Perfecta

PARTE 46

 

CLARK

 

Termine con las pocas esperanzas que tenía rotas, no entiendo por qué lo está haciendo, ella me juró entre lágrimas que jamás volvería con él, ella sabe la clase de monstruo que es William y, aun así, el imbécil me dice que se van a casar, va a ser su esposa, No me entra en la cabeza que se haya atrevido a perdonarlo después de saber todo lo que le hizo, después de saber   en qué mundo la metió y cuanto dañino es para ella y su alrededor.

 

—Vamos cariño, trata de relajarte, siento tus hombros tensos — Unas manos se posan sobre mi cuerpo, me arrepiento totalmente por haber traído a esta mujer a la habitación de hotel, es como si cayera en la realidad que mi vida no tiene sentido, sabiéndola en brazos de ese idiota, debo calmarme, pero es imposible con esta mujer tratando de tocarme.

 

—¡Suéltame! —La alejo de golpe, haciendo que choque contra la cabecera de la cama, cierro los botones de mi camisa que había abierto al meter sus manos en ella, no sé en qué estaba pensando.

 

—¡Que te pasa idiota! Primero me coqueteas en el bar, me dices para estar solos y ahora te pones con tus poses de niño bonito, serás muy guapo y todo, pero tampoco me trates así, se supone que íbamos a divertirnos, vamos muñeco solo mírame soy el sueño de cualquier hombre — No puedo negar es una mujer aparentemente hermosa, buenos pechos, lindo trasero, pero tiene en su cara esa malicia, es una mujer vivida, en cambio, ella es dulce, tierna, con una mirada que encandila. En eso su teléfono suena y es como si ella se hubiera puesto pálida de un momento a otro. Luego empieza a dar vueltas de manera desesperada y torpe, luego se desgarra una parte del vestido sin dejar de verme y yo sigo sin entender.

 

—¡Estás loca! — Se despeina aún más de lo que estaba, luego oigo como golpean la puerta de manera frenética y escucho gritos.

 

—¡Malena, abre esa puerta! Que mis hombres me dijeron que aquí estás, dile a ese mal nacido que no sea cobarde, dile a tu amante que dé la cara

 

Ese hombre está loco y ella más cuando le abre y se lanza a sus brazos y empieza llorar como María Magdalena.

 

—Él quiso abusar de mi cariño, me trajo aquí con engaños, mira como me dejo, yo me defendí, lo juro mi rey

 

Yo retrocedo un poco, estoy incrédulo de las palabras que salieron de su boca, niego con las manos de algo de eso sea cierto, pero es muy tarde los golpes van y vienen y yo no me quedo atrás, se rompen sillas, espejos, los gritos de esa loca empeora la cosa, no me di cuenta cuando paso o en qué momento, pero solo cuando soy esposado es que me doy cuenta de que la policía me tiene en un patrullero, ella llora en los brazos de su estúpido esposo que le cree ese teatro y la policía también, yo sigo gritando, pero quieren que me calle diciéndome mis derechos, para rematar la prensa está aquí y toman fotografías no puedo ocultar mi rostro por las esposas, solo siento los flashes.

 

 

—Clark¿Cómo te sientes? —Yo no lo llame, pero aquí está en Owen, supongo que la prensa hizo muy su trabajo, me sobo las muñecas por el dolor que siento cuando me sueltan las esposas.

 

—Todo fue una confusión, esa mujer está loca, no debería estar yo aquí.

 

Mientras le explico lo que paso y se lo explican a los oficiales, ellos acceden de manera remota a cámaras privadas, minutos después veo a la mujer suplicando perdón a su troglodita ese, al parecer ha visto el mismo video que yo donde es ella que me jala e intenta besarme en la puerta de la habitación bendita cámara en el pasillo y el bar porque si no terminaría quedando como un posible violador de mujeres indefensas, no puedo creer que casi caigo con la loca esa.

 

Owen me trajo hasta mi departamento, saco una bolsa de hielo y lo ponga sobre mi rostro.

 

—¿Qué está pasando contigo, muchacho? De un tiempo acá, estás como escondido, desaparecido, toda la familia pregunta por ti, sabes en qué estado se encuentran todos.

 

Entiendo lo que quiere decir, entiendo que toda la familia McArthur Thompson está de cabeza, me siento culpable, siento que he callado demasiado tiempo, tal vez debí hablar antes, pero siempre pensé en ella, en lo que ella podría sentir, pero al final nunca nadie pensó en mí, en cómo me lastimaba verla con un hombre de esa calaña, como se autodestruía para al final verla destrozada todo para que termine estando con él tal cual él siempre quiso, no quiero seguir siendo un pusilánime que todos pisan como un tapete viejo.

 

—Ellos están juntos, Tu hija y William están juntos — Suelto de golpe lo que debió saber desde qué lo vi ir a auxiliarme a la estación de policía, está como pálido, mueve la cabeza sin poder entender mis palabras.

 

—¿Qué me quieres decir? No te entiendo.




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