Perfecta

PARTE 32

 

ANAROSA

 

—¿Por qué lloras mamá?

 

—Mi niña hermosa algún día lo comprenderás.

 

—Mami, pero yo estoy feliz, no llores por favor

 

—Algún día entenderás el dolor de una madre

 

Despierto con el corazón latiendo a mil por hora, a mi lado no está William y es como si se acelerara más, veo el reloj a lado de la cama y son las cuatro de la mañana, me levanto, me pongo una bata que tengo a un lado, siento una corriente de aire, necesito de sus brazos para calmarme, nunca antes había soñado con mi madre y mucho menos verla llorar, sé que estoy mal y soy la causante de sus lágrimas, solo espero que en algún momento se dé cuenta de que William es lo mejor para mí y que lo amo.

 

Cuando llego al balcón, veo que rápidamente guarda su teléfono, yo lo abrazo por la espalda, se siente tan bien sentir su calor y sus manos acariciándome.

 

—No debiste levantarte de la cama, debes estar cansada, además que celebramos hasta tarde el estreno de la obra, lo que usted necesita es dormir, vamos cariño, ve y descansa— Mientras se gira para ahora el pegarme a su cuerpo y besara mi frente es tan lindo la verdad que tengo una suerte

 

—Pero amor, ya no creo poder dormir, no voy a poder pegar los ojos en lo que resta del día — Es la verdad, no sé, pero— Aunque

 

—¿Aunque qué cariño? — Acaricia mi cabello y lo pone detrás mi oreja derecha sin dejar de mirarme de esa manera tan tierna y dulce.

 

—Tú tienes medicina en tu cajón, me dijiste que también usas a veces para dormir, tal vez con eso descanse— Por un instante su manera de mirarme no fue la misma, como si por un segundo sus ojos adquirieran algo más que desconozco.

 

—Cariño, tengo otra forma de hacer que duermas rápido, te voy a dejar tan agotada que me pedirás que me detenga y velaré tu sueño, enreda tus manos a mi cuello y con tus piernas envuelve mi cadera, te voy a enseñar otras maneras de relajar el cuerpo.

 

Yo como si fuera un robot, simplemente obedezco, mientras come mi boca de una manera tan intensa que no me di cuenta en que momento llegamos a la habitación, me pega contra la pared para pasar de mi boca a mi cuello, yo jadeo como desesperada, lo quiero sentir y está jugando conmigo, toca mi cuerpo por encima de mi ropa, se encarga de encenderme de una manera que solo él podría.

 

—¿Quieres que me detenga? —Está loco, no podía pedirle algo como eso, él es lo que necesito, por quien estoy dispuesta a todo, la niña miedosa no debe existir, juro que él me dejara, me sentiría morir.

 

. —Nunca me dejes mi amor, no te detengas por favor.

 

 

Han pasado dos semanas, no sé nada de mi familia, solo lo que las noticias me han dejado ver, mis padres se han ido a una isla privada para descansar según la prensa del estrés del próximo estreno de la película de mi padre, pero yo sé lo que realmente está pasando. Veo a mi madre con anteojos en las fotografías de algunas revistas tomadas en el aeropuerto, ella las odiaba cuando se trataba de la prensa, sé que debe estar realmente mal hasta juro que vi más delgada y toda gracias a mi culpa, de pronto quiero levantarme de la silla, pero siento algo extraño muevo la cabeza para regresar en mí misma y finalmente logró calmarme, no me he alimentado bien, entre la obra, hacer el amor con mi novio y lo de mi familia no me estoy nutriendo bien como diría mi tía Georgina.

 

—¿Anarosa? — Cuando alzo la mirada, puedo ver que es Clark, por algún motivo solo atino a abrazarlo y siento ese calor familiar que tanto extraño, quien diría que este hombre que no soportaba y no podía ver en pintura al final me recordaría a mi hogar.

 

—Clark. No pensé encontrarte aquí, qué pequeño es el mundo

 

—¿Estás bien Anarosa? Te veo algo pálida y más delgada, ¿Te estás alimentando bien? — Yo quiero llorar, pero no puedo hacerlo, eso sería darle muchas explicaciones, ahora que pienso mejor las cosas, hubiera sido lo ideal, no topármelo aquí, es como si me recordara lo mal hija que soy y sigo siendo.

 

—Estoy bien, son los ensayos, es que ser el rostro principal de una obra no es algo sencillo, solo es eso.

 

Él me mira como tratando de ver más allá, pero decide darme una sonrisa tranquila

 

Las horas pasaron sin darme cuenta, es increíble cómo puedes conocer a alguien cuando te das la oportunidad en verdad de hacerlo, de escucharlo, de prestarle la atención debida y no cerrarte por tonterías inmaduras como antes cuando me negaba a ser su amiga por caprichosa y engreída, tal vez el cambio o no lo hice yo, pero fue bueno hablar con él no me recordó nada de mi familia o hablamos de William, solo de mi baile, mi nuevo papel, de películas tontamente románticas algo que tenemos en común, de comida en fin de todo un poco eso hace que le quite el nombre con que lo tengo agregado en mi lista de contactos paso de chico fastidioso a Clark, le pondría chico lindo, pero no quiero problemas con mi novio, últimamente anda un poco más demandante de lo normal, me parece extraño más bien que no me haya marcado unas diez veces ni revise mi teléfono, como aquella vez que me quede sin batería.




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