Perfecta

PARTE 07

 

WILLIAM

 

Aquel día que descubrí que Clark vivía en el mismo edificio que mi muñequita quise explotar, quise hacer una locura, golpeé tan fuerte el saco de entrenamiento que casi lo rompo, tuvieron que hacer que me controle, es que los imaginaba juntos y los celos hicieron que explotara, los malditos celos que hacen que uno piense y haga locuras, no permito que ningún hombre esté cerca de ella, es como si mi mente no reaccionara bien cuando se trata de Anarosa, a él lo conozco tantos años, pero soy consciente que hubiera sido capaz de mandar esa amistad por un tubo, cuando lo llame se sentía algo alterado, pero cuando escuche como se quejaba de ella y como ella tampoco lo soportaba, hice algo que no hago hace mucho respirar tranquilo, la tengo tan vigilada, cada paso que da lo tengo milimétricamente custodiado, nada de lo que ella hace se me escapa, controlo su mundo aunque ella lo desconozca, cada rechazo, cada acierto, todo lo puedo manejar a mi antojo, si quiero la hago reír o si quiero la hago llorar, soy el titiritero de su vida y ella ni enterada, siempre me repito, que necesito serlo para poder doblegar su alma hasta hacerla perder la cordura y la razón por mí.

 

—Señor, la señora González, tiene un hijo que está metido con el polvo de ángel, nuestros contactos lo acaban de confirmar y corroborar—Mis hombres están prohibidos de hablar de mi mundo como lo haría normalmente, ya los estoy entrenando para hablar en clave, cuando ella llegue aquí no sabrá que está metida hasta que ya sea tarde y solo vea a través de mí, la dulce muñequita tan ingenua y estúpida.

 

—Dale todo lo que pida, dale crédito ilimitado hasta que yo te diga, más bien aliéntalo, tú ya sabes cómo es eso, no tengo que decirte o darte un instructivo, hazlo volar como los ángeles y no dejes de vigilarlo, quiero muchas fotos si es en el acto mucho mejor— Mientras toco cada dedo de mis manos el uno con el otro, estudiando mis pasos siguientes, lo haré tan dependiente que su madre hará lo que sea por sacarlo y lo que sea es lo que sea todo con tal de seguir controlando el mundo de mi muñequita.

 

 

Me pasé la tarde viendo unos negocios y golpeando algunos tipos para no perder la costumbre, no puedo perder mi toque por andar tras de ella, además tengo que reconocer que  anduve un poco alejado, estoy manejando por las calles de la ciudad cuando de pronto ante mí vi veo una imagen que me dan arcadas y hace que la sangre me hierva, un gran cartel gigante anunciando el inicio del rodaje de la primera película como director de ese idiota de Owen Mc Arthur, ese hombre está en todos lados, con la sonrisa pegada en su cara, la sangre mi hierve el solo recordar la maldita vida que tuve cuando él destruyó la mía, mi padre no merecía morir y ahora mírenlo, él sigue con su vida mientras mi padre se pudre tres metros bajo tierra, con esa imagen en mi mente revive la ganas de verlo sufriendo, de verlo hundido viendo que su princesita se convierte en otra bajo su atenta mirada, no lo vendrá venir, no sabrá como o cuando su niñita se volvió una tipa sin moral que se mete con un tipo como yo, verá a su princesita convertirse en lo que nunca imagino,  poco a poco la iré moldeando a mi gusto y consideración, cada momento a mi lado haré que su mente vuele, que su corazón salte con mi tacto. Con mis besos, con mi lengua, por cada rincón de ella, voy a disfrutar, teniéndola gimiendo debajo de mí, sobre mí, a un lado de mí, con mi lengua acariciando su oreja, sé lo que les gusta a las mujeres y ella no será la excepción lo mejor de todo me voy a encargar de ser el único en probarla, quiero llevarla a la locura.

 

 

La rabia de imaginar por un segundo que pudo estar con Clark o que él la pudiera desear de alguna manera hace que lance el vaso con licor que tenía en la mano, no quiero ningún imbécil rondándola, así se trata de él, creo que hubiera hecho una locura, justamente vine a verlo a la fábrica donde se realizan los cortes, nunca vengo, pero quiero oírlo mirándolo a los ojos, no soy imbécil así que no voy a levantar sospechas.

 

—Así que los dioses también bajan del olimpo, gracias por iluminarnos con tu presencia su deidad del inframundo—Mientras nos saludamos como siempre con un abrazo, no quiero que sospeche que lo quiero estudiar, cuando se trata de ella hay algo desconocido que me hace actuar más allá de lo que yo mismo me tengo permitido.

 

—Idiota, te quejabas con nena que nunca vengo y ahora que lo hago me andas jodiendo la existencia, ¿Cómo van las cosas por aquí? — Me siento frente a él, está en la parte de arriba de la fábrica, uno con un gran ventanal, donde se puede ver cada movimiento de las máquinas y que nada se le escape.

 

—Aquí las abejitas trabajando como hormigas, la demanda ha subido en un cuarenta por ciento, esos logos en las camisetas han calado muy bien en las tiendas, ya estoy preparando las camisetas para invierno—Yo lo observo atento según él, pero es que me da igual, no me interesan los negocios ya tengo el dinero que quiero tener con el cual podría vivir tranquilo si me diera la gana, pero no puedo quedarme de brazos cruzados así que mato el tiempo con este tipo de cosas.

 

—Te voy a quitar algunas para los espectáculos, no me mires, así que sabes que me gusta esa vida y soy el Dios griego, como dicen las mujeres que gritan mi nombre y que les haga un hijo— Yo me rio a carcajadas al igual que él es que también sabe lo que pienso de los niños y el asco que me provocan.




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