Perenne

Capítulo 4: Yūgen

Diario de investigación del Dr. Joscan Smith: Última nota escrita el día viernes 04 de abril del 2008 a las 1:57 am.

Lee en silencio mis palabras y asegúrate de estar solo cuando lo hagas. Pronto vendrán por mí y estoy seguro de que me matarán. Es por esto, que he tomado la decisión de contártelo todo antes de que eso pase; después de todo, tú eres el único que tiene la clave de mi computadora.

 Quiero hablarte sobre la B12, aquel experimento del cual ya sabes cómo lo obtuve, más nunca te dije ¿cómo funcionaba? Ya que es un tema algo delicado y estaba esperando el momento justo para decírtelo. La B12 es un arma letal, por lo que advierto que su propietario no debería ser cualquier persona. He descubierto que el virus es imposible de estudiar, es tan extraño que no se hallan ningún resultado que tenga lógica que me permita saber sobre su estructura; sin embargo, una vez que lo uní a una célula humana, este pareció tener reacciones increíbles, dejándome ver la existencia de dos grandes habilidades que solo pido tener cuidado con su uso; si se llegan a utilizar de manera inapropiada, estas podrían ser peligrosas.

Viernes 04 de abril del 2008, hora: 4:38 am. A dos horas de la explosión.

 Joscan observaba el lugar con cierto desespero, todo el laboratorio estaba destruido. Sabía que pronto irían por él, pero nunca pensó que la codicia de quienes lo buscaban fuera tal que incluso se atrevieran a dañar todo lo que tenía. Sus pasos se apresuraron en adentrarse a los tétricos pasillos que eran iluminados cada cierto tiempo por la luz roja de emergencia; sin embargo, hubiera deseado que aquella sirena con sonido estridente se callara de una buena vez, lo estaba volviendo loco. Aunque aquel detalle no era el único, su hija tampoco lo ayudaba; pues desde hace rato había estado llorando a gritos.

 —Nena. —Tragó en seco—. Pequeña, ya para...

 Su compañero lo miró serio, no entendía el comportamiento de su amigo y menos el motivo por el cual había traído a su hija.

 —Joscan... ¿Puedes calmarte tú? 

 —Solón, ahora mismo no me digas qué hacer... Mejor muévete en caminar, ya casi llegamos. 

Desde el día en que Smith entró de manera confundida al laboratorio de Cadie, algunos años atrás, una gran amistad había surgido con aquellos de universos diferentes; más entre Solón y Joscan, quienes prácticamente eran grandes amigos capaces de hacer cualquier cosa por el otro. Era el grupito de tres perfecto. Al pasar del tiempo, Solón sabía que su amigo era buscado, pero nunca se imaginó que un día iría al mundo uno y se hallaría con todo aquel desastre.

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 Diario de investigación del Dr. Joscan Smith: Última nota escrita el día viernes 04 de abril del 2008 a las 1:57 am.

 La primera habilidad parece ser la más fascinante. Con ella, la teoría de los multiversos queda totalmente comprobada; sin embargo, lo impresionante de la B12 es que le permite a su portador acceder sin problema alguno a uno de estos universos en el tiempo que desee; en otras palabras, se puede ir al pasado como también al futuro... Todo depende del tiempo que elija su propietario.

 Para tener un mejor orden de todo el asunto, decidí nombrar al otro universo "mundo dos" y tras una larga investigación, observe que este es prácticamente el reflejo de nuestro mundo. No hay nada distinto en él, aunque debo advertir que se debe de tener cuidado con lo que se quiera hacer en el tiempo elegido.

 —Joscan ¿dónde demonios estamos? —Solón observó detalladamente el pequeño lugar subterráneo al que lo había conducido aquel científico después de estar atravesando pasillos como locos durante media hora.

 — ¿No esperaría que me dejará arrebatar la B12 tan fácilmente? —Joscan le sonrió de forma burlesca—. Me alegro de que no descubrieran este lugar.

 — Ahora sí pareces un científico loco —susurró el chico de sombrero. 

 — Te escuché. —Joscan rodó los ojos mientras dejaba a su hija en una fría mesa de aluminio—. Mejor ayúdame a que Izaro no se caiga.

 Solón suspiró cansado en tanto sus pasos se acercaban a la pequeña. Por otra parte, Joscan sacó una caja de metal como también busco otros elementos antes de volver a la mesa donde estaba su amigo y su hija.

 — ¿Qué hay ahí? —pregunto Solón sin dejar de jugar con las pequeñas manos de la niña.

 Joscan no le respondió en seguida, primero sacó un pequeño frasco al cual le introdujo una jeringa, extrayendo todo su contenido.

 — La razón por la que me buscan. —Lo miró—. Esto es la B12.

 El de sombrero levantó una ceja extrañado, siempre pensó que el aspecto de dichoso experimento era más fascinante; no obstante, lo que realmente le sorprendió fue ver como su amigo acercaba aquella jeringa al brazo de su hija.

 — ¡Eh!, ¡eh!, ¡eh! —Solón toma a la niña en brazos, abrazándola de manera protectora—. ¡Te has vuelto loco! ¡¿Qué demonios piensas hacer con Izaro? 

 Por un momento el científico se quedó sorprendido, aunque aquella expresión lentamente fue cambiando a una que reflejaba tristeza y culpa. Camino de forma calmada hacia una pared de la cual se recostó. Una de sus manos viajó a un bolsillo de su bata, mientras que la otra, solo se dedicó a acercar la jeringa hacia su rostro con tal de detallarla.

 — Pronto voy a morir... Y no he hecho nada para proteger la vida de mi hija ni la existencia de este experimento. —Suspiro—. Quiero que ella tenga este poder... Así tal vez podré salvar a la B12...

 — ¡Pero es solo una niña!

 — ¿De dónde crees que obtuve la célula humana? —Los ojos del joven científico se posaron de forma fría en su amigo; sin embargo, su mirada se relajó al observar su espantada cara—. Oh no, no me malentiendas... Yo no experimenté con Izaro. Ella sin querer se cortó estando cerca del virus y me permitió ver una hermosa fusión; es por eso que confió en que solo mi hija puede ser la portadora de la B12... Después de todo, el virus solo conoce su célula.



#7030 en Thriller

En el texto hay: amor, suspenso, thirller

Editado: 22.05.2021

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