Perdóname...

Capítulo 114

—¿Y aún tienes el celular? —Pregunto el pescador.

—Por supuesto, ni que fuera un tonto, lo malo es que la pantalla está dañada, eso me costara unos varos para cambiarla, pero el equipo en sí se ve bueno — Dijo mientras les mostraba el celular apagado en cuya pantalla se había formado una tela de araña debido a la caída que de seguro había sufrido.

—Por cierto, necesito un ayudante qué opinas, ¿te nos unes? — Pregunto el pescador al estibador. Este luego de pensar un rato saco su propio celular y llamo a su madre.

—Hey ma, iré con Tobías y Jules a la pesca de pota, regreso mañana, ¿okey?

Luego de escuchar los consejos de su madre, movió la cabeza asintiendo como si su madre pudiera verlo. —Bueno, Tobías, Jules cuenten conmigo.

Las tres personas juntaron sus pertenecías y subieron a la pequeña embarcación que les ayudaría a conseguir el sustento de vida. Levaron el ancla y se lanzaron a la mar.

Nicolás había corrido por todo el muelle y no había encontrado ninguna información favorable, excepto por la señora que hacía la limpieza de los baños que le informo que vio dos niños corriendo por el muelle rumbo a los botes varados en el muelle, le llamo la atención debido a que la niña tenía el cabello rubio y eso era algo raro de ver por esos lares.

Llegaron a la zona donde estaban los botes y demás anclados cuando vieron un pequeño barco que se alejaba, era el único que iría a esa hora a pescar, el resto de los que estaban anclados no saldrían debido a que les habían informado que el clima no estaría a su favor, así que preferían quedarse en el muelle y salir al día siguiente.

Habían revisado cada una de las embarcaciones y no habían encontrado nada, ya casi habían perdido las esperanzas de encontrarlo y temían que hubieran sido capturados de nuevo.

—Hey jefe, mira lo que encontré — Dijo Matt que venía caminando hacia ellos, Mike estaba a su lado junto con Jeremy y traían a un par de tipos esposados.

Nicolás los miro detenidamente y se dio cuenta de que uno de ellos fue el que capturo a Alex cuando estaba escondido y lo levanto en vilo para luego lanzarlo dentro del auto en el que escaparon. Nicolás no aguantó más y le lanzo un puñetazo directo a la mandíbula, el tipo cayó al piso y reboto en él.

Nicolás se lanzó a golpearlo de nuevo, pero fue sostenido por Mike.

—Señor tranquilícese, lo que debemos hacer en este momento es obtener información sobre el paradero de los niños, ya después tendrá todo el tiempo del mundo para golpearlos.

Nicolás respiro hondo y trato de calmarse. Miro hacia el mar y vio al pequeño barco perderse en el horizonte, se agachó y se apoyó en sus rodillas, estaba cansado, unas lágrimas corrieron por sus mejillas, odiaba sentirse inútil, pero odiaba más a su padre y a su madre que eran los culpables de todo. Sentía que pronto se derrumbaría, le dolía el pecho por la desesperación.

Una mano se apoyó en su hombro y le dijo. —Tranquilo cuñado, pronto lo encontraremos.

Nicolás se levantó y vio a Valentino cogido de la mano con Luana, su hermanita trataba de contener las lágrimas, pero se veía fuerte y decidida, los ojos rojos de Valentino le indicaban que tampoco la estaba pasando bien, Alex era solo su sobrino, pero era el hijo de ellos y aún estaban de pie tratando de ser fuertes.

No, no podía desmoronarse, tenía que seguir buscando e interrogando a los dos tipos que habían capturado.

Sintieron el movimiento y el sonido de un motor, sus ´pequeños corazones se paralizaron de inmediato, el lugar donde estaban escondidos se puso en movimiento.

La pequeña niña cubrió su boca con un puño, se puso pálida del miedo, ¿si los habían encontrado? Se preguntó, pequeñas lágrimas corrían por su tez humedeciendo sus largas pestañas.

—Mindy ¿Por qué lloras? — pregunto Alex.

—Nos estamos moviendo y nos alejamos de casa — respondió la niña.

—Cálmate, mi tío nos encontrará, —Respondió Alex tratando de tranquilizarla.

—Siempre hablas de tu tío, pero jamás mencionas a tus papás, ¿están muertos?

Alex se quedó en silencio pensando en sus papás, pero un fuerte dolor de cabeza empezó al instante de pensar en sus padres, una voz le decía que sus padres estaban muertos, pero en su cabeza escuchaba la voz de una mujer que decía que era su mamá y que por fin lo había encontrado, apretó fuertemente sus puños para tratar de calmar el dolor, su mente se ponía en blanco por momentos, pero la cara bonita de una mujer siempre aparecía, ella lo llamaba bebé.

—No lo recuerdo — finalmente respondió. —Ni siquiera sabía que tenía un tío, pero la persona en el teléfono dijo mi nombre y que lo llamara tío, por eso le digo así.

—¿Entonces confías en que él nos encontrará?

—Sí, lo hago, no sé por qué, pero creo que él me seguirá buscando. Él nos va a encontrar. Lo prometió y voy a creerle —Habló tanto para él como para Mindy.

De pronto la lona debajo de la cual estaban escondidos se levantó y tres personas los miraron confundidas.

—Encontramos polizones —dijeron los tres a la vez.

—Estos son los niños a los que están buscando en el muelle — Habló rápidamente el pequeño estibador. —Por cierto, tengo el celular que se les cayó.




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