Perfecta

PARTE 47

 

ANAROSA

 

—Y ¿Quién si lo tiene? Responde

 

Esa pregunta que me negué a contestar, sabía que aunque doliera porque fui mi primer todo, mi primer hombre, mi primer te amo, la primera persona en que me entregue de tal manera que deje todo por él, pero así como lo ame hoy lo odio, no debería es que quiera o no quiera, es el padre de mi hijo, pero eso no quiere decir que deba seguir amándolo, ese amor se murió cuando me entere de su propósito de acercarse a mí, cuando supe hasta donde alcanzaba su maldad y el mismo puso el último clavo a ese ataúd antes de ser enterrado al querer forzarme a casarme con él con amenazas.

 

—Señora la modista ya está aquí, para la prueba de su vestido — Me levanto de la cama con pesar, nunca imaginé que mi boda se fuera a dar de esta manera, me pruebo el vestido que me traen, me elogian de mil formas y una de ellas no deja de ver mi vientre, supongo que sospecha de mi embarazo, además con el hecho que el vestido no es pegado al cuerpo, tiene un cruce con pliegue que vas desde el pecho hasta la entre pierna, me miro al espejo y quiero llorar, muchas pensaran tal cual murmuran de que estoy emocionada, cuando es al contrario es como si fuera a mi propio funeral.

 

—Ya lo probaron, ahora llévenselo y déjenme descansar — Nunca he sido así, nunca le ha hablado a la gente de manera despectiva o mal educada, pero mi paciencia se esfumó hace mucho, mi tolerancia hacia el mundo exterior es casi inexistente, si vivo encerrada aquí como si de Rapunzel se tratase,

 

—Soy el príncipe que viene a rescatar a la princesa

 

Recuerdo sus palabras, cuando me trajo fresas por un antojo que tuve, lo extraño, me hace falta su presencia, su sonrisa, su manera de hablarme de mirarme, la paciencia con que me trataba, la seriedad con que me decía las cosas, como me hablaba de sus anécdotas, cuando más lo pienso es que me doy cuenta de que fui una tonta, la sinceridad en las palabras de Clark es totalmente distinto a la sinceridad que según William decía al decir que me amaba, seguramente sus dichosas anécdotas donde se ponía como salvador de los pobres eran falsas, todo lo que hizo para engatusarme.

 

—Nada de lo que ha pasado en tu vida ha pasado sin que yo este enterado o lo haya organizado, tus fracasos y tus triunfos es gracias a mí, todo lo que el dinero puede comprar lo he comprado yo, tu querida amiga que te aconsejaba no rechazarme, tu querida amiga que está en un hospital en coma, tus rechazos para las obras, tu amigo que se atrevió a invitarle a salir y que le rompieron las piernas y finalmente cuando te aceptaron como bailarina principal en esa obra y perdón se me olvidaba te dominaba tanto que hasta aceptabas las PASTILLAS PARA RELAJARTE sin siquiera pestañear, podía hacer lo que se me antojara contigo y tú nunca te diste cuenta, todo lo que te ha sucedido ha sido porque yo lo he permitido, te darás cuenta mi alcance por eso te digo de una vez, nos vamos a casar te guste o no te guste, mi hijo nacerá dentro de una familia, con su padre y madre.

 

Esas palabras me terminaron de confirmar hasta donde alcanza su maldad, todo mi mundo fue manipulado por él, por eso hago lo que hago, porque su alcance no tiene límites, es capaz de lo que sea por retenerme a su lado, tengo miedo que algo le suceda a mi familia, a Clark al pensar en él, de verdad que me siento tan culpable, el que solo me tendió su mano porque me vio sola y sin salida. Solamente me queda llorar como lo hago todos los días que llevo aquí. Cuando pienso en él, es extraño; por algún motivo quisiera tenerlo aquí, abrazándome, besando mi frente, diciéndome que todo estará bien, que es el príncipe en mi cuento de terror. Me abrazo a mí misma como queriendo creer que es él quien lo hace.

 

 

—Qué bueno mi amor que te dignaste a desayunar con nosotros, Muévanse y sírvanle todo lo que se ocurra a mi mujer y mi hijo — El demonio este, besa el dorso de mi mano y lo que yo siento es asco de su tacto, de sus labios sobre mi piel y pensar que hace meses era mi más exquisito manjar.

 

—Solamente quiero un jugo de naranja y un poco de fruta picada, por favor —. No digo nada más y pongo la servilleta sobre mis piernas; él mueve la cabeza como si no creyera lo que le digo.

 

—Tráele leche tibia, queso fresco, échale frutos secos a la fruta picada y trae sus vitaminas, por favor — Yo únicamente muevo la cabeza ante su pedido, como si yo fuera un barril sin fondo capaz de comer tanto.

 

Aunque no parecía que lo lograría, me comí casi todo, supongo que estar encerrada y hacerme la digna al no comer todo lo que me subían o lanzarlo por el inodoro trajo consigo que mi hambre se aumentara, casi me estoy levantando de la mesa, cuando él sujeta mi mano impidiendo que me levante.

 

—La boda será en tres días

 

Yo me siento de golpe, como si no creyera que todo sucedería tan rápido, no quería que ese día llegara, pero finalmente está a la vuelta de la esquina, siento como si la sangre si hubiera ido sobre mi sistema, veo a través del brillo de la plata que estoy pálida.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.