Perfecta

PARTE 25

 

ANAROSA

 

Estoy nerviosa, mañana es cumpleaños de mi hermano y se supone que debería ir, pero mi problema es que aún no se es que hace varios días que sucedió lo de John, pero se trata de mi hermano, no puedo faltar.

 

—Amor no olvides que mañana te secuestro, es un día especial — Mientras me abraza y siento su incipiente barba rosar mi hombro descubierto, estamos abrazados sobre la cama, acabo de ser suya en cuerpo y alma como siempre, no sé ser suya la palabra exacta, porque aún no me acostumbra a esa efusividad, no digo nada porque no quiero molestarlo, pero es que me sigue siendo extraño de procesar, no es algo delicado como en los libros o películas, no es que haya visto muchas, pero son dudas tontas de niña sin mucha experiencia.

 

—¿Día especial? —En cuanto esa pregunta sale de mi boca, pienso en la fecha y claro que recuerdo, se cumple un mes desde que nos hicimos novios. Había olvidado la fecha, con lo nerviosa que estoy sobre si John le dijo algo a mi familia, he estado muy ida, el puchero de William me retuerce el corazón,

 

—Todo bien Anarosa, tengo cosas que hacer, nos vemos luego — Me da un casto beso, se levanta de la cama y se marcha, no puedo ser tan tonta en olvidarlo, cuando me llamo por mi nombre dolió mucho, él siempre mi dice, preciosa, pequeña, mi amor, Ani, pero Anarosa no, está molesto y tienen toda la razón, se supone que las chicas nos acordamos de estas cosas.

 

 

—Es que tú también te pasas Anarosa, con razón no te contesta el teléfono, pobrecito a un hombre como o sea, me refiero tan grandote y con todos esos músculos no debe ser fácil acordarse de esas cosas y le arruinas la ilusión, deberías sentirte muy culpable por olvidar algo así. Hay amiga en que andas pensando.

 

Roxy, tiene razón, soy una pésima novia, tengo que recompensarlo.

 

—Si lo sé, por eso te estoy pidiendo ayuda, que me des ideas no me ataques aún más o hagas que me sienta peor de lo que ya me siento, de verdad no sé cómo paso, solo se me olvido.

 

Cuando la escucho lanzar un pequeño grito mientras mira su teléfono.

 

—Estoy sería perfecto, sé que a las chicas cursis como tú le gustan, pero como tu grandote es así, deberías ser tú quien haga esto, mira.

 

Lo que me enseña es de verdad como si fuera un sueño, nunca creí que yo haría algo así por alguien, pero William es el amor de mi vida y lo vale, ojalá y así me perdone por olvidar algo tan importante.

 

—Se ve demasiado hermoso, no sé si sea capaz de hacerlo, además que mañana es cumpleaños de mi hermano y no puedo celebrar con William, es que hay no sé qué hacer.

 

 

Mi madre me ha llenado de mensajes el celular, que es muy importante que esté allá, con mi familia, pero, por otro lado, William no me contesta el teléfono.

 

Finalmente, tome una decisión y pese a quien le pese, debo empezar tomar las riendas de mi vida.

 

WILLIAM

 

—Pequeña no debiste — Debo poner cara de sorprendido, cara de quien no tenía idea alguna, esta escena trillada de globos, pétalos y la botella de champaña, lo que desearía hacer es otra cosa, es tomarla en este instante, con furia, con agresividad tal cual me gusta, tocar cada centímetro de su piel, mientras mi lengua pasa por el lóbulo de su oreja y mi otra mano hace travesuras de niño malo; sin embargo, debo contenerme, por seguir ejerciendo el papel de príncipe azul, qué asco la verdad, es increíble como es tan tonta y fácil de manipular que una escena de novio dolido, fue suficiente para jugar con su mente, que es tan estúpida que se creyó que de verdad me importaba si se acordaba a no de una fecha tan tonta como la celebración del primer mes de novios, esas son ridiculeces en un mundo rosa, como el que tiene en su cabeza.

 

—Amor te mereces eso y más, por eso estoy aquí contigo —Me abraza y yo le devuelvo el abrazo, suspirando por sobre su hombro haciendo que mi aliento llegue hasta su piel, la beso de tal forma que prácticamente me adueño de su aliento, de su boca, ella quiere decir algo, todo es parte de lo que tengo planeado, sé que ha planeado, sé que pretende quedarse unas horas para luego correr a los brazos de su dichosa familia, sé que pretendía estar en ambos lados, pero con mis besos, como acaricio cada fibra de su piel, como aprovecho cada instante para llevarla a la locura, haré que olvide todo, haré que se olvide de sí misma, me he encargado este mes de hacerla poco a poco comer de mi mano, poco a poco obedecer sin darse cuenta a mis deseos, sé que John estará en esa fiesta, sé que al instante caer en cuenta que se quedó conmigo, pero sé también que no dirá nada como me dijo al día siguiente.




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