PARTE 40

ANAROSA

Llevo días aquí y la verdad que esto me ha traído tanta calma, pero tanta que me ha dejado pensar las cosas, aunque no tengo idea del motivo de su rabia hacia mí o mi familia, sé que debo alejarme de él y de todos, si regreso con mi familia estoy casi segura que él se encargara de que regrese con el cómo sea, no quiero que esto arruine la carrera de mi padre con lo que le costó ser director, no quiero que mi madre y las casas de acogida y de superación se vean arruinadas, no quiero que mi hermano sienta vergüenza de lo tonta hermana que tiene o que las gemelas no entiendan todo lo que ha pasado, no quiero arrastrar más a Clark a esto, él se enterara y no quiero pensar que sea capaz, soy tan tonta, nunca quise terminar arruinando la vida a todos de este modo, quiero llorar, pero decidí que no debo derramar más lágrimas, debo ser fuerte por mi bebé, nunca imagine decir esas palabras MI BEBÉ presiono mi vientre que se empieza a notar leí en internet que cuando eres tan delgada se llega a notar más, no me importa parecer una pelota o sandia como decía yo de mi madre a escondidas, es mi bebé no importa quién sea su padre.

—Te prepare algo caliente, no quisiera que te resfríes — Volteo a ver y es mi salvador, ha sido tan dulce conmigo, tan amable que a veces me pregunto ¿Por qué me ayuda? Porque se deja arrastrar a todo esto a mi causa.

—Gracias ya voy

Cuando estoy tomando lo que preparo, me doy cuenta de que no ha dejado de mirarme, cuando lo pillo en aquello desvía la vista.

Ahora estamos viendo una película con un chocolate caliente, él y yo una leche tibia, leí que el chocolate le hace bien a mi bebé, lo estoy cuidando tanto que estoy olvidando que debo verme con un médico para que me hagan un seguimiento, pero tengo miedo y no sé cómo decirle a Clark, porque siento que sería seguir aprovechándome de su apoyo.

—Debería ir a ver a algún médico —Me siento avergonzada de haberlo siquiera dicho.

—Por eso estás tan pensativa, yo también lo había pensado, pero lo mejor sería que vayas de una manera que no te reconozcan y con otro nombre, es como una locura, pero debemos evitar cualquier problema

Me da su sonrisa como siempre, me da su apoyo y piensas las cosas primero que yo, una loca idea pasa por mi mente, hubiera sido mil veces mejor haberme fijado en él antes que en el hombre que me traiciono y clavo un puñal en mi corazón y alma.

…

Ahora estoy aquí, vestida como una película de papá, como en la época de los setenta, lentes grandes y marrones, faldones con flecos, un chaleco de piel de animal falsa, un enorme collar, anillos, Clark pensó en todo, él hace juego conmigo como dirían sincronizados, solo que le parece motociclista, como diría mi padre entro en personaje, hasta una motoneta se consiguió. Yo únicamente sonreí de la única manera que él logra que haga cuando me da un diente de león que encontró y me obliga a soplar cayendo todo sobre nuestro rostro, empezamos a reír porque él termina estornudando como niño pequeño.

Ahora estamos a punto de entrar, cuando de pronto me toma de la mano, lo veo sonrojarse y yo me siento extraña, lo quedo mirando y me dice al oído.

—Perdona Anarosa, es que se supone que somos una pareja de recién casados, aquí son muy conservadores—yo lo observo y por algún motivo solamente sonrió y presiono más su mano, seguimos caminando él nos anuncia como los Suárez, y nos hacen esperar unos minutos mientras me entretengo con unas revistas, él me indica que esa ropa me quedaría bonito y me imagino de verdad yo ahí, con mi barriga grande y sonriendo, sé que mi bebé hará que quiera sonreír todos los días y olvidar mi dolor, tengo fe que el dolor sé irá, si no fuera por mi bebé y ya me hubiera derrumbado, solo quiero que todo esté bien, que el mundo de ese farsante no haya terminado con mi esperanza de traer a este mundo un hombre de bien, de criarlo como debe ser, con los valores que me dieron y no supe aprovechar. Quiero enseñarle, que no todo tiene que estar bien para ser perfecto, que no tenga miedo de equivocarse como lo hice yo, yo viví con miedo a decepcionar y al final lo hice, al final por ocultarme del mundo termine destruyéndolo. Una traicionera lágrima corre por mi mejilla de manera involuntaria, porque yo prometí no volver a llorar, pero él se apresura a secarla con las yemas de sus dedos, yo apoyo mi cabeza en su hombro agradeciendo todo lo que hace por mí y mi pequeña familia.

—Señores Suárez, ya pueden entrar —Suspiro profundo, mientras Clark presiona mi mano y me da un beso sobre la frente y avanzamos. Me indican lo que debo hacer y ya estoy sobre una camilla con la camiseta arriba de mi ombligo, no pierdo la vista del monitor cuando siento un líquido frío sobre mí.

—Vas a sentir un líquido frío, pero es necesario para poder al pequeño guisante —¿Pequeño Guisante? Nombre raro para mencionar a mi bebé.

—Doctor, yo diría malvavisco, porque es lo más ella come — Yo le doy un golpe en su antebrazo, porque me pone en vergüenza con el doc. que solo nos observa y ríe casi a carcajadas.