Sí señores ¡Al fin había llego! Hoy comenzaba mi primer día en mi último año de secundaria. Sí señores, el año que viene mi vida iba a dar una vuelta de 180°.Aunque, para ser honesta no estaba emocionada porque vaya a comenzar la universidad, ni nada de eso. Pero creía que necesitaba cambiar de aires, conocer gente nueva, vivir otras experiencias y esas cosas que te decían que pasaba cuando ibas a la universidad.
Me levanté un poco somnolienta hacia el baño para darme una ducha y sacar ese espíritu de vacaciones de mí. Al terminar de arreglarme, baje con el fin de tomar mi desayuno para así poder irme a la escuela.
Cuando llegué a nuestra pequeña cocina me encontré con mi hermana, la cual tenía unas ojeras que podrían asimilarse a los círculos negros que tiene un mapache, haciéndose un café.
— ¿Otra vez te quedaste estudiando? ꟷPregunté mientras veía como hacia lo posible por no caer en el suelo debido al sueño.
—Mmhꟷafirmó balbuceando mientras me miraba a través de sus parpados caídos— ¿Qué hora es?ꟷpreguntó, arrastrando las palabras.
—Ya van a ser las siete.
—Dentro de cuatro horas tengo el examen. Aún hay tiempo, me falta solo un tema.
—¿Dormiste algo?ꟷpregunté divertida por su afán de seguir estudiando.
—cada dos horas me echaba en la cama y dormía quince minutos. Leí que, si duermes solo quince minutos, te relajas más que si duermes una horaꟷ aseguro con una sonrisa.
Las estrategias de estudio de mi hermana cada día me sorprendían más.
—Ana, pareces un zombi. Te vas a terminar durmiendo en la prueba.
—No importa, todo sea por aprobarꟷdijo mientras salía de la cocina con su taza de café—. Ah cierto, disfruta este último año, porque después no vas a saber lo que es vidaꟷme aconsejo en el umbral que separaba la cocina de la sala.
Después de desayunar emprendí la marcha hasta la escuela.
Al llegar a mi nuevo salón noté que era la primera, ya que este estaba con las luces apagadas y no se oía ni el ruido de una mosca. Busqué el interruptor a ciegas y al prenderlo me di cuenta de que no estaba tan sola como creía.
Al fondo del salón una cabeza de cabellos negros estaba recostada en el pupitre. No tuve que acercarme para saber quién era.
Note que levantaba la vista para ver quien había llegado, al ver que era yo, tomo su campera¹ y se lo puso encima de su cabeza para así volver a la oscuridad.
Me senté en el lugar donde suelo estar con mis amigas y me recosté un rato a la espera de que viniera más gente, pero sin darme cuenta me terminé quedando dormida en el.
—Hopeꟷme llamo una voz familiar mientras me tocaba el hombro.
Levanté mi cabeza y pude ver los ojos marrones oscuros de mi amiga Aldana.
—Holaꟷ respondí mientras besaba su mejilla en señal de saludo—¿Todo bien?ꟷ pregunté aun un poco somnolienta.
—Sí, todo lindo hasta que vi cierto compañero maleducadoꟷdijo en voz alta para que ese cierto compañero maleducado la escuchara.
Miré hacia donde estaba Marco que ahora se encontraba sentado mirando su celular. Pero este ni se inmuto con las palabras de mi amiga.
—Aldu, vamos al bañoꟷle dije levantándome de la silla y tomándola del brazo.
Ya en el baño me lave la cara para delinearme los ojos en frente del espejo, mientras conversaba con Aldana.
—Al fin se va a acabar esto y dejare de ver a ese pelotudo²ꟷdijo con alivio apoyada en los lavamanos
—Déjalo ser. Desde que lo conocemos es así. Ademásꟷañadíꟷ no jode a nadieꟷcomenté mientras ponía atención a que el delineado no se saliera del contorno de mi ojo.
—A mí me molesta que me anden ignorandoꟷreplicó molestaꟷ ¿Acaso a vos, si te gusta?
—No es como si me gustara. Pero la verdad como no me junto con él, no me importaꟷdije sin darle importancia. La verdad lo que pasara con ese chico me daba igual debido a nuestra nula relación.
—Pero a mi desgraciadamente sí.
Aldana estaba de novia con David, un amigo de nuestro detestable compañero, desde que comenzamos la secundaria. David y Marco eran amigos desde el jardín. Así que se conocen muy bien y tienen una amistad muy sólida. Por ello, Aldana tiene que compartir con él, los cumpleaños de su novio, los días en que hacían prácticas de futbol e innumerables momentos en los que mi amiga la pasaba con don simpatía.
—Hablando del pelotudo ese ¿sabés que se puso de novio?
—¿En serio? ¿Con quién?ꟷ Pregunté sorprendida.Durante el tiempo que había compartido con Marco nunca había escuchado que tuviese novio.
—Con Luis de la primera³. Parece que pasaron las vacaciones de verano juntosꟷ contestó. «Con que al fin lo logro. Buena por Luis»
—Sí, note que le tenía ganas. Lo vi varias veces en las prácticas de futbol mirando a Marco.