Alex despertó en una cama mullida, no estaba atado, pero sentía un fuerte dolor en la nuca donde le habían golpeado la noche anterior, sacudió su cabeza tratando de despertar completamente, sus primeros pensamientos fueron hacia sus hermanas y empezó a desesperarse, respiro profundo y decidió calmarse, que era la mejor forma de resolver los problemas,
Miro a su alrededor y vio que era una habitación equipada y decorada de manera personalizada, para un niño de más o menos su edad, sus sospechas fueron creciendo, observo todo cuidadosamente, se acercó a la ventana de la habitación, observo hacia afuera y por lo que veía, estaba en un noveno o décimo piso, ya que podía ver gran parte de la ciudad, aún estaba en Lima, concluyo luego de pensarlo por un rato.
En el pequeño sofá, dentro de la habitación, había un juego de ropa, se lavó cuidadosamente y se cambió con la muda que habían dejado para él. En ese momento sus sospechas cada vez eran más firmes, ya imaginaba quien lo había sustraído de su casa y separado de sus padres.
Salió de la habitación y camino por el pasadizo que lo conducía directamente a unas escaleras, sin lugar a duda el apartamento era un dúplex dentro de uno de los tantos edificios que se encontraban en la gran ciudad, pero era uno de esos condominios para clase media, no le extrañaba, que fuera así, después de todo, esa gente solo podría pagarse algo de ese precio.
Bajos las escaleras despacio como si no quisiera llegar tan rápido al final, sus pies no hacían ningún sonido, las escaleras terminaban en un ambiente grande e iluminado por un gran ventanal que corría a lo largo de toda la pared, desde ahí pudo vislumbrar la estructura moderna de un parque, sabía cuál era, por lo que su mente se tranquilizó un poco.
Se dirigió a las personas que estaban cómodamente sentadas en los muebles.
—Abuela, abuelo, buenos días. — Saludo Alex educadamente.
—Pequeño que bueno que despertaste, no sabes cuantas ganas teníamos de verte.
—Abuela, si querías verme, no hubieras usado trucos tan bajos para hacerlo, ¿Por qué no le dijiste a mi madrina que querías verme? — Respondió Alex de manera tranquila mientras observaba los cambios en los rostros de la pareja adulta.
—Esa bruja, no te hubiera traído. —Respondió el hombre mayor, que tenía cara de pocos amigos, Alex frunció el ceño ligeramente mientras sus manitas formaron un duro puño al escuchar el insulto hacia su madre, pero su cara se mantuvo inexpresiva.
Luego de mirarlos por un buen rato, Alex respondió. —Abuelos, ustedes saben que mi madrina tiene mi custodia legal, saben que lo que hicieron es un delito, ¿verdad? —Argumento Alex tratando de que lo devolvieran de buena manera, aunque sabía bien que eso no pasaría y que sus palabras caían en un saco roto, el dinero movía a esas personas y el dinero que él representaba lo hacía demasiado llamativo.
Meses atrás había descubierto que sus abuelos estaban endeudados y próximos a la bancarrota, su tío, el hermano de Virginia, era un bueno para nada, había despilfarrado y robado gran parte del dinero de la empresa. Así que para esa gente lo único que él representaba era un caudal hereditario que si se hacían con él podrían darle una inyección de capital a su moribunda empresa.
Sonrió levemente al pensar que ellos creían que él era un pobre niño de siete años sin capacidad alguna, no sabían con quién se habían metido.
—¿Cómo sería un delito, tener la custodia de mi propio nieto? — Pregunto casi gritando el anciano, mientras sus ojos se ponían rojos de la rabia contenida, —Eres mi sangre y como tal, tienes que estar con nosotros, serás el único heredero de la fortuna familiar.
¿Fortuna? Alex trato de contener la risa, fortuna en deudas pensó, esos ancianos eran muy graciosos. —Necesito hablar con mi madrina y decirle que estoy bien abuelo, si no lo hago ella se preocupará y pondrá una denuncia y no creo que quieras que eso suceda, ¿no?
—A mí que me importa que denuncia, que haga lo que quiera una pobre mujer sin dinero que podría hacer contra Los Cisneros-Ugarte; además nuestros abogados han avanzado bastante con el tema de tu custodia, solo es cuestión de días para que salga la notificación donde se indique que tiene que entregarte por las buenas o por las malas, ella será la que vaya presa si se niega. Ella no podrá hacer nada, así que acostúmbrate a partir de hoy esta será tu nueva casa.
—Abuelo, esta casa es fea, yo pensé que ustedes vivían de una mejor manera, no puedo creer que vivan como la gente pobre en un humilde condominio. Me avergüenzan. —Dijo Alex mientras se sentaba en el mueble mirando el departamento con desprecio, ya había empezado a molestarse, pero también sabía que debía ser más astuto y hacer tiempo para que su papá y su tío Nicolás lo encontraran, ahora tenía que ver la manera de darles su ubicación lo más pronto posible.
El viejo Cisneros lo miro con rabia, no entendía como este niño podía ser su nieto, si no fuera por la fortuna que le había dejado Tapia, ni siquiera se hubiera molestado en mirarlo más allá de cinco segundos.
La mujer estaba encantada, con el niño, era hijo de su hija, lo único que le quedaba en esta vida de ella, si no hubiera sido por las acciones irresponsables de su marido, su hija aún estaría con vida, pero no había nada que hacer al respecto, su corazón se conmocionó por unos instantes y luego volvió a poner su cara de piedra, de obtener su marido la custodia de su nieto tenía que encontrar la manera de protegerlo.
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Editado: 16.02.2023