Perfecta

PARTE 19

 

ANAROSA

 

Cuando las palabras salieron de mi boca, no podía decir si estaba totalmente convencida, pero él no verlo solo dos días, había hecho que la necesidad de tenerlo aún más cerca creciera de una vertiginosa y al contarme por qué se alejó de mí me dio ese impulso de querer que me haga suya, era una locura, pero quería demostrarle de otras formas cuando lo podía amar, como entregándole mi primera vez y que sea el único en mi vida.

 

—¿Estás segura? No quiero que te sientas presionada por mí, únicamente tengo que tener mayor paciencia y autocontrol — Me mira de una manera que hace que mi corazón se llene de un fuego nuevo, que mi cuerpo arda como si tuviera fiebre interna, lo vuelvo a callar a punta de mis besos, claro que quiero, si quiero.

 

—Hace mucho que no estoy segura de algo como lo estoy ahora, te amo William, suena loco y rápido, pero te amo y quiero ser tuya. —Escucho un pequeño gruñido de su parte, mientras hunde su nariz en mi cuello, un cosquilleo es el que empiezo a sentir.

 

—Entonces hagámoslo especial, moriría por hacerlo ya, pero te mereces lo mejor este fin de semana que te pueda dar, vamos de viaje a la playa, sería perfecto como te mereces —Yo digo si a todo lo que me diga, son sus ojos, su manera en que lo dice, como me aprieta a su cuerpo, como que me envuelve de tal forma que me encanta sentirme de esta manera, me encanta saber que él así por mí, puede parecer muy rudo, pero hasta con el ojo morado no deja de ser un romántico del cual cada día estoy más enamorada.

 

 

—Princesa, te extraño mucho, hija mía —Mientras mi padre me abraza, vine a almorzar con ellos, ya que hace días que me lo han venido pidiendo, me lance sobre la cama donde mi padre leía el diario como cuando era niña y pensaba que el mundo era fácil.

 

—Y yo a ti papito hermoso, quiero aprovechar que aún no vienen las revoltosas y te alejan de mí—Él ríe un poco, dice que muchas veces parezco una niña pequeña porque me pongo celosa de mis hermanas, pero un punto a mi favor yo vine primero, fui la primera princesa.

 

Horas después estoy ayudando a mi madre a preparar la cena, esta vez comeré algo ligero, ya que al final se terminó haciendo una cena familiar, todos están aquí, mis tíos, mis primos, incluso el pesado de John, que está en medio de mi tía Georgina y mi madre, con esa sonrisa como de catálogo, puede engatusar a quien sea menos a mí, de rato en rato lo veo verme de reojo y yo solo giro el rostro simplemente no lo soporto, así como no entiendo que tanto le ven que andan embobadas por él.

 

—Hija, tu vestido lo envió mañana — En ese momento es que recuerdo, le prometí a William ir con el fin de semana a la playa y resulta que es el mismo día que lo de mi padre y los premios Baftas.

 

Luego de darme de cuenta de lo que hice, no pude disfrutar la cena, quiero ir y celebrar la trayectoria de papá salvo por las cámaras, pero también quiero estar con William tal como yo misma se lo propuse.

 

—¡Hey amargada! Deberías concentrar en la cena, mira lo que estás haciendo — Lo miro de manera dura, cuando me doy cuenta de que estoy tratando de pinchar la pasta con una cuchara, estoy demasiada perdida en mis pensamientos que no me había dado cuenta lo que estaba haciendo. Sonrió de manera fingida.

 

—Gracias. — Y me meto un poco de pasta a la boca, tratando de obvia el momento bochornoso que acabo de pasar, además que él fuera quien se diera cuenta, acaso no tiene otra cosa que hacer que no sea vigilar mis pasos, es insoportable.

 

—John, querido tú también iras al evento ¿Cierto? Deberías acompañar a mi hija durante los bailes que se dan en el after party— Los dos décimos no al mismo tiempo, él suda frío y yo tomo un vaso de agua, mi madre está mal de la cabeza al pensar que bailaría con el engreído este.

 

—No me lo tomes a mal Emilia, pero no me gustan las niñas — Digo yo que es un engreído de la patada, yo solo le sonreí a mi madre que ríe de la reacción que pongo, me remeda hinchando los cachetes y yo sin querer me meto un trozo de pan a la boca, me arrepiento rápidamente y bebo un vaso de agua.

 

—Mamá no vuelvas a sugerir algo como eso, John le hacen bien las modelitos sin cerebro, nada que ver conmigo — Normalmente no hablaría así delante de mis padres, pero John hace que saque esa garra que desconozco en mí misma.

 

—Bueno, haré mi último comentario, haría muy bonita pareja — Yo alzo los ojos y papá carraspea como si se hubieran olvidado de él.

 

—Dejen en paz a mi princesa— Yo le lanzo un beso volado, adoro a mi padre y si soy su princesa, agradezco que las revoltosas de las mellizas estén en un lugar alejado jugando con las muñecas, ¿Qué estoy viendo?

 

—Mamá, ¡Esas son mis muñecas! — Ahora todos ríen de mi reacción hasta el idiota de John, si sonó algo infantil y tonto, una mujer que anda planeando su primera vez con su novio y reclamar por las muñecas que usaba de niña.




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