Perfecta

PARTE 29

 

WILLIAM

 

—Lo siento mucho mi amor, de verdad que, si me parte el corazón, ver que estás sufriendo de esta manera, no entiendo por qué tu padre dice esas cosas, pero tienes razón, debemos esperar que todo esto pase para presentarme como es debido y darle a conocer mis intenciones, pero por favor necesito que te calmes no estás bien, no te hace bien tienes una audición ¿Recuerdas?

 

La miro expectante a su respuesta, la observo cada gesto suyo, sus ojos irritados, sus labios hinchados que le provoca es devorarlos, sus manos juntas y su frente pegada a la mía, está sufriendo y debería estar cien por ciento contento, pero tengo algo así como una espinita clavada y no debe ser de esa manera, tengo que recuperar el control de mis emociones y deseos, debo regresar al plan inicial, debo recordar de que se trata esto y el siguiente paso en mi plan.

 

—Si mañana es la audición, pero, no sé si iré, me siento mal, no puedo concentrarme, solo pienso en mi familia, en todo lo que paso — Me aparto de ella mientras da un profundo suspiro, esa era la respuesta que yo necesitaba.

 

—Amor detesto, verte de esta manera, nada más por eso mira, hace mucho tiempo cuando empezaba mis peleas y al principio también sentía ese terror, esos nervios que me llegaban como avalancha, solo para relajarme un poco, tomaba unas pastillas que me receto un viejo conocido, aún me quedan algunas — Sigo avanzando, pero, por otro lado, también la estoy viendo, se pone un poco tensa, pero sé que dirá, esto es también parte del plan, hay niña no sabes en qué este estás metiendo.

 

—Entonces tú me dices que son seguras, ¿No son drogas? La verdad ya ni sé qué hacer. — Luego que saque el frasco y una pastilla de él, además de un vaso con agua, me acerque a ella y me puse a su altura, ya que ella estaba sentada sobre uno de mis sofás, acaricie su rostro, la mire a los ojos, bese suavemente sus labios y le dije.

 

—Nunca te daría algo que te pudiera hacer daño, únicamente es para que te relajes, el casting de mañana es muy importante, hace mucho que no haces uno para un solo, eso te relajara después de todo lo que ha pasado, tomate este y vamos a dormir, hoy voy a cuidar de ti pequeña— Veía como solo obedecía, a veces me da ternura lo inocente que es, lo fácil de convencer, luego que se termina el vaso de agua, me dispongo a quitarle la ropa, pongo mi fuerza de voluntad porque si por mí fuera la estaría empotrando contra la pared mientras me pide que no me detenga, pero se supone que soy un novio comprensivo, pero algo que no me esperaba es que ella me levantara el mentón para que la mire, luego pone sus pequeñas manos sobre mis hombros, atrayéndome hacia ella para comerme la boca, no imagine que este sería uno de los efectos, mientras me besa, aprovecha y trata de quitarme la camiseta, siento que el control se va esfumando cuando sus manos ahora van a mi cinturón aprovecho que estaba inclinado para hacer conmigo lo que quiere, me atrae hacia ella sin dejar de besarme, yo luego beso su cuello haciendo que se incline hacia atrás, ella es mía y pase lo que pase nadie lo va a cambiar Anarosa es mía solo mía.

 

 

—¡Lo sabía pequeña, lo sabía! — Mientras le doy vuelta pegada a mi cuerpo elevando sus pies por encima del suelo, finjo una sonrisa, porque consiguió lo que tanto anhelaba o eso cree ella, sin imaginar hasta donde llegan mis contactos y lo que el dinero puede comprar.

 

—No lo puedo creer, juro que las lágrimas me invaden de tanta emoción, cuando dijo mi nombre tuvieron que despertarme, creo, es que dijeron Anarosa McArthur Thompson es algo que no me lo creo — Ese maldito apellido cada vez que lo escucho de su boca me da ganas de gritarle de decirle que se callen, pero tengo que morderme la lengua y rogar para no envenenarme a mí mismo producto del asco que ese dichoso apellido provoca en mí.

 

—Estoy feliz por ti mi amor, te lo mereces, ahora vamos a celebrar, te voy a invitar a bailar a un lugar que te va a encantar — Pero su sonrisa de pronto se apaga, ya sé por qué, pero aquí está su súper novio para rescatar a la estúpida princesa de un cuento de hadas que yo mismo invente para hacerla caer como mosca a la miel.

 

>>¿Qué le pasa a mi preciosa pequeña? Vamos mi amor, no estés triste, ya sé que está pasando, pero debes dejar que pasen los días para que se calmen, no puedes hablar con ellos cuando aún seguro están molestos, sería peor, deja que se calmen, que se tranquilicen y se darán cuenta de que están en un error, ellos son los equivocados no tu mi cielo, vamos a alimentarte y luego a comprarte un hermoso vestido para la princesa.

 

Regresa la sonrisa a su rostro y seco las lágrimas que salía de ella, ahí está la engreída niña hija de papi, que se emociona ante una tontería como esa.

 

Cuando vi de reojo por el rabillo del vestidor como se veía en ropa interior, mi entre pierna no pudo contenerse y entre en ese pequeño espacio y a pesar de sus negativas termine por devorarla por completo haciendo que muerda mi hombro o mi mano para calmar los ruidos que salían de su boca, pero estoy seguro de que la oyeron, pero la vergüenza es de ella, total es una McArthur y me encargue que la reconozcan antes de salir de la tienda haciendo un cometario a quien dudaba, Anarosa pensó que era de lo orgulloso que me sentía, pero por la mirada y como murmuraban era por lo que acaba de pasar en la tienda, aunque ella nunca se dio cuenta de aquello.




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