—Valentino, ¿qué haremos? —pregunto Luana desesperada cuando vio llegar a Valentino con ánimo sombrío, la ropa arrugada y unas inmensas ojeras que demostraban que no había dormido nada desde el día en Alex desapareciera.
—No lo sé cariño, hemos agotado todos los recursos y aún no encontramos pista de Alex, es como si se lo hubiera tragado la tierra, Nico ha puesto la denuncia por desaparición, ya lo está buscando la policía directamente, solo es cuestión de tiempo.
—Ya vamos a llegar al tercer día desde su desaparición, debe estar asustado, mi pobre bebé.
—Lu no te angusties, Alex es un niño muy inteligente, verá la manera de comunicarse con nosotros, ya sea directamente conmigo o con Nicolás, no hay que perder las esperanzas.
—Está bien, trataré de estar tranquila. Aunque no creo que sea posible para mí, Siento que en cualquier momento voy a colapsar, estoy llena de angustia.
—¿Quieres que llame a Julieta?
—No, tengo que aprender a controlar mis emociones, confía un poco en mí.
—Sé que eres fuerte, pero tampoco puedes tratar de controlarlo todo, eres un ser humano, recuérdalo. ¿Sabes algo de Avalos?
—Me llamo ayer, me dijo que estaba con un paciente de riesgo en la clínica, su paciente intento suicidarse, así que lo llamaron sus familiares y tuvo que irse, vendrá a verme más tarde, dijo que quería ver cómo me iba con el tratamiento.
—¿Le comentaste de la desaparición de Alex?
—No, no lo hice, si lo hago creerá que estoy demasiado preocupada para lo que él ordenó a mi mente. No puedo hacerle ver que su truco no funciono esta vez.
Mientras hablaban, Valentino enviaba un mensaje a Jimmy pidiéndole que averiguara donde estuvo Avalos en los últimos tres días. —Avalos cree que somos tontos, que no descubriremos su juego, desaparecer justo el mismo día en que secuestraron a Alex, es demasiada coincidencia.
—Tenemos que investigar si lo que dijo era cierto —Hablo Luana pensativa, mientras miraba a Valentino seguir escribiendo en su celular.
Valentino levantó su mirada del aparato como si hubiera recordado algo — ¿Cómo han reaccionado las niñas con todo este problema?
—Gia, es la que más ha llorado, quiere que regrese, está muy asustada. Y Gis quiere ir a ver a su mamá, Maritza se atrevió a llamarla y le pidió que vaya a verla. — Respondió Luana mortificada.
—Esa mujer está loca, pero también tenemos que entender que ella aún no sabe que descubrimos que no es la madre de las niñas. Iré a hablar con ella.
—¿La estás justificando?
—No, no lo tomes de esa manera, pero también piensa que todos estos años, de una u otra manera, ella ha actuado como madre de las niñas.
—Lo sé, pero tenemos que solucionar esto de una vez.
—Lu, cariño, sé que con todo este problema no hemos tenido la oportunidad de decirles la verdad a las niñas, pero no creo que ahora sea un buen momento, temo que no lo puedan entender.
—¿Y entonces dejarás que sigan creyendo que ella es su madre? —Grito Luana desesperada y llena de indignación.
—Lu, cálmate, ese no es mi propósito, pero tenemos que ser pacientes es por el bienestar de las niñas, no podemos arrojarles una noticia así, que pueda provocarles más angustia de la que están teniendo en este momento, trata de comprender.
—Claro, como ellas se criaron contigo, entonces eso no te afecta. Pero a mí, me las robaron, carajo, son mis hijas y debo seguir escuchando que llaman madre a su secuestradora. Eres injusto — Dijo Luana entre lágrimas, ya no soportaba tanta angustia, un hijo desaparecido y sus dos hijas queriendo ver a la mujer que se las había robado cuando aún eran unas bebés recién nacidas.
Valentino trató de abrazarla para calmarla, pero ella simplemente aparto sus brazos de un golpe, odiaba al mundo entero en ese momento, le habían quitado a sus hijos justo cuando empezaba a recuperarlos, sabía que en el fondo Valentino tenía razón, pero odiaba esa situación.
Luana se fue de la sala, directo a su dormitorio, no quería ver más a Valentino, al menos no en ese momento.
Valentino la vio subir las escaleras, entendía que estuviera tan lastimada, y hubiera querido ahorrarle todo ese sufrimiento, pero uno de los dos debía ser el racional, no podía actuar de manera irresponsable, si le pasaba algo a sus hijas no se lo perdonaría. Amaba mucho a Luana, pero no podía ir en contra de la salud mental de sus pequeñas, ya habían sufrido demasiado todos estos años, con su dejadez y abandono. No, no podía fallarles de nuevo. Lo lamentaba por Luana.
Su celular vibró, miro la pantalla y contesto de inmediato.
—Jefe —Hablo Jimmy —Investigue lo que me pidió, Avalos no ha salido de la clínica en estos tres días, hay pruebas de que no salió de ahí.
—¿Estás seguro?
—Completamente, a solo que pueda tele transportarse, él no ha dejado la clínica para nada.
—Envíame las pruebas, quiero revisarlas yo mismo.
—Se las envío en este momento.
Valentino colgó la llamada, y fue a buscar a sus hijas, pero solo encontró a Gia, dormida en su cama, con la carita aun húmeda de todo lo que había llorado, a su costado estaba Luana también dormida mientras la abrazaba, por un momento pensó que tal vez Luana fuera a dejarlas de lado debido a su dolor, pero con gran regocijo se dio cuenta de que ella no las estaba apartando.
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Editado: 16.02.2023