Perfecta

PARTE 03

ANAROSA

DOS AÑOS DESPUÉS

 

—Vamos Anarosa el pie en punta, pareces principiante—Me grita la señorita Barrett, la coreógrafa de la obra, si soy parte de cuerpo de baile, pero como siempre sin ser la cabeza de él, eso se lo dieron a Eliana, es hermosa y perfecta parece una gacela con esos saltos tan altos, esas caídas tan exactas, la envido tanto, siempre los ramos de flores más grandes, todo el mundo se pone de pie cuando termina, sueño con alguien día tener algo como eso.

 

—Si señorita Barrett—Es lo único que puede decir, mientras trato de obedecerle, dicen que si la haces enojar nunca más pones un pie en un escenario así de poderosa es, eso es lo único bueno de no haberme rendido poder trabajar con las mejores. Hoy es mi cumpleaños número dieciocho, no soy como el resto de chicas que prefieren estar con sus amigas o haciendo compras sin importar el dinero, yo no soy así, yo prefiero estar ensayando, practicando mi baile, aquí entre reflectores, tutús y gotas de sudor, hoy es el estreno, antes he participado en obras, pero esta es la primera con gran demanda del público, de la prensa, le pedí a mi padre que no venga al igual que mis demás familiares, puesto que van a hacer que me sienta acosada porque las miradas estarán en mí por ser una Mc Arthur y no en la obra.

 

Horas después estoy de regreso en casa, la verdad que estoy agotada, solo vine a darme un baño y cambiarme de ropa para regresar y prepararme para ser parte del ballet del lago de los cisnes, aunque recién cumplo la mayoría de edad, no soy como el resto, así como dice mi madre soy mucho más centrada y responsable que la mayoría, siempre he querido estoy no me voy a dejar amilanar por nada.

 

—Preciosa, no es el cumpleaños que hubiera deseado para ti—Mientras ve que me estoy alistado para regresar al escenario.

 

—Lo sé mamá, pero siempre me ha dicho que debo luchar por mis sueños y este es uno de ellos, ya habrá otros cumpleaños—Yo solo sonreí o eso quiero transmitir, porque por dentro siento todo mi cuerpo adolorido, pero no puedo dejar que eso me gane, hoy es mi primera obra en un gran teatro, no como quisiera, pero por algo se empieza, en este mundo el apellido mi padre no importa, más bien me ha ocasionado algunos reveses o trabas, pero eso nunca lo sabrán, no quiero que se sientan tristes por mí, para ellos siempre soy la sonriente y perfecta Anarosa. La que nunca llora del cansancio, la que nunca se queja de dolor, la que siempre alza la mano cuando necesitan algo, soy la perfecta hija y así debo seguir siéndolo.

 

 

Una vez que termina el espectáculo, mis padres corren para darme un enorme ramo de rosas y yo sonrío para ellos, finalmente llegaron o vinieron cosa que no quería, porque por dentro quiero llorar, titubee, dude de mí misma y eso puede costarme muchas cosas, como que me manden una parte menos notoria, o no viaje con ellos de gira.

 

—Vamos hermanita que Sam reservo en uno de los mejores restaurantes de la ciudad para celebrar en familia—Me dice Oliver, cuando menciona a su esposa no puedo evitar hacer una mueca, pero la disfrazo diciéndoles que iré a cambiarme, sigo sin pasarla y agradezco que no hayan tenido hijos después de casi dos años de casado, no sé la verdad, pero eso de Sam esto, Sam es hermosa, es perfecta, excelente cocinera, excelente psicóloga, etc. etc. me trae los cabellos de punta, pero no puedo decir nada, para el mundo yo la adoro.

 

—Anarosa una duda más y te olvidas de la gira, no voy a permitir que una bailarina del montón ponga en riesgo el espectáculo—Me grita el director de la obra junto con la mirada dura de la señora Barrett, que seguro fue quien se lo dijo, quiero llorar, pero sé que no puedo, solo acepto con mi cabeza hacia abajo algo avergonzada, ya que lo dio delante de mis compañeros, luego me doy la vuelta y me quito el maquillaje, me pongo un vestido blanco pegado al cuerpo que mamá me trajo a la fuerza, pongo unas sandalias, meto las cosas en mi pequeño bolso y salgo de ahí, sin haberme quitado el moño y la trenza de mi cabello.

 

Una hora después estoy soplando unas velas con mis padres, mi hermano y mi querida cuñadita nótese el sarcasmo, también está mi tía Georgina con mi tío Teo y mis primos, excepto Estefanía que me dijeron que está operando a una eminencia no sé si es un príncipe o algo así en Londres, no sé exactamente por qué no quise preguntar más, hasta ella es perfecta en su carrera de cirujana.

 

—Pide un deseo hija—Dice mi padre, yo solo desearía volver a nacer sabiendo lo que se para así no equivocarme.

 

—Toma cuñadita esto es de parte de nosotros—Me entrega una bolsa y dentro hay una chamarra como de beisbolista con nombre en ella y una pequeña bailarina danzando, la verdad está hermoso, solo puedo decir gracias, esta vez tuvo buen gusto, aunque casarse con mi hermano fue lo mejor que le ha pasado.

 

Los regalos llegaron, perfumes, cremas corporales de reconocidas marcas y no recibía un regalo de papá, lo cual me parecía extraño, no dije nada y cuando salimos pude ver porque no me había dado nada, en la parte delantera del restaurante y con muchos flashes lo cual la verdad no me gusta, pero es mi madre y ya estoy acostumbrada, había un enorme convertible descapotado color rosado con un enorme lazo en él, él me abraza y me da un beso en la mejilla y me dice al oído.




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