambiente, pero si te agradecería que nos dejaras solos, necesito hablar con mi paciente.

Valentino hizo un gesto de molestia, se sentía ansioso de dejar a Luana en manos de Avalos, pero no pudo hacer otra cosa que salir de ahí y regresar a la casa. En el camino abrió el programa espía que tenía en el celular y observo atentamente todo lo que ocurría en la habitación.

—¿Cómo has estado Luana?

—¿Extraña? — respondió ella

—¿Extraña? ¿Cómo?

—¿Hace cuanto que no tenemos esta charla? — pregunto en respuesta Luana.

—¿Tú dime?

—Creo que han pasado seis meses desde que no estoy en un consultorio contigo, ¿no?

—¿No se supone que debes verme cada tres meses?

—Perdón, lo olvidé, tenía demasiadas cosas en las manos de las que tenía que ocuparme.

—Pero tu olvido, provoco que tuvieras las crisis conversivas, ¿ahora entiendes por qué no debes olvidarlas?

—Lo sé, lo sé. Debo cuidar mi salud.

—¿Entonces podemos empezar?

—¿No lo estábamos haciendo ya?

—Tomate la terapia en serio, Luana. No quiero que se aprovechen de ti, haciéndote creer cosas que no han sucedido.

—¿Lo dices por Valentino?

—Lo digo por todos, no solo por él.

—Uhmmm

—En fin, a lo que vinimos, Luana.

—¿Sigues teniendo ese tipo de recuerdos de los que me hablaste?

—¿Recuerdos? —Luana se quedó pensando un rato, luego lo miro detenidamente. —Sueños diría, sueño mucho, sobre cosas extrañas, como si hubiera vivido otra vida. ¿Tú crees que eso signifique algo?

—¿Cuándo sueñas?

—Empiezo con dolores de cabeza, luego despierto en otro lugar, me dicen que tuve una crisis conversiva y lo único que yo recuerdo es que tengo la sensación de haber soñado mucho.

—¿Recuerdas esos sueños?

—En mis sueños estuve embarazada, y tuve tres hijos, sé que eso no es cierto, yo nunca estuve embarazada. Luego sueño que esos niños me fueron arrebatados por una mujer con la ayuda de un hombre.

Avalos la miro detenidamente, su mirada mostraba incertidumbre, duda.

Valentino seguía observando la interacción entre ambos, le preocupaba la integridad física de Luana, pero hasta el momento todo estaba en orden, pero no sabía por cuanto tiempo seguiría así. Se suponía que en esta sesión él haría la hipnoterapia.

Luana tenía las manos unidas en el bolsillo central de la polera que tenía puesta, miraba de reojo a Avalos tratando de interpretar cada mueca o cambio en sus ojos que le pudieran ayudar a descubrir cuál era el plan que tenía para ella, no tuvo que esperar mucho, para descubrirlo.

—Luana, me preocupa esos seudos recuerdos que estás teniendo, es como si te estuvieran condicionando a creer que eso sea cierto, cuanto tú y yo sabemos que nada de lo que estás soñando es realidad. ¿Estás tomando los medicamentos que te receté?

—Si doctor, lo estoy haciendo religiosamente, tendrás que hacerme una receta nueva, solo me queda medicamentos para una semana.

—Está bien extenderé una nueva receta cuando terminemos con la hipnoterapia., vamos a empezar, recuéstate cómodamente, pon la cabeza en la almohada. —Luana se recostó cómodamente tal como se lo indico Diego Avalos, este tomo asiento frente a ella y saco un reloj de bolsillo.

Luana se quedó mirando el reloj, lo había visto antes, la pantalla tenía una rajadura en un costado, su cuerpo se estremeció de miedo, pero trato de relajarse, tenía que aguantar hasta el final.

—Luana, escucha mi voz mientras observas el movimiento del reloj, te sientes con sueño, mucho sueño.

Valentino siguió observando en la pantalla el proceso de la hipnoterapia, de pronto la conexión se perdió y ya no pudo saber qué es lo que pasaba dentro de esa habitación, quería correr de regreso e interrumpir cualquier cosa que estuviera pasando, estaba furioso por la falla en el sistema.

Bajo las escaleras corriendo, mientras ingresaba al salón oculto bajo las escaleras, tenía que revisar que era lo que había pasado con el programa espía.

Reviso cada una de las cámaras instaladas en la habitación, y solo había ruido blanco, la señal estaba cortada, ¿en qué momento interrumpió la señal? ¿Cómo lo hizo? Se preguntó molesto. Lo más lógico es que hiciera ingresar un aparato inhibidor de señal. Debió haberlo supuesto. Ese tipo tenía muchas agallas para tratar de enfrentarse a él.

Siguió mirando por las cámaras que estaban fuera del cobertizo, cuando vio que la puerta se abría y salía Luana acompañada de Avalos, conversando animadamente, salió del salón secreto y se dirigió a la sala, donde se sentó cómodamente mientras revisaba su celular.

La puerta se abrió e ingreso Luana seguida de Avalos, ella lo miro de manera molesta y subió las escaleras sin dirigirle una mirada más.

—¿Qué sucedió? — pregunto Valentino.




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