Perfecta

PARTE 38

 

ANAROSA

 

Ya los dolores han disminuido, ya no tengo la venda sobre mi cabeza, aunque sigo con movimientos básicos por el dolor en mis costillas, Clark dejo todo listo antes de marcharse, decidió darme mi espacio después de su confesión

 

—Te voy a decir algo, tal vez debí hablar antes, pero no sabía cómo hacerlo, nada más escúchame antes de pensar o formarte una y mil teorías sobre mi confesión. —Tengo un mal presentimiento acerca de todo esto, él también me ocultó cosas.

 

—No sé qué está pasando y no sé qué decir. Entonces, ¿Qué es aquello que no me has dicho?

 

—Conozco a William hace varios años, antes que me juzgues y déjame terminar, lo conozco cuando estuvimos en un internado me defendió de unos maleantes de la escuela que siempre me molestaban porque no tenía un cuerpo ideal por así decirlo, pareció una hoja de papel, él me ayudó a ejercitarme, luego vino un incidente con su padre que nunca supe a ciencia cierta qué fue lo que paso, pero no supe más de él hasta unos años después que el mismo me contacto, no voy a negar que debí alejarme cuando vi el mundo en que estaba metido, pero aun en mi cabeza estaba ese chico que me protegió, el que me ayudo a aprender a defenderme. Por un tiempo volvimos a ser esos chiquillos que se divertían lanzando piedras a alguna puerta, esos amigos que se oían las penas

 

—Te refieres al mundo del boxeo, ¿de las peleas cierto? — Tal vez sueno ingenua, pero no puedo creer todo aquello.

 

—Lo siento Anarosa, debí hablar antes de verdad que fui un imbécil, William está metido en todo lo del bajo mundo, peleas clandestinas, venta y compra de drogas sin prescripción, de estafas, no me mires así por favor que siento la peor de las vergüenzas. Perdóname —Lo veo arrodillarse ante mí, con los ojos húmedos, no puedo creer que él sabía todo aquello y no se atrevió a decirlo, al contrario, me apoyo, me dio su palabra de no hablar y lo cumplió

 

—¿Por qué no hablaste? — Sigo sin poder entender.

 

—Él me juró que había cambiado por amor a ti, él me prometió que te cuidaría, él me miró a los ojos y me dijo que te amaba y yo le creí, perdóname por favor, ahora mira las consecuencias — Veo las lágrimas caer al piso, no sé qué decir o que pensar, solo atino a hacer que se levante, cuando yo sigo sin palabras.

 

>>Sé que me equivoqué, que debí hablar desde el principio, pero de verdad que creí en él, de verdad pensé que te merecía. Voy a irme unos días, dejaré todo listo aquí, mi te dejaré un teléfono para que me puedas contactar en caso de que necesites algo, otra vez perdóname Anarosa.

 

Se marchó y de eso ya tres días, he logrado comer algo únicamente por mi bebé, hambre no tengo, lo que quisiera es llorar y llorar como dice la canción, pero se supone que una madre es fuerte, que una madre es valiente, una madre debe ser capaz de luchar contra lo que sea con tal de salvaguardar a sus hijos, quisiera tanto ser valiente como fue mi madre cuando padeció para tener a mi hermano, quiero ser fuerte como Samantha que espero por años el ser madre y ahora lo cuida como el mayor tesoro, como mi tía Georgina que tuve mellizos que era un riesgo, quisiera tener el valor de los padres de Brigith que no pierden la fe que despierte, tengo que ser fuerte por él o ella que está creciendo dentro de mí, haré un poco de ejercicio para que el dolor vaya disminuyendo.

 

DÍAS DESPUÉS

 

Ahora estoy caminando por la orilla del lago, siento una paz estando aquí, siento que puedo ser fuerte, pero aún no puedo estar cerca del padre de mi bebe, necesito tener el valor primero de ver a la cara a mi familia y pedirles perdón, mi padre me lo dijo, pero yo no le creí, lo defendí con uñas y dientes aún en contra del mundo a mi alrededor, una lágrima traicionera resbala por mi mejilla, ya no lloro tanto como lo hacía los primeros días, trato de sonreír cuando veo los pececillos alrededor, de las piedrecitas que acabo de lanzar, escucho el motor de un auto y mi corazón se acelera, me esconde tras un árbol y por instinto acaricio mi vientre, respiro una y otra vez como ejercicio de relajación, mi corazón vuelve a su cauce cuando me fijo que es Clark, lo veo bajando algunas cosas y yo sigo aquí como observadora, pero ya está gritando mi nombre y buscándome por todos lados, creo que no debo hacerlo sufrir así buscándome, me acerco despacio y lo logro asustar, me mira y yo quiero reír tiene su mano sobre su pecho a lado de su corazón.

 

—No vuelvas a hacer algo como eso, de verdad que no lo hagas por favor — Lo veo preocupado y tomo su mano para que se calme, parece que hace efecto, ahora la asustada soy yo.

 

—Dime que está pasando 

 

—Él fue a verme para que le diga que se dé tu paradero, no he venido antes porque trato de que no me sigan, estoy tomando todas las medidas posibles, pero no sé cuánto más podre con esto, por eso pienso que deberíamos movernos a otro lugar. Además, quiero pedirte un favor, escríbeles una carta a tus padres o algo, ya están padeciendo demasiado por ti y ya no confían en mí después que le conté mi historia con ese imbécil




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.